28.1 C
Zacatecas
miércoles, 24 abril, 2024
spot_img

El precariado mexicano ¿puede constituir un sujeto político?

Más Leídas

- Publicidad -

Por: RAYMUNDO CÁRDENAS HERNÁNDEZ •

A pocos días de la elección de diputados federales se intensifican las denuncias de compra venta de votos por parte de los partidos políticos, asunto que se repite elección tras elección y que, por ello, mantiene la pertinencia de las preguntas: ¿Es viable la democracia en México? ¿El precariado puede auto-organizarse?

- Publicidad -

La rebelión de los ricos, justificada en sus inicios hace casi 4 décadas con el slogan “Cuando los ricos pagan menos, los pobres viven mejor” ya está siendo evaluada por sus resultados más que por sus promesas y no le va nada bien. El profesor y economista Guy Standing acuñó el término precariado para denominar a un estatus que crece rápidamente en la parte del mundo donde se aplicó el dogma neoliberal, penetrando y absorbiendo lo que queda del antiguo proletariado y de segmentos más amplios de las capas medias, unidas tan sólo por la sensación de una vida vivida en las arenas movedizas o al pie de un volcán. Miembros del precariado son aquellos que ya están en situación de desempleo o que trabajan sin seguridad social ni estabilidad laboral, quienes temen que sus trabajos no sobrevivan a la siguiente ronda de recortes o reestructuraciones, lo son los egresados universitarios que buscan en vano un empleo acorde con sus destrezas y ambiciones, así como los empleados que tiemblan ante la idea de perder sus hogares y los ahorros de toda su vida en la siguiente crisis bursátil y, en fin, todos aquellos que no sienten seguridad alguna en la estabilidad del lugar que ocupan en esta sociedad. El denominador común que identifica los grupos sociales increíblemente abigarrados pertenecientes a este estatus es una humillante premonición de su ignorancia sobre las causas de su situación y la impotencia que de ella se deriva, que niega la autoestima y la dignidad de todos ellos.

El precariado se ve sometido, como todos los humanos, a una brutal presión publicitaria para asumir la cultura del consumismo extremo y el desperdicio que lo acompaña, como requisito indispensable para “ser alguien” en esta sociedad: la frase “consumo, luego existo” podría ser la divisa de la época neoliberal. La compulsión consumista y la pertenencia al precariado configuran una contradicción destructiva de las personas por la imposibilidad material de pertenecer al único grupo realmente importante: los consumidores. A la vergüenza de no disponer de recursos económicos suficientes para ser un verdadero consumidor, se suma el sentimiento de culpa propio de las personas que no perciben su situación como un problema social sino que la explican como un producto de su incapacidad individual. Como se ve, el individualismo dominante termina siendo un elemento justificador de la exclusión de millones de personas del idealizado mundo de los consumidores.

El crecimiento exponencial del precariado ha propiciado la disminución sistemática de los salarios, debido a que los excluidos del mundo del trabajo claman por su inclusión al costo que sea, mientras que los trabajadores en activo no defienden sus conquistas por temor de perder todo al ser despedidos; si a ello agregamos, en el caso de México, la inexistencia de verdaderas organizaciones sindicales, comprometidas con la defensa de los derechos y conquistas de los trabajadores, entenderemos porqué, en las tres décadas de dominio neoliberal, los salarios han perdido más de 70 % de su poder adquisitivo, lo que también explica el vergonzoso estancamiento de la economía nacional por la debilidad consecuente del mercado interno.

El individualismo y la baja autoestima de las personas en condición precaria también se convierten en obstáculos formidables y muy reales a toda iniciativa auto-organizativa, empezando por su indisposición a discutir sus problemas y a construir algún tipo de liderazgo con sus iguales. Sin embargo las experiencias observadas en muy distintos países del mundo han mostrado capacidades que no se esperaban, señaladamente el caso de los indignados españoles, que acaban de demostrar su capacidad de construir un sujeto político “Podemos” que representa sus inconformidades y aspiraciones, y que ha emergido en el espacio electoral de España con una fuerza verdaderamente espectacular, trastocando el bipartidismo tradicional de la democracia de ese país.

A estas horas de las campañas electorales ya es evidente que en Zacatecas no se ha producido ningún movimiento independiente del precariado y que sólo cabe esperar un comportamiento tradicional, dominado por el miedo y por las relaciones clientelares promovidas por izquierdas y derechas, con la excepción de Morena. Ello no quiere decir que dejemos de valorar las inesperadas acciones de lucha independiente protagonizadas por los trabajadores del IZEA, los de la cervecera, segmentos del Sutsemop y de trabajadores precarios de la salud,  así como los de Triumph. Esperemos que esas acciones y el posible triunfo del candidato independiente a gobernador en Nuevo León sirvan de estímulo para que pronto veamos al precariado zacatecano convertido en agente transformador.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -