Hace una semana apareció en los diarios una foto en la que aparece el gobernador del estado y su equipo político acompañados de todos los presidentes de los diez partidos con registro electoral; la nota correspondiente da cuenta de una reunión en la que los participantes se comprometieron a intentar llegar a acuerdos sustantivos en materia electoral local, de manera que el proceso electoral del próximo año se lleve a cabo en un nuevo marco legal. Hasta hoy, no se ha dado a conocer ninguna propuesta de agenda temática que sirva de guía a las negociaciones que están por iniciar, pero existe el antecedente del foro realizado hace un mes por el Organismo Público Local Electoral de Zacatecas (OPLEZ) del INE y otras instituciones, en el que los participantes presentaron propuestas interesantes y viables que seguramente enriquecerán el proceso de negociación entre los partidos. Ojalá estén disponibles y los negociadores tengan la voluntad política para tomarlos en cuenta.
Sería bueno que los partidos y el gobierno asuman la triste realidad en materia política que se ha configurado a nivel nacional: solo una minoría muy pequeña de la población se siente representada por unos partidos políticos que actúan como franquicias para la participación electoral, las candidaturas de todos los partidos son designadas por sus respectivas cúpulas, una buena parte de los votos que se emiten no son legítimos porque se compran y se venden, la competencia no es equitativa por la intromisión abusiva de los gobiernos y diversos poderes fácticos que inundan las campañas con dinero ilegal, y el árbitro de la competencia niega la existencia de esos vicios, lo que profundiza la crisis de representación; para agravar más la situación diversos agrupamientos y personalidades movilizadas por la tragedia de Iguala, Guerrero, están llamando a no votar en los procesos electorales de este año.
En esas condiciones, la reforma electoral planteada debería realizarse con el propósito de resolver la crisis de representación, el déficit de legitimidad de las autoridades, así como la nula credibilidad en el sistema de partidos. Bien harían las autoridades estatales en disponerse a comprometerse realmente a garantizar la equidad en el proceso electoral próximo, a impulsar reformas innovadoras para lograr una transformación de fondo en el sistema de partidos de manera que los zacatecanos se apropien de ellos para ejercer con libertad y eficacia sus derechos políticos. Sería muy importante, por ejemplo, que se aprobaran reformas para:
Castigar fuertemente a quienes distribuyan dinero en efectivo o equivalente para ganar votos y a los servidores públicos que condicionen los beneficios de los programas sociales de las distintas esferas ge gobierno. Esas conductas deben ser consideradas como delitos muy graves porque socavan los cimientos de las instituciones republicanas.
Establecer en la Ley la obligación de todos los partidos políticos de designar a sus candidatos para las elecciones estatales mediante elecciones primarias organizadas por el órgano electoral local, a celebrarse simultáneamente un mismo día. De esa manera, los ciudadanos zacatecanos de todos los partidos recuperarían la facultad de decidir sobre sus candidatos, hoy secuestrada casi totalmente por sus dirigencias nacionales.
Disminuir las transferencias de dinero a los partidos otorgando al OPLEZ la facultad de organizar sus elecciones internas y para administrar toda la propaganda impresa que utilizarán durante la campaña electoral. Deberá prohibirse a los partidos la distribución de cualquier material distinto a los suministrados por la autoridad electoral.
Eliminar todos los obstáculos existentes para la participación de los candidatos independientes y el trato discriminatorio que hoy existe en el
acceso a las regidurías de representación proporcional. Las elecciones primarias obligatorias serían una manera muy práctica de resolver la situación hipotética de que se inscribieran demasiados aspirantes a una candidatura independiente;
Otorgar el derecho a los zacatecanos que viven fuera de nuestro territorio, especialmente en Estados Unidos, a elegir a dos diputados locales y a votar en la elección de gobernador del estado, lo que constituiría una manera de fortalecer los vínculos entre los zacatecanos de aquí con los de allá.
Cambiar la forma de integrar la Legislatura del estado eligiendo dos diputados por el principio de mayoría relativa en dos distritos en el territorio de Estados Unidos, y 28 electos por el principio de representación proporcional mediante 4 listas de 7 candidatos cada una que realizarían campaña en los territorios que comprenden los actuales cuatro distritos electorales federales. Esta propuesta garantiza una representación más exacta de la pluralidad política zacatecana, así como la equidad de género en la composición de la Legislatura.
Reformas como estas pueden abrir un camino para recuperar la legitimidad de las autoridades y la concordia entre los zacatecanos. Ojalá que quienes pueden decidir lo hagan pronto, antes de que el piso se mueva con más intensidad y trastoque todo el orden establecido.
