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viernes, 19 abril, 2024
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Solución a crisis que enfrenta la Universidad es responsabilidad del Estado: Domínguez Garay

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

■ Falta de capacidad de la administración para conducir a la institución, el principal obstáculo, expone ex rector

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■ Considera que se requiere la unión entre las partes involucradas para exigir al gobierno responda ante problemática

Para el ex rector Francisco Javier Domínguez Garay, la intención de resolver la crisis financiera y administrativa de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) a costa de los universitarios, mediante la reducción de salarios o la eliminación de espacios laborales, es equivocada, pues la responsabilidad de garantizar el funcionamiento de las instituciones públicas es del Estado, es decir, del gobierno federal y estatal.

“Dinero faltará por siempre, nunca va a encontrar una institución que tenga lo suficiente, pero llegará el momento en que el problema que tenemos del Issste, Fovissste y SAR se resuelva por parte del Estado, al igual que resolvió lo de Pemex o la Comisión Federal de Electricidad. Así tiene que ser, es su obligación”, expone..

Ante esa situación, asegura que el principal problema de la UAZ en este momento es la falta de capacidad de la administración central para conducir la institución, para generar gobernabilidad, y para definir un proyecto institucional.

Luego de un año de ausencia por problemas de salud, el ex rector concedió una entrevista a La Jornada Zacatecas para exponer su punto de vista respecto a la coyuntura en que se encuentra la máxima casa de estudios del estado

Yo me daba cuenta que decían que el problema de la falta de dinero era responsabilidad de Domínguez al ingresar profesores sin respaldo financiero. Al tomar las decisiones, cualquier individuo lo hace basado en sus referentes y en lo que cree. Puede o no estar equivocado o pueden otros no coincidir. Entonces mi primer referente para tomar mis decisiones cuando fui rector, es que estoy convencido que la educación es un derecho y que el responsable de que ese derecho lo tengan los mexicanos es el Estado.

Las universidades públicas somos un ente que utiliza el Estado para cumplir esa función que a él le corresponde. En el periodo en que estuve como rector había dos políticas federales y después se agregó una tercera: ampliar la cobertura, calidad académica y el bachillerato obligatorio.

 

En razón de eso y de lo que creo por mi forma de pensar, había que dar las condiciones para que más jóvenes entraran y obviamente se requerían más espacios físicos y más profesores. Efectivamente, tomé una decisión por esos principios que sigo teniendo y lo hice sin respaldo financiero del gobierno federal y estatal.

No fue una noche de mis desvaríos el irme a los municipios y abrir prepas y otras licenciaturas en los municipios. En mi reflexión, tuvo una razón de ser: uno, que a nuestros jóvenes les salga lo más económico formarse, porque si les llevamos un espacio a su casa tienen más posibilidades: y dos, mantiene los núcleos familiares, porque muchos de los que venimos de pueblos jamás regresamos para servir al desarrollo de la región.

Yo tenía razones compartidas o no por otros para hacerlo, y como la obligación era del Estado, tomé la decisión por falta de subsidio insuficiente de dejar de pagar al Issste. Pero los universitarios no recuerdan que pagué otra cosa que nadie había hecho en la historia de la universidad que es un adeudo histórico en Hacienda.

En esta universidad, los impuestos que nos retenían no se le entregaban al Estado. ¿Sabe cuanto se entregaba mensualmente independientemente de lo que nos quitaban? 250 mil pesos. Yo tomé la decisión de resolver el problema y a partir de 2008 le entregábamos de siete a nueve millones de pesos mensuales, en lugar de 250 mil pesos. Ese comportamiento que tuvo la universidad permitió resolver un problema de mil 51 millones de pesos.

Es verdad que dejé de pagar al Issste. Fue una decisión mía, buena o mala, pero resolví otros problemas. Pero lo más importante es que en mi administración jamás faltó un peso para pagar en tiempo y forma el salario y las prestaciones de los profesores y trabajadores. Me atrevo a decir que ni un día les pagué tarde, y no solo eso, apoyé a muchos docentes a que se fueran a estudiar maestrías y doctorados.

Le dí a una gran cantidad de profesores seguridad laboral pues había quienes tenían hasta 15 años de ser tiempo determinado. Pero yo tomé la decisión de darles seguridad laboral no solo a ellos, porque en el periodo de Domínguez se dieron 500 bases a los trabajadores; eso no lo han dicho.

