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jueves, 28 marzo, 2024
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Un rockcito para todos los roles / Postnecrum, la banda zacatecana premiada dos veces a nivel nacional

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Por: JAIME FLORES GUARDADO •

En los últimos estertores del siglo 20, algunos inquietos jóvenes descendientes de músicos y no músicos, roqueros o no, iban originando una avalancha de continuadores y hacedores  de las nuevas vertientes en que el rock del tercer milenio va diseminando por todos los recovecos de una sociedad en búsqueda.

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No habrá, por lo menos en este decadente sexenio, una clara explicación donde los estudiosos descubran por qué los jóvenes que se dedican a interpretar y crear música de rock conservan esa alergia y energía durante tres décadas, para, después, irse convirtiendo en algo mágico que adoptan como su forma de vivir. Sin embargo, quienes estamos inmersos en la cultura del rock sabemos que esa personalidad que se ha adquirido en el rol jamás cambiará su manera de ser, ni la apartará del interminable mundo de las expresiones diversas, tan emotivas, tan complejas en ocasiones, tan sencillas de repente, pero tan cerca de los latidos de los corazones que han volcado su repicar hacia los seres del mismo elemento oscilatorio, la cultura del rock.

Hacia 2001, los jóvenes músicos que intentaban conformar una banda que redundara en afinidad, hermandad, filosofía, actitud y, sobre todo, que flotaran las tendencias oscuras, no tan mitológicas ni tan legendarias o clásicas, donde el medievo o la etapa de un México precolombino surgieran para retomar las antiguas armonías integradoras, veloces y agudas del heavy metal de los inicios del rock pesado -denominado así al rock setentero-, que poco a poco dejaba el rhythm and blues para caer sorpresivamente en una densura que maravilló a todos los “macizos” que se aferraban a la sicodelia, dejaban el espacio anterior de otro grupo de incipientes músicos que ya experimentaba en los terrenos del gótico, en la pesadez y en la progresión; de este modo, se dejaba escuchar en Zacatecas una banda que al calor de los aceleres guitarrísticos o los sonidos percusivos de grandes iniciadores de lo que luego se convirtiera en black metal melódico, Postnecrum, la banda, atacaba ferozmente los ecosistemas sociales en el devenir de los moradores de la ciudad de las eternas leyendas de lloronas, monjes ahorcados y perros que arrojaban por los ojos, ese infernal fuego traído desde los meros recintos del reino de las sombras, del reino de los malditos, del magma, de los submundos de Dante.

‘Beto’, el ‘frontman’ de Postnecrum, siempre exacto, siempre profesional, siempre incitando a la banda "A mover las cabezas, cabrones"Estruendo de legiones marcó una etapa fructífera en la creación de temas que la banda pide en sus actuaciones. Desde 2004 tienen un set que manejan en sus presentaciones en vivo y que grabaron en 2007 para Maxi Records, de Pablito Cabrera. Intro, Kin Ich Ahan, Resurrección, La batalla final, Estruendo de legiones, Katum, La guerra ha comenzado, A través de las llamas eternas, Sacrificio y Necrofilia son las piezas que integran este primer disco en el que participaron Lord Necrum en las vocales, Zorlac en la batería, Jongleur en la guitarra, Letnaby en la otra guitarra, Whilhem Samael en los teclados y Donin en el bajo. En realidad, el sonido que han creado para este fin va diversificando su línea original basada en los efectivos riffs del black metal para, poco a poco, situarse en terrenos más melódicos, lo cual, desde la primera nota, identificas como el clásico estilo Postnecrum, basado en las armonías guitarrísticas de Lucio y Dany, acompañados, en todo momento, por los teclados de Whilhem, a veces barrocos, a veces más parecidos a las sacronotas que Cleto sacaba en ese enorme órgano del convento de Guadalupe, apoyados por Nino el bajista. Betonecrum, desde la parte frontal, siempre atento, siempre profesional, checando la consola para dar un buen show y “A mover las cabezas, cabrones, que esta rola es para festejar el festival”, gritaba a todo pulmón en el cuarto Día Estatal del Rock,  mientras el Betillo en la batería aporreaba inmisericorde los tambores; posiblemente, una de las alineaciones más poderosas del metal zacatecano. Las líricas que maneja la banda ensombrecen un poco la intención de ir a las profundidades de sí mismos, a las entrañas del mismo infierno, para lograr escalar algunos peldaños, para salir y dibujar el cosmos como un aspecto periférico de la raza humana que, presta, ha estado para la guerra, para la muerte, para el sufrimiento y el terror.

Desde aquí, un reconocimiento para Postnecrum, que ha destacado a nivel nacional a lo largo de su trayectoria. Se trata de una extraña foto, cuando andaban aún ‘El Digimón’ en la batería y Cristina en los corosEn 2012, ya con todo un arsenal musical adquirido en el rol, los nuevos sonidos aparecen, las armoniosas piezas de carácter metálico los han hecho más sinfónicos, más apartados de los principios originales del proyecto, ahora apoyados con enormes coros operísticos que complementan el estilo de la banda, único por estos lares. Cristina García, mezzo, y Tonatiuh Arellano, tenor, dan un toque medieval, oscuro, en conjunción, ahora, con Miguel Orozco en la batería, Lilith, excelente soprano que levanta las tonalidades para emprender una línea que gira en torno a las líricas de carácter épico, sin soslayar los referentes armónicos del black metal que, en algunos casos, trasciende para penetrar a lo más oscuro de las profundidades… “Más incierta fue la noche, las estrellas describían un misterioso adiós” (Dinastía amarna). “Extinguiendo todo aquel omnisciente en su manto, lacerando toda fe del cristiano, profanar la imagen de aquel que fue esclavo, un alma hereje, impávido comienza su mando, la vida y la muerte inmersas se encuentran, los fenecientes erguidos de su tumulto, luchan por una vida en la eternidad (Utopía ancestral).

El secreto de la conjunción se da en la relación que han tenido desde su nacimiento; los únicos cambios han sido en la batería, amén de la participación de Beto Cervantes, Whilhem, Betillo Valdez y El Digimón, siempre han sido para mejorar en los asuntos percusivos, y es en la actualidad que cuentan con los servicios de un excelente baterista que cubre los requisitos para llevar los ritmos y sostener en un respetable nivel la carga metálica de sus instrumentistas. Sayd Medellín es el responsable de hacer esa labor, la cual puso de manifiesto para lograr llegar a ocupar un lugar preponderante en la eliminatoria para participar en el Festival Hell and Heaven 2014, que fue cancelada por cuestiones político-económicas que demeritaron el quehacer organizativo donde Postnecrum ocupó el segundo lugar a escala nacional.

Postnecrum, alternando el pasado viernes con Transmetal y otras bandas locales excelentesSimón, ahora más sinfónicos, paseándose por las campiñas del folk en una perfecta instrumentación que cada vez más sube de calidad; por esa razón, han sido reconocidos a nivel nacional como la banda número uno del black metal, no sólo por parte de la audiencia, si no por los personajes de la radio, la televisión, revistas especializadas y organizadores que el 27 de junio de 2015 les otorgaron el premio Kalani a la mejor banda de ese subgénero a escala nacional. Nadie es profeta en su tierra; por lo pronto, Christian hizo su aparición en los teclados, como hace mucho tiempo, para alternar el pasado 17 de julio con Transmetal. Enhorabuena, Postnecrum, un reconocimiento por su musicalidad.

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