En el actual contexto de violencia en que se encuentra el estado y el país, se requiere educar no sólo para la transmisión de conocimiento al estilo saber-hacer, como lo establece el sistema por competencias, sino orientar el proceso hacia la construcción
de una democracia participativa y promueva los valores dentro de la educación de la coparticipación, la solidaridad, la corresponsabilidad y la construcción de un sentido psicológico de la comunidad o de lo que debería de ser la comunidad, afirmó Juan Martell Muñoz, profesor de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
Expuso que el fenómeno del acoso escolar en la actualidad se ha modificado y diversificado debido al avance tecnológico, las modificaciones a leyes escolares, el incremento en las tasas de egreso universitario, la idealización y entronización de la violencia como sublime expresión de una vida plena; el triunfo del tener sobre el ser, saber hacer, saber estar.
En el libro La Violencia Escolar en el Estado de Zacatecas y sus Consecuencias, actualmente en proceso de edición, coordinado por Manuel Ibarra Santos, expone que el fenómeno del acoso escolar también es producto de la desigualdad y la inequidad en un contexto como el mexicano y en entidades federativas como Zacatecas que es a su vez uno de los estados que menos contribuyen con el desarrollo democrático del país y que menos contribuye con la distribución equitativa del ingreso.
Sin embargo, el problema se acentúa con la falta de desarrollo en infraestructura escolar, de tal manera que es difícil encontrar espacios que promuevan la satisfacción institucional tanto para personal docente, directivo, familias y, sobre todo, los niños.
Martell Muñoz afirma además que el clima organizacional de una institución escolar puede ser un promotor del acoso y la violencia escolar, no sólo para los niños sino en todas direcciones; o bien, un buen clima organizacional puede frenar o volver prohibitivo la aparición de conductas violentas y disruptivas en el ámbito escolar.
Un buen clima organizacional, por el contrario, es promotor de relaciones personales efectivas, una mayor creatividad de sus integrantes y sobre todo, promueve también una preocupación por la otredad, por aquella persona que pertenece e intenta llevar su vida junto a la de otro en el mismo contexto socioespacial, cultural, histórico y psicosocial, este contexto se llama escuela.
De acuerdo a estudios e investigaciones, explica que el acoso escolar tiene como consecuencia desórdenes del estado de ánimo sobre todo la ansiedad, mientras que el bullying vivido en edades escolares se relaciona con depresiones profundas y con tendencias suicidas en edades adultas.
Por tanto, Martell Muñoz manifiesta la necesidad de enfrentar ese fenómeno, pues el acoso escolar o bullying serán adaptativas mientras los sujetos perciban en sí mismos y en su campo sociopsicológico un autocontrol y una autoeficacia para un mejor adaptación a los acontecimientos estresantes.
En ese sentido, concluye que los esfuerzos deben orientarse a complementar los contenidos con aspectos que promuevan el uso del tiempo libre y del ocio creativo y recreativo, impulsar la actividad física y cultural, y al paso insertar en estas actividades la educación para la convivencia, la educación para la democracia y en un aspecto más amplio la educación para la vida.
