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viernes, 29 marzo, 2024
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Necesitan Eric y Ángel, para casarse en la entidad, interponer un juicio de amparo

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Por: ALMA RÍOS •

■ El Código Familiar de Zacatecas no ha sido armonizado con la disposición de la SCJN

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■ El Estado no puede decir que la gente no está preparada, pues la tienes que preparar: De la Rosa

Eric de la Rosa Priego y Ángel Caamaño Carbajal viven juntos desde hace 14 años. En el transcurso de este tiempo han construido un patrimonio común “que necesitamos defender”, expresó el primero, respecto a la falta de adecuación legal que todavía discrimina a las parejas homosexuales que requieren contraer matrimonio.

De la Rosa Priego y Caamaño Carbajal son una de muchas parejas en Zacatecas que esperan la armonización legal que deriva de la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitida el pasado 19 de junio, en la que el máximo tribunal de la nación declaró que “las parejas homosexuales se encuentra en una situación equivalente a las parejas heterosexuales, del tal manera que es totalmente injustificada su exclusión del matrimonio”.

En nota de Alma Tapia publicada en La Jornada Zacatecas el pasado 23 de julio, Marco Alejandro González Juárez, director del Registro Civil en la entidad, expuso que dentro del territorio zacatecano, no obstante la disposición de la SCJN, todavía se requiere interponer el recurso de amparo, pues el Código Familiar de Zacatecas no contempla la posibilidad de la unión en matrimonio de dos personas del mismo sexo.

El funcionario comentó el interés que en diferentes puntos del estado han expresado ante autoridades del Registro Civil al menos 10 parejas, y advirtió asimismo, que en caso de que acudieran al recurso de amparo, siempre  les resultará favorable, justo por el respaldo que implica la citada sentencia.

No obstante,  es mediante amparos que las parejas homosexuales en todo el país han logrado concretar sus uniones legales aun antes de la emisión de la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pues les asiste el derecho a la no discriminación, reclamable como un derecho humano fundamental.

Para el caso de Eric y Ángel, uno que se repite en el estado de Zacatecas, expone el  primero, es injusto que el Estado dé protecciones y derechos mediante un contrato civil a unas personas y a otras no, “y nosotros tengamos que hacer un testamento y pagar lo que otros no pagan”.

Un testamento que puede, además, ser fácilmente impugnable por parientes directos de ambos. “En este caso tenemos la seguridad de que nuestras familias no nos harían esa jugarreta”, señala nuevamente Eric de la Rosa, para agregar respecto a la prevalencia del vacío de adecuación legal que implica un trato falto de equidad: “nos siguen tratando como ciudadanos de segunda”.

Sobre el proceso que han seguido para buscar la protección de la ley, comentó, que desde el 2014 se asesoraron con abogados, quienes les informaron del necesario trámite de promover un recurso de amparo a modo de poderse casar en Zacatecas, pero situaciones personales que atienden a la vida profesional de ambos impidió que iniciaran este procedimiento.

Hace unos meses, antes de que la SCJN emitiera la citada sentencia, De la Rosa se enteró que Zacatecas es uno de los estados del país en que nadie ha acudido al amparo para lograr casarse.

Luego del conocimiento del más reciente respaldo legal contra la discriminación hacia las parejas homosexuales, “dijimos pues órale, vamos a ver qué sucede y volvimos a consultar con uno de los abogados. Y nos dijo que había que esperar que se armonizara la ley porque si no tendríamos que presentar de todas formas un amparo”.

De esta manera esperan que desde el movimiento lésbico-gay que organiza en Zacatecas la Caravana por la Diversidad Sexual, misma que se pronunció en años recientes en favor del matrimonio igualitario, presionen a la 61 Legislatura para conseguir la armonización del Código Familiar del Estado de Zacatecas con la jurisprudencia emitida por la SCJN.

Ángel Caamaño agregó que otro medio de lograr su propósito ante el hecho de la falta de esta adecuación legal es recurrir al Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, organización con representación nacional, que en todo el país ha estado apoyando parejas homosexuales para obtener los amparos necesarios a fin de poder unirse en matrimonio.

“Y realmente poniendo el amparo al mes te dicen que sí porque ya la Suprema Corte dijo: ya me tienen harta con sus juguetitos ya…denle chance a todo el mundo…no puedes andar yendo por papelitos a todos lados para que los jueces digan que sí”.

Caamaño Carbajal observó que no obstante fue en México donde se inició el reclamo para que pudieran realizarse matrimonios igualitarios, es en los Estados Unidos donde se han adelantado para validarlos en todo su territorio, “y nosotros no, todavía tenemos que pedir el mentado amparo…”.

Eric de la Rosa también objetó por su parte los argumentos que han esgrimido ocasionalmente los legisladores, quienes tienen esta decisión en las manos, sosteniendo que “la sociedad no está lista” para la realidad del matrimonio igualitario.

“Podría decirse lo mismo del reconocimientos de los derechos de las mujeres. Hay todavía muchas cosas en las que el Estado tiene que intervenir para que se considere su equidad. Para que a las mujeres se les den los mismos derechos que a los hombres”.

Dijo, es el mismo caso para la comunidad lésbico gay, o algún otro sector en situación de discriminación, como el correspondiente de las personas con discapacidad. En este sentido es un deber del Estado, añadió, educar a la sociedad para la equidad, una cosa que sólo se logra con la aplicación de la ley.

El Estado no puede decir “es que la gente no está preparada, pues la tienes que preparar. La comunidad no tiene recursos para hacerlo por sí misma. Nosotros podemos con el ejemplo, ir poco a poco educando a la gente que tenemos en torno, pero no tenemos el alcance, los recursos y la obligación que tiene el Estado”, agregó.

Por último trajo a colación contra otro argumento en que ha pretendido sustentarse el trato discriminatorio contra las parejas homosexuales, el de su presunta inestabilidad, el estudio que dio seguimiento al tema en la Ciudad de México, mismo que arrojó desde su puesta en marcha, hasta el final del sexenio de Marcelo Ebrard, 11 por ciento de divorcios entre parejas homosexuales contra 50 por ciento para el caso de aquellas heterosexuales.

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