Asumo que no pagar al Issste fue una decisión mía, pero el anterior rector a mí tomó la decisión de no pagar a Hacienda y el anterior había tomado la decisión de entregar edificios para resolver lo del Issste. Pues yo resolví lo de Hacienda, nunca pagué a destiempo, apoyé a los profesores y no entregué un pedazo de esta universidad. Al contrario, incrementamos la infraestructura educativa y deportiva como nunca se había hecho.

Pero en estos momentos, con todas las medidas que ha tomado esta administración para resolver ese adeudo, la cosa está peor y es más, no se ha resuelto aunque han corrido funcionarios, han bajado salarios, han dejado de apoyar a los profesores y han dejado de crecer.

Yo incrementé en mis cuatro años más de 10 mil alumnos. Eso cuesta y el Estado tiene qué asumirlo. Pero bueno, nuestros compañeros que hoy dirigen la universidad piensan que eso tiene que ir a costa de los universitarios.

Por eso yo jamás coincidiré con quién vea a la universidad pública como algo que tiene números rojos o números negros, porque no es una empresa. Escucho opiniones de universitarios y extrauniversitarios decir que la UAZ no llena y que se ponga un hasta aquí. De veras me dan lástima y me río al escucharlos, porque son diputados los que se atreven a cuestionar cuando su salario es enorme en comparación con un profesor doctor y con una calidad académica de primer nivel, mientras que muchos de ellos ni licenciatura tienen.

Por todo esto que le digo, yo creo que el problema fundamental de la Universidad Autónoma de Zacatecas, no es la falta de dinero (porque sí falta y seguirá faltando mañana y dentro de 10 años, salvo que cambie la forma de otorgar los recursos a las universidades públicas), sino la falta de una conducción, gobernabilidad, orientación, proyecto. Por el contrario, es hasta ofensivo que nuestro rector no sea el que decida, el que mande y el que ejecute, y que sean otros los que lo hagan.

Dinero faltará por siempre, nunca va a encontrar una institución pública que tenga lo suficiente, pero llegará el momento en que el problema que tenemos del Issste, Fovissste y SAR se resuelva por parte del Estado, al igual que resolvió lo de Pemex o la Comisión Federal de Electricidad. Así tiene que ser, es su obligación.

Armando Silva cambió el proyecto

Todavía ignoro porqué se dio eso. El único que tiene la respuesta es él mismo. Ignoro porqué lo hizo, porque además él fue parte de nuestra administración. Yo fui parte de la administración de Alfredo Femat, pero yo no cambié el rumbo del proyecto que teníamos.

Al final de mi rectorado hubo distanciamiento pero no por el proyecto, sino por el proceso electoral. El proyecto y los programas nunca se detuvieron y se impulsaron, por ejemplo el deporte: cuando Femat era rector había un equipo de futbol de tercera división, y cuando Domínguez dejó de ser rector, había un equipo en casi todas las divisiones.

Entonces ignoro porqué Armando Silva haya cambiado el proyecto y ahora quiera hasta cerrar espacios, como la extensión de Medicina de Fresnillo, algo que costó mucho abrirlo y que le da la oportunidad a 100 jóvenes más que, de cerrar ese espacio, no podrán entrar aquí.

Los salarios de los funcionarios y la venta de prestaciones

Creo que las autoridades universitarias no han sido capaces de aclarar a la sociedad que muchas de esas cosas son incorrectas. El salario de los funcionarios de la UAZ está por debajo de muchos otros que no trabajan en la universidad.

Es increíble que un rector de otra universidad que tiene mil alumnos gane mucho más que un rector de una universidad que tiene 40 mil alumnos. Es inadmisible que un rector que dedica día y noche, bien o mal, gane casi la tercera parte de lo que gana un diputado local.

Un rector y su equipo deberían ganar más porque lo merece. No es cierto que el problema de la falta de dinero se resuelva lastimando a los universitarios, pero por desgracia no han sido capaces de decir que no es cierto que ganen más que otros. A usted que es periodista, yo le pediría que vea cuanto ganan los rectores de las universidades y compare con lo que gana el rector de la UAZ y se va a quedar asombrado.

A las autoridades universitarias les ha faltado claridad para hacer entender que no es que su salario sea mayor, sino que el convenio de Hacienda tiene cláusulas que lo drfinen. Históricamente, esta universidad decidió que de 100 pesos que percibe un profesor, 60 pesos fuera su salario y 40 pesos sus prestaciones.

