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jueves, 28 marzo, 2024
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Penuria, economía endógena y capacidad de planeación en Zacatecas

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS VARGAS •

La economía zacatecana está sin rumbo, nadando en la penuria y pobreza. Con un mercado interno con poco dinamismo desde el lado de la producción. El renglón de la economía agrícola y pecuaria del estado continúa con un enorme peso en el Producto Interno Bruto de la entidad, oscila en 25 por ciento del valor total, que contrasta con las medias nacionales, las cuales rondan en 10 por ciento. Lo cierto es que la producción de este sector está entre ciertos extremos donde ninguno fortalece realmente el dinamismo del mercado interno: entre la sobrevivencia y la exportación. Los productos que se quedan en el consumo doméstico no llegan a constituir mercado, y los sistemas-producto con alta rentabilidad son destinados al mercado externo. Aun cuando la producción de maíz se ha desplomado, si se suma a la del frijol representan 80 por ciento de la superficie anual cultivada en el estado, y se destina al mercado nacional. Y junto al chile seco, guayaba, durazno, tuna, vid y algunas hortalizas, suman alrededor de 772 mil toneladas de productos agrícolas destinados a mercados fuera de las fronteras zacatecanas. Y hemos de decir que la baja productividad y altos costos provocan que no sean esquemas competitivos: 90 por ciento de las 146 mil hectáreas son cultivadas bajo un riego de altos costos,  producto de sistemas de bombeo viejos y deficientes, además de prácticas de distribución parcelaria obsoletas o primarias. Y el incipiente desarrollo agroindustrial es caracterizado por pequeñas empresas que no cuentan con ingeniería de procesos, lo que las hace muy vulnerables a las variaciones del mercado. Ya no digamos la capacidad crediticia que limita acceder a los mejores adelantos tecnológicos, lo que recrudece la improductividad.

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En el caso de la producción pecuaria la cosa también es desolada: de las 5 millones de hectáreas destinadas a esa actividad, se logran coeficientes de agostadero que varían de 4 a 50 hectáreas por unidad animal. Es decir, es en su mayoría producción extensiva y con características de recarga, que pueden llegar hasta 300 por ciento de sobrepastoreo.

Así las cosas, no tenemos un mercado interno agropecuario dinámico y saludable; para conseguirlo sería necesario que hubiera una planeación de la economía agrícola con el enfoque de seguridad y soberanía alimentaria, que se fijara metas en función de sincronizar la capacidad productiva del territorio con la necesidades alimentarias de la población del estado. Con esta visión se produciría no sólo bajo el criterio de la rentabilidad que ofrecen los mercados nacionales e internacionales, sino el de cubrir los requerimientos de las canastas alimentarias locales. Con esta visión se generarían, en consecuencia, cadenas agroalimentarias que conectan directamente la producción con el consumo, con precios y costos realmente ventajosos. Sin embargo, eso demanda un Estado proactivo, inteligente y determinado en la planeación de la economía endógena. Lo que no tenemos. En circunstancias parecidas se encuentran el segundo y tercer sector de la economía. La innovación de políticas para crear una estructura productiva destinada al mercado interno significaría un salto poco probable con las características de la actual clase política zacatecana. ¿Acaso el estado de Zacatecas está destinado a la penuria económica secula seculorum?

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