Nueve años de estrategia fallida en contra del crimen organizado no han bastado para que el régimen reconozca lo evidente. La única manera eficaz, probada para enfrentar la acelerada descomposición de las instituciones en México que constituye el trasfondo del nacimiento y auge del crimen organizado, es aquella que reconoce que la impunidad y la desigualdad social son las causas a erradicar.
El asesinato de candidatos a ediles en el estado de Guerrero, el último del cual se produjo ayer, y el brutal atentado contra la candidata de Morena en el estado de Veracruz, a cuya casa se le prendió fuego con ella y su familia adentro, salvándose todos de milagro, son el reflejo de que el cogobierno de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN), vigente desde 1988, es el autor de la mayor catástrofe nacional de la historia actual de este país.
Mirna Maldonado, del distrito uno, mencionó que la pesadilla que vive Jalisco tiene su origen en la corrupción de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Francisco Flores Sandoval, del distrito dos, expuso que la explosión de violencia en Jalisco, los bloqueos y el derribo del helicóptero militar sucedieron en el momento en que “recorro los municipios zacatecanos colindantes con lo que ayer se convirtió en un verdadero campo de batalla. Tal circunstancia provocó que muchos habitantes de la región nos contaran historias mediante las cuales nos convencemos de que el estado ha retrocedido al grado tal que ya forma parte de la normalidad el poder de los cárteles asentados en el rumbo, varios de los cuales tienen sus mandos en el estado vecino”.
Salvador Castillo Martínez, del distrito tres, expresó que “la violencia en Jalisco demuestra lo equivocado de la idea de que la descomposición, de la cual es causa y efecto el crimen organizado, se localiza sólo en algunas regiones del país”.
José Luis Figueroa Rangel, del distrito cuatro, manifestó no esperar que “en un estado vecino, un grupo desafiante tuviera la capacidad de incendiar 15 bancos y cinco gasolineras, bloquear la entrada a un elevado y determinado número de municipios, y extender su violencia a Colima, Michoacán y Guanajuato y, además, darse el lujo de derribar un helicóptero militar”.
Problema que no se atiende, crece, y eso es lo que nos ha sucedido a los mexicanos, debido a que el régimen del PRIAN ha preferido fingir que combate a la delincuencia que combatirla en serio, concluyó.