De esa manera el impuesto es sobre 60 pesos, no sobre 100, y las prestaciones, según el esquema del convenio de financiamiento, van sobre 60 pesos. Un funcionario, de sus 100 pesos que recibe, el impuesto va sobre ese total al igual que las prestaciones.

Entonces un funcionario mensualmente gana menos que un profesor común y corriente. En las prestaciones es donde el funcionario recibe ese estímulo, porque se lo dan sobre 100 pesos y al profesor sobre 60.

Además el funcionario no puede entrar al Programa de Estímulos ni puede ser integrante del Sistema Nacional de Investigadores. Eso quiere decir que además del salario y las prestaciones, los docentes reciben una mensualidad por ser parte de esos programas. No es cierto que los funcionarios ganen mucho, pero no se porqué no han sido capaces de aclararlo a la gente que tiene esa idea.

Sobre la venta de prestaciones, ¿Sabe a quién beneficia esto? A la institución, más que al profesor. Al docente le van a pagar, cuando un despacho actuarial haga su cálculo, una proyección con base al periodo de tiempo que puede vivir biológicamente, 76 años. Pero si vive 77, 80 o 90 años, todo ese tiempo no le calcularon y no le van a dar dinero.

Además, le pagan al momento actual, es decir, ese recurso no tiene el valor adquisitivo que podrá tener dentro de 15 años. ¿Quién se beneficia? La institución, porque al momento que usted se jubile, a partir de ese momento la institución no le av a dar ni un cinco, y ahorita de 100 pesos le da 40.

Gracias a esos programas que surgieron en el tiempo de Femat y conmigo, los pasivos laborales que la universidad tenía de 26 mil millones de pesos, bajaron a poco más de 6 mil millones.

Entonces la institución salió beneficiada y el profesor solo se benefició Asen primer momento. Yo soy de los que vendieron las prestaciones y con ese recurso compré esta casa donde hacemos la entrevista, pero el día que yo me vaya, mi caso será peor porque me fui por cuentas individuales y no tendré de qué mantenerme, porque ni la universidad ni el Issste me va a dar.

Todo eso que se dice al respecto se genera para tratar de poner en contra algo que no le sirve a la UAZ ni a los sindicatos. No se puede poner en contra a los viejos contra los jóvenes ni viceversa, porque todos somos necesarios.

Por eso esta universidad requiere de una estabilidad y una gobernabilidad, para unirnos y exigirle al Estado que ponga lo que es su obligación y, efectivamente, aquellas malversaciones, malos manejos o desviaciones de recursos que pudiera haber, que se demuestren y se corrijan.

Se ha dicho tanta mentira con una intención política más que con una verdad cierta. ¿Usted cree que el gobierno federal no sabía en qué gastaba el dinero? Claro que lo sabía, y tan lo sabía que jamás dejaron de apoyarme. El recurso que necesité para los proyectos de esta universidad lo tuve.

Es cierto que no tuve para el Issste porque tomé la decisión de resolver lo de Hacienda, pero hay una lógica muy sencilla: quién distribuye el dinero de los mexicanos es precisamente la Secretaría de Hacienda, y por eso tomé la decisión de estar bien con quién otorga el recurso.

La pugna sindical por los espacios de técnicos académicos y académicos profesionales.

En la UAZ no todos los profesores se dedican a dar clases frente a grupo. En esta universidad no solo se dan clases, sino también hay vinculación, extensión, cultura, y por tal motivo ingresaron técnicos académicos y académicos profesionales para generar diversos proyectos.

Entonces, o tienen una ignorancia terrible sobre lo que es la educación pública y la universidad, o tienen una intención política de golpear a quien ellos creen que hay qué golpear.

Todo tiene un interés político. Voy a narrar algo que pasó antes de enfermarme: En el Stuaz yo otorgué 500 plazas, les di seguridad laboral a 500 trabajadores, lo que nunca se había hecho.

Si se piensa que por esa razón iban a votar por mi o por mi proyecto, esa idea es equivocada. No es así, esos 500 fueron los primeros que marcharon ofendiendo a Domínguez en las calles. Esa es una lógica y una política ranflera.

Si eso hubiera sido, si metí 900 profesores para que apoyaran el proyecto de Domínguez, ¿dónde salieron a defenderme con el corazón y con las uñas cuando me golpearon en esta administración? No es así, jamás estuvo en mi mente que el ingreso de los profesores fuera para apoyar un proyecto político.

