■ Para dedicarse de lleno al estudio del instrumento dejó el sistema escolarizado de secundaria
■ Su objetivo, insertarse en la escuela de música Musikschule der Stadt Basel, en Suiza
“A mí siempre me gustó la guitarra”, dice Paloma Jiménez Meza. El “siempre”, alude a sus escasos 12 años de edad y refiere un contexto familiar en que pudo escuchar a su padre, el guitarrista y docente investigador de la Unidad Académica de Artes de la UAZ, Julio César Jiménez Moreno.
Así, Paloma relata, antes de tomar la temprana decisión vocacional de dedicarse al estudio de este instrumento, misma que incluso ha derivado en que deje el sistema escolarizado de educación secundaria para dedicarse de lleno a él, ya le llamaba la atención su sonido, la manera en que se toca e incluso su aspecto.
Su elección y el contexto parecen haber influido también en su hermana menor, Damara, quien ingresó primero a la Unidad Académica de Artes para estudiar violín, después para dar continuidad a la vena familiar, la ejecución de la guitarra.
En un lapso aproximado de dos años, Paloma ha conseguido destacarse en el Concurso Nacional Infantil de Guitarra los Niños tocan Tan-Bien realizado en Puebla –junio-, donde obtuvo el tercer lugar; el Concurso Infantil Juvenil de Guitarra Manuel López Ramos, en San Luis Potosí, competencia regional en que trajo a Zacatecas un segundo lugar, y un tercer sitio en el Concurso Nacional de Intérpretes de Guitarra Clásica de Paracho, Michoacán –agosto-, todos celebrados en 2014.
Mientras tanto, Damara de 11 años de edad, consiguió un tercer lugar en el Concurso Nacional para Niños y Jóvenes Guitarristas en Salamanca, Guanajuato; tercer lugar en el certamen Manuel López Ramos de San Luis Potosí y el cuarto lugar en Paracho.
Ambas se preparan para concursar el próximo domingo en la edición 2015 del Concurso Nacional para Niños y Jóvenes Guitarristas de Salamanca y localmente para participar en el Concurso Estatal de Guitarra Manuel M. Ponce, que tendrá su competencia infantil el próximo 16 de mayo.
Paloma actualmente acude a la Unidad Académica de Artes desde las 9 de la mañana y hasta las 4 de la tarde, sabe, se tiene que estudiar mucho cuando se elige como profesión la ejecución de un instrumento, y que es muy importante “si te quieres dedicar a eso”, tener una educación amplia: solfeo, apreciación musical, -y añade-, “por eso aquí te dan muchas materias”.
Sólo la práctica del instrumento le absorbe de tres a cuatro horas diarias y cuando está preparando piezas para un concurso pueden ocuparle de seis a siete, porque “es más pesado” y se tiene que conseguir un nivel alto “si quieres ganar”.
Sobre los concursos Paloma señala que cuando se está esperando el turno se siente un ambiente de rivalidad, “ves a todos los guitarritas tocando y tú estás ahí tratando de hacer lo mejor”, y que pasar al escenario también es difícil porque implica ponerse frente a alguien que te está juzgando, “porque sabes que si te equivocas en algún momento pierdes posibilidades de ganar”, y eso, dice, es lo que la pone más nerviosa.
No obstante, extrañar los recreos o la convivencia sus ex compañeros de escuela, Paloma expresa, lo que ocurre en la UAA de la UAZ no es tan diferente y también le gusta la convivencia que se tiene allí, “estas personas saben lo que es estudiar música”.
La niña refirió con honestidad que aunque le gusta mucho la ejecución del instrumento y no existe otra profesión a la que quisiera dedicarse, al principio “no voy a mentirles me desesperaba muchísimo con cualquier cosa”.
Era difícil pensar, dijo, en que además de tocar el repertorio propuesto había que estudiar aspectos como la técnica y la presencia escénica.
“Y a veces también decía no manches yo no quiero seguir con esto”. Pero después de estudiar más que los demás, ya que su padre es maestro, lo que hizo que alcanzara un nivel más alto que sus compañeros, “fue cuando me di cuenta de que en realidad si seguía por este camino a lo mejor podía llegar a ser alguien en la guitarra”.
El estudio de la guitarra requiere disciplina y un ritmo diferente de vida al que tiene muchos otros niños, dice, pero ofrece satisfacciones, por ejemplo “cuando ves que ganaste un lugar o que sacaste 10 en el examen (…) la verdad sí piensas que todo lo que has hecho ha valido la pena”.
El estudio de la música dijo también, dirigiéndose quizás a otros niños que pudieran leer su testimonio, “sí, sí, sí es muy interesante, porque además les permite saber que hay otras cosas además de las matemáticas y el español, y da la oportunidad de intentar hacer otras cosas, saber si les gustan o no”.
La joven guitarrista piensa asimismo en su futuro, en construir una trayectoria que le ofrezca cuando sea más grande una forma más fácil de conseguir un trabajo.
El objetivo de la familia Jiménez Meza, a largo plazo, tanto para el caso de Paloma como para Damara, es que logren insertarse en la Musikschule der Stadt Basel, una de las más prestigiadas escuelas de música del mundo, misma que se encuentra en Basilea, Suiza.
