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viernes, 19 abril, 2024
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Homenajean a Aracely Rudecino, maestra de la Preparatoria de la UAZ por 27 años

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Por: RAQUEL OLLAQUINDIA •

■ Fue recordada por familiares, compañeros y estudiantes como una docente dedicada

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■ “Nos vemos luego para debatir si la eternidad es mejor que lo efímero”, dijeron sus alumnos

Casi tres décadas. 27 años de dedicación plena a sus alumnos. Una mujer luchadora, llena de sabiduría y de fuerza. Aracely Rudecino Villa fue recordada con estas palabras y muchas otras expresiones de admiración y afecto por familiares, amigos, compañeros de trabajo y estudiantes.

Aracely dedicó toda su vida a la enseñanza en la Preparatoria de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) y, tras su fallecimiento el pasado fin de semana, fue homenajeada este lunes precisamente en las instalaciones de la escuela Preparatoria 2 de la capital del estado, donde pasó gran parte de su tiempo como docente, al igual que en la número 4.

A un costado del féretro, que estuvo rodeado de flores y bajo la imagen de la maestra, pensativa, una alumna del plantel número 4 leyó un pequeño texto en el que enfatizó la necesidad del recuerdo para perdurar sobre la muerte. “Los recuerdos son otra forma de vivir, de perpetuar la existencia de las personas”, dijo la estudiante.

Por ello, recordó ante los asistentes la actitud de Aracely hacia sus alumnos, “cada una de sus palabras, que siempre tenía respuestas a nuestras preguntas, su apoyo en todo momento que como asesora nos brindó, cada enojo por nuestra falta de responsabilidad…”.

Pero con esos enfados y regaños, continuó la joven, la maestra Rudecino demostraba cada día el interés en la formación de buenos alumnos, “de los cuales hoy se lleva la admiración, el respeto y el cariño”.

El cierre de esta intervención evocó las discusiones académicas que despertaba la homenajeada en sus clases, al fomentar la pasión de los alumnos por su asignatura: Filosofía y Modernidad. “Nos vemos luego maestra Aracely, para debatir si la eternidad es mejor que lo efímero”.

También con un “hasta luego” ya casi al final del acto, se despidieron las amigas de la docente. Una de ellas leyó unos párrafos, mientras las demás rodearon el féretro; “nos llevas un paso adelante y algún día te alcanzaremos”.

Siempre estará presente Aracely, porque será recordada por el papel que desempeñó en todos los roles que tuvo en vida, dijo su amiga. Como la maestra cumplida que nunca desatendía a sus grupos, quien preparaba con esmero y dedicación sus clases y procuraba no ausentarse.

Como la organizadora de sus reuniones para tomar café y conversar sobre cuestiones personales o asuntos de la Universidad, a la que se entregó por completo.

Como la compañera más preparada de la Maestría de Filosofía e Historia de las Ideas, que no temía debatir con los maestros. Como una alumna de doctorado perseverante, también.

Antes de estas palabras, sólo con el micrófono, sin instrumentos, otra de las alumnas de la maestra Rudecino comenzó a cantar Amor eterno, de Juan Gabriel.

Con cada frase, se iban sumando más voces hasta que todos entonaron el estribillo: “Cómo quisiera que tú vivieras, que tus ojitos jamás se hubieran cerrado nunca y estar mirándolos. Amor eterno e inolvidable. Tarde o temprano estaré contigo para seguir amándonos”, se apagó el canto; “gracias maestra”, concluyó la estudiante.

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