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viernes, 29 marzo, 2024
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El Gobierno espía: el panóptico cibernético en quebranto de la libertad

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS VARGAS •

Con el diseño de software especializado, el espionaje se ha generalizado como mancha de humedad en todo el mundo y en todos los niveles. Desde los escándalos de la vigilancia que Estados Unidos mantenía en muchos países y sus principales líderes, como Merkel de Alemania, Hollande de Francia y, por supuesto, los presidentes mexicanos. Pero también se probó que un número importante de gobiernos adquirieron equipos especializados para vigilar a sus ciudadanos, entre los que se encuentra México. La justificación para adquirir y operar este tipo de tecnología es la lucha contra el terrorismo, la seguridad nacional y, en general, objetivos de seguridad pública. Por ejemplo, entre los productos que se comercializan se encuentra Fin Fisher, equipo compuesto de software y hardware que permite mantener vigilancia de forma focalizada en el interior de una red informática, desde el monitoreo de llamadas de video y audio, registro de correo electrónico, hasta la posibilidad de controlar la cámara y el micrófono de los equipos de las víctimas. Y entre las empresas más célebres está Hacking Team de Italia, que ha sido proveedora tanto del Gobierno Federal, como de diversos gobiernos estatales.

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El problema es que la práctica de espionaje se usa para mantener el control de un territorio y sobre los diferentes actores políticos, activistas sociales, periodistas y empresarios. Y como esta práctica es ilegal, no hay controles y no se puede regular. Así las cosas, es una práctica fuera de control. ¿Quién la usa y para qué fines? Se establecen grupos del poder que usan la información para objetivos que no son los del Estado, sino los de ciertas facciones. El tema es de alta gravedad por dos razones esenciales: construye poderes políticos sin control y afecta directamente la libertad de las personas. Sobre el primer asunto, significa la constitución de un panóptico cibernético que vigila su espacio social, y con ello desmantela la libertad. La relación entre la privacidad y la libertad es íntima: sin un espacio exclusivo para pensar y actuar la libertad es imposible. Con la comunicación intervenida ese espacio exclusivo queda eliminado. No hay espacio de libertad sin espacio propio. Y “propio” significa sin intervención. Con la invasión del Estado o grupo específicos de poder en todos los espacios exclusivos, merma sensiblemente la práctica de la libertad, y se da paso al control. No es gratuito que la prisión moderna se inaugurara con la arquitectura de la vigilancia con el panóptico de Bentham (Foucault dixit). La hipervigilancia cibernética nos habla de una nueva forma de tiranía que no tiene que ver con la distinción público-privado. Son fórmulas de control de lo público por asociaciones semi-privadas actuando al interior del Estado: un auténtico semi-gobierno. Los ciudadanos debemos actuar en consecuencia para proteger el espacio de la libertad. Y en Zacatecas todo este escenario está en acción.

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