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jueves, 25 abril, 2024
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Ciudadanía Social y Docencia: educar para la inclusión

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS VARGAS •

Ciudadanía es, generalmente, una perspectiva sobre los problemas de inclusión-exclusión  e igualdad-desigualdad de una sociedad. Esto quiere decir que los estudios en términos de ciudadanía habitualmente interrogan las tensiones y contradicciones que se producen entre, por ejemplo, la igualdad jurídica ciudadana y las desigualdades materiales entre ciudadanos, o entre la participación política igualitaria que presupone la ciudadanía democrática y las prácticas de acaparamiento y elitización de la política. También al decir y pensar “ciudadanía”, están considerando sus problemas de pertenencia, participación, diferenciación y semejanza: establece el acceso a un piso mínimo común de privilegios y obligaciones garantizado por el Estado.

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La palabra ciudadanía tendrá un rol fundamental como símbolo de “libertad” e “igualdad” en la ola de rebeliones y revoluciones antimonárquicas que derribaron a los Estados absolutistas entre los siglos 18 y 19. El republicanismo liberal moderno hizo uso de las antiguas representaciones que asociaban “ciudadanía” a igualdad y a derechos (esto es, protección del ciudadano frente al arbitrio del poder, así como reconocimientos y prerrogativas civiles, políticas y económicas). Se convirtió en el símbolo de una organización social alternativa que el liberalismo republicano oponía al estatus de “súbdito”.

La aparición de un mundo socioeconómico de nuevo tipo, capaz de producir condiciones de vida miserables sobre un trasfondo de igualdad jurídica, le dio el tono a lo que Occidente llamó su cuestión social. Sólo el despliegue del poder regulatorio del Estado alrededor de las formas de trabajo asalariado y sus intervenciones sociales garantizando la “desmercantilización” del acceso a condiciones básicas de educación, salud y vivienda y generó un conjunto de “derechos sociales” capaces de reducir la tensión inherente a la cuestión social.

Así las cosas, educar para la ciudadanía es despertar en los jóvenes ciertos valores esenciales que los convierten en la antítesis del súbdito: alguien que es activo y decide, no quiere dominar al otro, y lucha por la realización de todos los derechos para todos. Compromete su acción con agencias colectivas por la igualdad social y el ejercicio de las libertades. ¿Qué tipo de docencia produce esta formación? Lo primero, con seguridad, es el ejemplo: un maestro que se comporta como siervo anula toda su acción educadora; en seguida la existencia de un plan que incluya el contacto directo con la realidad doliente en la sociedad, el puro discurso dentro del aula no sirve de nada; también debe haber formas pedagógicas que le exijan a los estudiantes discernir e iluminar las causas de los problemas sociales que bloquean las libertades y provocan la desigualdad. Componentes de experiencia, teórico-intelectivos y valorales. Lo cual implica una enorme creatividad de los docentes en su actividad diaria con los estudiantes en todos los niveles educativos. Como nos dice Procacci, estamos ante la emergencia de la Ciudadanía Social en el mundo contemporáneo, y sin compromiso de la escuela con este paradigma, será únicamente polvo en el aire.

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