Los grupos políticos.

No podemos negar que al interior de la universidad hay colectivos que hacen acción política y académica. Los más presentes son el Grupo Universidad, Renacimiento Universitario y ahora uno encabezado por integrantes de la administración central. No quiere decir que no existan otros grupos, pero son de menor intensidad.

Para la estabilidad institucional y para la gobernabilidad de la UAZ, esos grupos políticos son necesarios y fundamentales. Una universidad, un municipio, estado o país que no está organizado no garantiza estabilidad. Se requieren para eso y solo son dañinos cuando estos grupos se meten en lo que no es su quehacer.

Desde mi punto de vista el problema es la falta de conducción, gobernabilidad, proyecto y estabilidad, y por eso estos grupos políticos deben buscar esa confluencia para darle esto a la universidad.

Hay que buscar esa confluencia los que ven a la universidad como una institución pública y entienden que es responsabilidad del Estado, no los que la han ejecutado de otra forma. No puede uno buscar alianza con alguien que siempre está tratando de golpear a los universitarios, por el contrario, siempre hay que buscar a alguien que trate de impulsar a la universidad.

Ahorita no podemos exigir porque todo está vulcanizado, sin nadie con capacidad de conducirla. Alguien puede mandar como se ve, pero eso no sirve de nada, y muestra de ello es que han corrido funcionarios, les han bajado el salario, no han crecido, y no se ha resuelto el problema financiero. Es más grave, si yo dejé un adeudo de 550 millones de pesos al Issste, ahora ya van más de mil millones.

No es cierto que lastimando y agrediendo a los universitarios se resuelva el problema. En cuestión financiera el problema no está dentro, pero sí en cuestión de ponernos de acuerdo en el proyecto.

Si fuera como ellos piensan, a costa de los universitarios, en tres años cuando menos se hubiese reducido la deuda, y por el contrario corrieron a muchos no porque no sirvieran, sino por una identidad política. Corrieron a todos los que podía tener el signo del colectivo al que pertenezco y a ningún otro.

En el caso de Rafael Rodríguez Espino, lo que puedo decir es que no comparto ni su forma de actuar ni su forma de expresarse ni mucho menos que se meta con el personal académico. Él que se encargue de resolver lo que corresponde a su gremio, pero que no toque ni lastime al personal académico, porque ni le corresponde ni es ético hacerlo.

La huelga anterior demostró que nuestros profesores son gente libre y honesta que es capaz, ante una manifestación de insatisfacción y verse agredidos por el líder del otro sindicato, de tomar una definición.

Escuché a nuestro secretario general del Spauaz diciendo que todavía no se habían cumplido cosas que se habían acordado en la huelga. Eso quiere decir que no hay trato ni respeto, mientras que al otro sindicato le cumplen todo y le hacen caso en todo.

¿Qué no son las funciones sustantivas de la universidad la docencia, la investigación, la vinculación? La administración es la función adjetiva. Por lo tanto quién debe de tener prioridad en esta universidad es el personal académico, sin menospreciar a los otros y darle slo que merecen.

El documento de los 12 puntos

Yo no diría que la Rectoría le da juego al gobierno federal con ese documento, yo lo que diría es que no ha sido capaz de enfrentar esas políticas que lesionan a los universitarios y a la sociedad. (Armando Silva) debió ser el primero en gritar si es que le plantearon eso cuando miles de jóvenes no pueden llegar a la universidad.

Debió ser el primero en alzar la voz y oponerse si es que eso le propuso el gobierno federal. Si de él salieron esos puntos, pues es lastimoso que un universitario proponga detener el crecimiento institucional durante 10 años cuando estamos en uno de los estados más pobres y la UAZ brinda la posibilidad que muchos jóvenes vengan a estudiar.

Sí a mi me lo hubieran propuesto lo habría rechazado tajantemente y lo hubiera denunciado públicamente. Esa visión que tiene el gobierno federal, lo contenido en esos 12 puntos está dentro de su forma de ver la educación, pero quiero dejar claro que jamás el gobierno federal y estatal me pusieron una condición, solo me pidieron cobertura y calidad.

Veo un panorama complicado pero que se puede resolver si hay grandes acuerdos entre los que comparten o compartimos un proyecto que no es de ahora, que tiene muchos años. Si somos capaces de generar un gran acuerdo me parece que el próximo proceso electoral será tranquilo y con ello habrá estabilidad.

 

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