¿Qué es para el Gobierno Federal la “reingeniería de la UAZ”? Como estamos ante un problema con rostro financiero, se define como una manera de ahorro y recorte. El documento que da evidencia de la idea de reestructuración que tiene la SEP para la UAZ es el texto conocido como “los 12 puntos de acuerdo”, donde la Universidad se compromete a detener su crecimiento por un lapso de 10 años, no contratar a nadie y abandonar cláusulas clave (y costosas) del Contrato Colectivo de Trabajo con los docentes. Gobierno Federal también quiere formas de gobierno más controlables y gerenciales, como es la junta de gobierno con la respectiva eliminación de los procesos electorales en la Máxima Casa de Estudios. En suma, hacer lo que ya está haciendo en el resto del país: vulnerando los derechos laborales, esquemas de competitividad de acuerdo a moldes de mercado, dictando los criterios de la calidad y generando formas de administración con los esquemas de la gerencia pública. Es la Agenda Tradicional para con las universidades públicas, que se expresa a través de medidas como las acreditaciones y la construcción de estructuras académicas desde la segmentación de saberes, elevación de costos para estudiantes y múltiples esquemas de competencia entre universitarios. Estrategia que ha funcionado por más de 20 años; y con estas medidas, ¿cuánto han mejorado la educación superior? ¡Nada! Con este paradigma, el estado de Zacatecas seguirá sin contar con la Universidad que requiere.
Por tanto, la UAZ deberá construir su propia Agenda de Transformación desde la edificación de su identidad, y un buen comienzo es voltear a ver la llamada “Agenda Modo 2” promovida por Unesco: el nuevo modelo académico basado en la complejidad, la promoción de la transdisciplinariedad (la ecología de saberes para un mundo líquido), el impulso del aprendizaje independiente y la calidad académica concebida como el valor social del conocimiento. Esto último significa que la calidad estará anclada en la pertinencia, lo cual significa que el modelo académico dependerá del modelo de desarrollo social con el cual se comprometa. En suma, si la Universidad permite que le impongan la agenda de transformación tradicional desde Gobierno Federal, los zacatecanos nos debemos despedir de una institución de educación superior pertinente para el propio estado, sin contar la vulneración en derechos laborales de que van a ser objeto los docentes universitarios. En cambio, si resisten a esta ruta aciaga y se ponen de acuerdo para levantar un modelo académico Tipo 2, entonces la situación puede ser muy otra.
Claro está que el Rector Silva ofrece sólo la torpe obediencia a la SEP y está dispuesto a entregar el alma misma de una institución de este tipo: la autonomía. La pregunta es qué harán el resto de los actores universitarios: ¿se disputarán la Rectoría sin definir un rumbo alterno de la UAZ?, o en la definición del rumbo, ¿propondrán adaptarse a la Agenda Tradicional? O por el contrario, ¿se unirán entre sí y plantearán un cambio de rumbo pero pertinente y alternativo de acuerdo al Desarrollo Humano para la entidad? Esto es, si los universitarios no son proactivos en su propia exigencia de apoyo, los condicionarán con un trato de ignominia.
