Ayer, por enésima ocasión, cientos de hogares y negocios de la zona centro y conurbada resultaron inundados por la tormenta ocurrida por la noche, la razón principal fue el bloqueo de alcantarillas. Las lluvias son cíclicas y previsibles, y por eso mismo sus impactos catastróficos en la población no deberían serlo: se conocen sobradamente bien, y desde hace mucho, las constantes orográficas y las variantes meteorológicas, pero las autoridades federales, estatales y municipales no han podido o no han querido adoptar medidas eficaces para evitar que las precipitaciones pluviales provoquen el derramamiento de aguas negras o la saturación de alcantarillas por basura.
Las autoridades de todos los órdenes tienen la obligación de proponer planes de infraestructura, formular estrategias de prevención de desastres y adoptar medidas de protección civil a partir de las probabilidades conocidas de fenómenos geológicos y atmosféricos. Ante la llegada de tormentas es oportuno resaltar la necesidad de que en nuestro país se fortalezcan los sistemas de protección civil, prevención de desastres y asistencia a víctimas de catástrofes naturales. Es cierto que ya se pueden apreciar avances en materia de protección civil. Sin embargo, en ese ámbito ninguna inversión y ninguna acción preventiva puede considerarse excesiva, especialmente en un territorio que presenta riesgos evidentes y diversos
A estas condiciones deben sumarse los resultados de la falta de planeación, la corrupción y la indolencia en materia de desarrollo urbano y la fragilidad de muchos asentamientos rurales, así como el dudoso cumplimiento de los reglamentos de construcción, las leyes ambientales y la falta de cultura de una ciudadanía que obstruye las alcantarillas con residuos sólidos aventados en la vía pública. El panorama que puede obtenerse de esa conjunción de factores es un mapa plagado de peligros que, a su vez, demanda mecanismos ágiles, eficaces y complejos de protección civil.
En este mismo sentido debe apreciarse una campaña para fomentar la cultura de la prevención en Zacatecas, donde se realicen acciones de difusión y simulacros con el propósito de mantener la conciencia ciudadana alerta y preparada ante eventuales catástrofes.
Las autoridades mexicanas de los tres niveles de gobierno deben verse, pues, en el espejo de tragedias de tiempo atrás y prestar la atención y los recursos necesarios a los sistemas de protección civil y prevención de catástrofes; lo de ayer fue sólo un aviso.
