■ Gerardo Nieto considera que el arte no debe descuidar el placer estético y la reflexión intelectual
Con una crítica al Living theatre, ofrecida por Carlos Gerardo Niño, docente de la Unidad Académica Preparatoria de la UAZ y ex actor teatral y la presencia de Rodolfo Obregón en representación del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Teatral (Citru) Rodolfo Usigli-INBA, dio inicio el programa académico del Festival Cosmicómico de Teatro Alternativo Internacional Zacatecas (FCTAI) 2015.
La conferencia se inscribe en el ciclo Herencia de los grandes creadores del siglo 20, que tiene sustento en la colección de materiales de mismo nombre donada al Citru por la Academia Experimental de los Teatros de Francia.
En la proyección de la película realizada ayer en el foyer del Teatro Fernando Calderón en punto de las 14 horas, El living theatre ayer y hoy, perteneciente a esta colección, se muestra el sustento teórico e ideológico –anarquista-, pero también el proceso creativo y los recursos técnicos y actorales de esta compañía teatral fundada a finales de los años 40 en Nueva York y actualmente dirigida por Judith Malina.
Posteriormente, Carlos Gerardo Nieto analizó en El living theatre o la utopía del arte, su “búsqueda del cambio social, a través de la provocación ex profeso al espectador”.
En su exposición, el docente de la Máxima Casa de Estudios en el estado, cuestionó la efectividad del teatro para producir cambios sociales, al sostener que “la participación política de la sociedad sólo es posible bajo las expresiones de representación de ideas, de exigencias, de protesta, que claramente la propia sociedad emprende con propósitos exclusivamente políticos”.
Diferenció la política como tema teatral de la militancia política. Esta última dijo, es sello distintivo de El living theatre, pues, invita, incita dijo, al espectador a la acción. No obstante aseveró, “el arte produce más pasión que acción”.
Recuperó, luego de sostener que esta compañía específica de teatro mantiene un ideario particular, que se expresa como su estilo, casos recientes de activismo político desde los escenarios en México.
De la participación del actor Daniel Giménez Cacho en la política nacional, dijo no ha ejercido una militancia “desde el teatro”, pues habría entendido que “a lo máximo que se llega con el público es a la construcción de conciencia” pero no a provocar su participación política.
Y sobre la reciente presentación en su gira por Zacatecas de los hermanos Bichir con El último preso, agregó que el mensaje político, la insistencia y las ganas de provocar al espectador eran tantas, “que al final salimos de la obra hastiados de lo que ya sabíamos como habitantes de este país mal-usado, y sin ganas de saber más; por lo tanto, sin ganas de hacer mucho”.
Finalmente comentó, para el caso del teatro, y concretamente el zacatecano, “no hace falta rebasar las fronteras de la historia contada, del personaje en conflicto, para mover a la conciencia social al espectador. La exhortación al ciudadano no debe distraernos del placer estético y de la reflexión intelectual que se le debe a quien se acerca para ‘mirar’, no para actuar”.
