Chilpancingo. Los jugadores de los Avispones de Chilpancingo, de la tercera división del futbol mexicano, se vieron involucrados en los hechos trágicos de Ayotzinapa el 26 de septiembre de 2014.
Esa noche desaparecieron 43 normalistas de los que aún no se tiene certeza de su paradero, pero el hecho también sigue afectando a los futbolistas, quienes han tenido que recibir ayuda terapéutica para olvidar lo ocurrido en aquel paraje, a pocos kilómetros de Iguala.
De los 26 integrantes de los Avispones, 12 resultaron heridos y hubo dos muertos, el jugador David Josué García Evangelista y el chofer del autobús balaceado, Víctor Manuel Lugo.
Uno de los involucrados, Miguel Ríos, relata los sucesos: “Era como si las cosas sucedieran muy rápido y otras muy lentas. Cuando disparaban todo parecía muy acelerado, pero a la vez sentía que el tiempo se hacía eterno…”
Ríos, quien recibió cinco balazos, admite que tuvo miedo, pero no a la muerte, sino a ver terminadas sus aspiraciones de convertirse en futbolista profesional.
