Madrid. Con el gesto serio, la barba sin rasurar y la cara ojerosa y demacrada, el ex vicepresidente del gobierno español y ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, recibió esta mañana una nueva visita de la policía, que, por órdenes de la Fiscalía Anticorrupción, realizó un nuevo registro de su vivienda en esta ciudad y uno de sus despachos.
El cateo fue presencial, por lo que el político español tuvo que abandonar su vivienda custodiado por la policía y rodeado de numerosos medios de comunicación y ciudadanos indignados, que le gritaron a las puertas de su casa: “Ladrón, chorizo (corrupto), sinvergüenza…”.
Rato vive en el barrio más lujoso de la capital española, donde también residen numerosos empresarios, diplomáticos y políticos. Las calles de su residencia privada y su despacho -separadas de tan sólo cinco calles- han alterado el ritmo normal de la colonia, habitualmente tranquila y repleta de tiendas y restaurantes.
A las puertas de su casa y su despacho hay una nutrida representación de los medios de comunicación, así como ciudadanos afectados por la crisis y por la gestión errática y supuestamente fraudulenta que realizó Rato cuando fungió como presidente de Bankia, el conglomerado de cajas de ahorra que quebró en el 2012.
La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, se negó a valorar el proceso abierto contra Rato al sostener que “estamos ante un asunto particular, una investigación particular que no se refiere a hechos relacionados con el cargo en el ámbito público”. Pero desde las filas socialistas se reclamó al presidente Rajoy que “dé la cara” y de explicaciones.
La plataforma 15MparaRato, creada por el Partido X y responsable de que prosperaron las actuaciones judiciales contra Rato -junto con la formación Unión Progreso y Democracia (UPyD)-, aseguraron que “sin la labor ciudadana, esto no se habría conseguido” y advirtieron que “hayamos elegido a Rodrigo Rato, por ética y por estrategia, como primer objetivo no significa que vayamos a aceptar que sus cómplices que nos gobiernan lo utilicen como chivo expiatorio.
Si lo elegimos a él fue precisamente porque no hay nadie con poder en este país que no haya sido cómplice suyo. Acabar con Rato no es un asunto personal, solo un asunto de democracia”.
Pablo Iglesias, líderl del partido izquierdista Podemos, dijo que “ya sólo falta que viésemos entrar en un coche policial al presidente del gobierno”. Mientras que Rosa Díez, dirigente del UpyD, expresó su alegría por la detención pero destacó que “no puede ser el chivo expiatorio y exculpar al PP sobre la responsabilidad que tiene de la corrupción en España”.
