Con las manos pintadas de rojo, representando la sangre de comunicadores y fotoperiodistas que han sido callados mediante las amenazas y el asesinato, y colocando sus cámaras entre veladoras y notas que daban cuenta del homicidio del fotoperiodista Rubén Espinosa, periodistas de Zacatecas manifestaron su repudio ante este crimen la tarde de ayer, en las escalinatas del Ex Templo de San Agustín.
Poco después de las 18 horas, fueron llegando con sus cámaras y las colocaron en los escalones del edificio, junto a portadas de periódicos que daban cuenta de la noticia, en la cual también murieron 4 mujeres, una de ellas activista del Movimiento #YoSoy132, y quienes anteriormente habían denunciado amenazas en su contra por parte del gobierno de Veracruz, que encabeza Javier Duarte Ochoa.
“Lo que más me conmueve es que Rubén sabía que lo tenían como se dice, entre ceja y ceja, y aunque lo denunció fue una crónica de una muerte anunciada, y es triste que se vayan contra los periodistas de a pie, que andan en la calle; ya no contra editores o directores, sólo por hacer tu trabajo. Creo que una fotografía no vale la vida”, dijo el fotoperiodista Ernesto Moreno.
Eliezer Name Zapata, editor de la revista Fotoperiodismo, comentó que este caso es un síntoma de la descomposición del país, y lo que le ocurrió a Rubén puede pasarle a cualquiera, porque en Latinoamérica instituciones desaparecen comunicadores porque expresan y revelan una realidad que por intereses no quieren que se muestre.
Recordó que en los años 90 hubo represión y persecución hacia comunicadores zacatecanos, entre ellos colegas suyos, llegando incluso a recibir agresiones por parte de la entonces Policía Judicial del Estado.
Para Nayelli Montellano este crimen debe hacer que los fotoperiodistas no bajen la guardia y sigan trabajando sin tener miedo; y opinó que en este caso es obvia la intervención del Estado, el cual debe parar el hostigamiento a periodistas.
Juan Manuel Ortega Solís, fotoperiodista freelance, dijo que existe indignación entre los fotógrafos de todo el país ante éste y muchos otros casos que se han dado, pero a pesar de ello se debe seguir peleando porque se respete la libertad de expresión.
Guillermo Moreno, fotoperiodista de Pagina 24, lamentó que ahora se agreda a un fotógrafo por captar con su cámara, que es su arma; una realidad que es innegable, y reveló que diariamente los fotógrafos son observados por una sociedad de una forma en ocasiones agresivas cada que levanta su instrumento de trabajo para tomar imágenes cotidianas.
María Dolores Valtierra tiene cuatro hermanos y dos hijos que se dedican al periodismo, y para ella es deplorable que se den amenazas y homicidios contra este sector de profesionales, por sólo captar imágenes, sobre todo del gobierno.
Para Osvaldo Martínez actualmente se viven tiempos en que el problema de inseguridad se ha agudizado, tanto en el estado como en todo el país, y las víctimas de amenazas y de acoso de gobierno deben alzar la voz y denunciar estos actos. También piensa que los fotoperiodistas deben mantenerse unidos para evitar este tipo de agresiones.
Jorge Gallegos, fotógrafo independiente, expresó que en su caso no hay una empresa que lo respalde al momento de denunciar algún acto de corrupción o una situación similar, “y es algo que vive el gremio, pues no cuentan con el respaldo de seguridad en caso de recibir amenazas”.
César Chacón, reportero gráfico de la Página Entorno Cultural, dijo que esto pone a reflexionar a los fotógrafos sobre el trabajo cotidiano que se hace, y no se debe callar porque eso es una manera de luchar por expresarse.
