Cuando un aspirante a obtener la cabeza del Ejecutivo estatal exhibe públicamente su pretensión de ser gobernador, lo hace con el objetivo de reunir voluntades alrededor de él. Y si logra generar una “percepción de mayoría”, pues sabe que arrastrará a todos los grupos políticos y sociales que quieren estar incluidos en el grupo ganador de la contienda, y así, lograr algunas prebendas en la misma. Es decir, en la pre-competencia interna (sobre todo en el partido oficial) gana quien logra la llamada “cargada”. Lo importante es caer en la cuenta que este proceso de agrupación alrededor de ciertos candidatos no se distingue por estar mediado con criterios ideológicos ni programáticos, es decir, en ningún momento los agrupamientos son por mor de estrategias para resolver algún problema público, lo que hay es la exigencia de “apoyar” a los inscritos como simpatizantes o retribuir el apoyo bajo la estructura de pago de favores. Con lo cual el fraseo que reza “el proyecto de Juan Pérez” resulta ser Juan Pérez mismo. En realidad es una política donde nunca se pone por delante aquello que se hará con el poder: ¿para qué se quiere tener el poder político? ¡Para tenerlo! Lo que se haga con él, es cosa secundaria. La lectura de los candidatos está en función de los grupos políticos beneficiarios de dicha candidatura, nunca en función de verdaderos proyectos de gobierno.
Lo que aquí comentamos es relevante porque significa que en los procesos políticos están ausentes los grandes problemas públicos, la política se hace en función de la unión de beneficiarios y cálculos aritméticos. Le llaman “real política”: el crudo procedimiento de acceso al poder al margen de todo valor normativo. Pues bien, en ese procedimiento está el trabajo político activo del tejido de filiaciones sea o no tiempo para eso. Las declaraciones en torno a los tiempos reglamentarios es pura retórica para colocarse públicamente dentro de las reglas, pero “en realidad” hacen otra cosa. En el partido oficial, al igual que en otras expresiones políticas, están ya en el proceso intenso de la sucesión, lo cual intervino ya, el ejercicio mismo de gobierno: según la facción partidaria son las acciones de las secretarías o direcciones del gobierno estatal, o aun, de los gobiernos municipales. De aquí en adelante las prácticas de gobierno estarán alineadas a ciertas candidaturas. Y en los partidos de oposición la dinámica es distinta pero también bajo la lógica del destape. Lo cierto es que en estos tiempos es cuando se toman las decisiones fundamentales (las candidaturas oficiales), porque después es formalizarlas y conseguirles los apoyos que las sustenten. Y dichas decisiones se toman en pequeños-comités de notables en correspondencia con las cabezas de la dirección nacional del partido que se trate. En otras palabras, estos tiempos “prematuros” son en realidad esenciales. En suma, en estos tiempos tempranos es cuando acaece la selección de la Selección, después vendrá el juego. ¿Y los ciudadanos? En las gradas.
