Los dos mundos de Alex
Había una vez un niño llamado Alex; él vivía en un país que estaba en guerra. Alex era pobre y vivía en una casa muy antigua, pero él tenía un amigo, un viejito que era muy sabio y le daba buenos consejos al niño cuando estaba triste, y tenía un perro llamado Singus. Un día, el niño descubrió que cuando estaba triste, él podía imaginar otro mundo: Dulcilandia, un mundo de dulce. Ahí todo era diferente, porque ahí la gente vivía feliz. Los muros de la tienda, de las casas, del hospital y la escuela estaban hechos de palanqueta, y las ventanas estaban hechas de caramelo redondo.
Un día, el niño descubrió que en el mundo de dulce algo estaba pasando. El presidente había desaparecido. La gente le contó a Alex que el presidente desapareció porque había sido secuestrado y no se sabía quién lo hizo, así que mientras no lo encontraran, en el puesto se puso su hermano para que no hubiera caos, pero sus intenciones eran malas. Él estaba engañando a las personas, porque él quería todas las riquezas de ese mundo. El niño formó un equipo con sus amigos del mundo de dulce para salvar al presidente, y cuando descubrieron quién fue el culpable, su castigo fue ser el sirviente del palacio y sin descanso.
Cuando Alex regresó al mundo que estaba en guerra, descubrió que pasaba la misma situación: el presidente había desaparecido. Así que cuando descubrieron al culpable, en los dos mundos, toda la gente celebró, bailó y sólo tuvo sentimientos felices. En el mundo de dulce calló una lluvia de chispas de colores y en el mundo real terminó la guerra.
Al terminar la guerra, Alex fue a despedirse de sus amigos de Dulcilandia, porque él prometió que ya no volvería a estar triste, porque había entendido que su mundo era perfecto así como era. Luego, le dijo a su amigo el viejito que tenía una historia que contarle.
Fin.
Autora: Dana Elisa Araujo González
Edad: 8 años
Escuela: Primaria Valentín Gómez Farías
Zacatecas, Zacatecas
