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viernes, 19 abril, 2024
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Transformar la materia en piezas originales y únicas, la magia de la joyería: Vicente Loera

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Por: RAFAEL DE SANTIAGO •

■ En Zacatecas no hay un lugar donde se pueda comprar un gramo certificado de plata, señala

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■ En 1986 surgió un proyecto de gobierno para que jóvenes aprendieran orfebrería en el DF

Para Vicente Loera González, el oficio de la orfebrería tiene magia; se puede transformar la plata en piezas únicas y originales. Este oficio ha sido su vida, le ha permitido trabajar la plata y llevar sus creaciones a diferentes partes del mundo como España y Francia. Sin embargo, lamenta que la plata en el estado es difícil de conseguir y los plateros zacatecanos deben buscarla en otras entidades.

“En Zacatecas no se puede encontrar un lugar donde se compre un gramo certificado de plata; lo puedes comprar con un gambusino, pero no garantiza calidad. Tenemos convenio con Peñoles para comprar plata en Torreón, de allá la traemos, y no nos venden más de un kilo”, apuntó Loera.

No imaginó llegar a ser orfebre, pues él y sus siete hermanos ayudaban a sus padres a las labores del campo, siendo ayudante en las tareas de agricultura y ganadería desde pequeño, lo cual realizó hasta antes de cumplir la edad de 18 años.

Originario del municipio de Susticacán, recuerda que en su pueblo era común que los jóvenes al terminar la educación secundaria, emigraran hacia Estados Unidos buscando el afamado sueño americano.

Sin embargo, él y tres de sus amigos pensaban diferente y querían aprender un oficio que les permitiera tener una buena calidad de vida sin tener que abandonar a sus familias y a la tierra que los vio nacer.

Narra que en el año de 1986 surgió un proyecto del gobierno para que jóvenes fueran a la Ciudad de México a recibir capacitación en orfebrería y joyería, con la intención de difundir y promover la plata en Zacatecas.

Menciona que ésta era la oportunidad que esperaba él y sus amigos, y decidieron emprender la aventura. Al inicio no fue fácil, pues sólo recibía el salario mínimo y se quedaba en el taller donde recibía capacitación.

Desde 1987 hasta el año 2000 fue docente de la Escuela Centro Platero y en 1996 participa en el concurso sobre técnicas a la cera perdida. En 1996 es considerado por la Fundación Banamex como uno de los 150 grandes maestros de México.

Para Vicente, el poder transformar piezas en objetos con limas en vez de pinzas y lupa, fue llamativo y le atrajo pero llegó a frustrarse cuando alguna pieza no salía como pensaba. Llegó incluso a pensar en dedicarse a otro oficio.

También fue complejo dejar su tierra natal y, sobre todo, dejar de ver a su familia, además de vivir en una ciudad que no conocía y en donde el sistema de vida era mucho más acelerado que en su natal Susticacán.

Comenta el orfebre que sus piezas han sido adquiridas por personajes como el Papa Juan Pablo II, a quien le elaboró el báculo en su visita a Zacatecas. Pese a innumerables satisfacciones, sus inicios en este arte no fueron fáciles ■ FOTOS: ODÍN SALINAS

Lo motivaba aprender cosas nuevas, además de que valoraba el esfuerzo que también hacían sus padres por que aprendiera un oficio y siguiera adelante sin tener que vivir con carencias si continuaba trabajando en el campo.

“A mí me toco una época en la que aún se aplicaba la corrección del coscorrón; cuando alguien no entendía algo, el maestro nos daba nuestro coscorrón. A mí me tocó un par de veces, aunque erradicaron esa práctica”, recuerda Vicente.

En el curso que tomó en el Distrito Federal conoció la pasión que tienen los artesanos de otros estados por continuar con la elaboración de piezas tradicionales y de técnicas heredadas por sus antepasados, lo cual hacen más por obtener una satisfacción personal que por obtener una remuneración económica.

Cuando regresó a su pueblo, ya había aprendido a transformar los metales hasta su venta, pues lo más importante es hacer una pieza que guste a los clientes y que sea un distintivo para esa persona.

“Todo inicia sobre un diseño, pero que sea auténtico; en un inicio tomábamos factores como aspectos típicos de la ciudad, pero hay gente que trae sus ideas y diseños y se autoriza, luego se hace un modelado manual y después creamos moldes para que sea producción eficiente y sacar hasta 30 piezas”, explica sobre el procedimiento de la transformación de la plata.

Vicente menciona que sus piezas han sido adquiridas por personajes como el Papa Juan Pablo II, a quien le elaboró el báculo en su visita a Zacatecas. “Llegó a venir gente que hasta me quería tocar por haber hecho este trabajo, pero ayudamos a gente con experiencia que hizo esta labor”.

Asimismo, visitó su taller el comunicador Jacobo Zabludovsky Kraveski quien en dos ocasiones estuvo en su taller adquiriendo una gargantilla para su esposa; Pepe Aguilar y su esposa, esta última adquirió piezas para venderlas en Estados Unidos, así como Edith González y Armando Manzanero en meses pasados.

En mayo del 2008 participó y obtuvo el segundo lugar en el concurso Cantera y Plata organizado por la subsecretaria de Desarrollo Artesanal. Es presidente y fundador de la asociación del Centro Platero desde el año 2008 y es consejero de la Cámara Nacional de la Industria y la Transformación. Actualmente es director de la escuela Pedro Leites y coordinador del taller Tenamaztli Orfebres.

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