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jueves, 28 marzo, 2024
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El PT en agonía: de partido socialista a franquicia electoral

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS VARGAS •

El Partido del Trabajo nace desde el 90. Cuando se creaba el PRD, entre sus fundadores ocurre un desgajamiento impulsados por Salinas de Gortari, bajo ese signo se concreta el nacimiento de este partido. En toda su existencia ha tenido sólo un dirigente máximo: Alberto Anaya. Aunque formalmente hacen aparecer una dirección colectiva. Sus fundadores venían de una intensa militancia de izquierda social, los cuales fundaron organizaciones que en los años 70 tuvieron enorme importancia en los repartos agrarios y en la fundación de colonias populares. Organizaciones como el Frente Popular de Lucha de Zacatecas, el Comité de Defensa Popular de Durango, el Frente Popular Tierra y Libertad en Nuevo León, conformaban sus bases de apoyo y movilización. En sus orígenes pre-partidarios se aglutinaban en una organización dirigente nacional con ideología de socialismo-maoísta. El antecedente de lucha de estos militantes fue penetrante y de alto compromiso con sus principios. Sin embargo, pasando la década de los 80, la historia cambió por completo: conformaron un partido no popular, sino clientelar; sedimentaron una dirección única y absoluta con mínimas prácticas democráticas internas; y se dedicaban a sobrevivir haciendo alianza hasta con la derecha panista (como el caso de Tlaxcala); y con el PRI se mantuvieron coaliciones electorales en Chihuahua y Oaxaca. Pero siempre con problemas para mantener el registro, en el 2003 estuvieron a punto de perderlo a pesar de que se requería sólo el 2 por ciento de la votación. Les vino bien, por ello, las amplias convergencias electorales con la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas, y las dos campañas de López Obrador.  Sin embargo, las divisiones internas por el control de los recursos han terminado por borrarlos del mapa político.

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Aquí en Zacatecas tuvimos una muestra muy gráfica de lo que ocurría dentro de ese partido: cuando sale del mismo Narro Céspedes, y entablan una intensa lucha por los activos materiales del PT, se muestra la confusión entre las Organizaciones Sociales y el propio partido; y al mismo tiempo, se revela cómo se invirtió la jerarquía fraseada en los primeros años de los 90: decían que el partido sería un instrumento de las organizaciones sociales, para que estas mejoraran sus procesos de gestión de recursos. Pero al final, las organizaciones fueron el instrumento del fin último: conservar el poder de los líderes. Y la inversión electoral se convirtió en el centro, un ejemplo es la diferencia actual del costo por voto entre Morena y el PT: 33 pesos contra 346, respectivamente. En estos últimos años, el PT se convirtió justo en la manera que lo definió su líder máximo: como una franquicia. Y en el caso de Zacatecas le arrendaron la franquicia a una familia freníllense de políticos. Así que es casi una pulla cuando frasean su lema en las bardas: “todo el poder al pueblo”.  En esta elección, está por concluir el ciclo de este partido, algunas décimas porcentuales definirán si a dicha franquicia se le retira la bolsa del dinero público o continúa en el mercado de los votos.

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