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jueves, 28 marzo, 2024
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Presentan en charla El juego sigue sin mí, de Martín Casariego, en el Festival Cultural

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Por: ALMA RÍOS •

El juego sigue sin mí (Siruela, 2014) es una novela sobre dos adolescentes que se acerca “a  esa etapa de la vida en que se vive todo con mucho dramatismo y que es tan definitiva en la formación de las personas”.

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Su autor, Martín Casariego (Madrid, 1962) participó ayer en una charla literaria con Gabriela Flores, para su presentación del libro en el Encuentro Internacional de Escritores, evento inscrito en el programa académico del 29 Festival Cultural Zacatecas 2015.

La obra ganadora el pasado 2014 del Premio Café Gijón, dijo para La Jornada Zacatecas, “es una historia de aprendizaje de dos chicos jóvenes, uno de 13 y otro de 18 años”, que unidos en principio por la necesidad del primero de acceder a clases particulares de matemáticas, construyen una relación que cambiará la vida del menor, Ismael, para siempre.

Para Casariego, los libros deben escribirse para generar emoción y reflexión, “pero no me gustan las novelas que te dicen tienes que hacer esto, tienes que pensar así, ‘con mensaje’, no me gustan. Me gustan las que presentan la vida y cada quien que busque en ellas”.

En este caso Ray, el joven mayor, admirado por Ismael, no le ofrecerá clases de matemáticas pero sí a cambio le hablará de libros, de películas, de la vida y le contará una historia “de un chico que escribió una carta a una chica diciéndole que si no se presentaba en un lugar a cierta hora se iba a suicidar”.

El juego sigue sin mí, es también la historia de los amores, esperanzas, miedos y ganas que se tienen de crecer a esa edad, para el caso de Ismael, y al tiempo, “el miedo que da eso de abandonar un territorio en el que estás más seguro con el cobijo de los padres”.

Martín Casariego tiene 15 novelas publicadas de las cuales cinco se inscriben en colecciones juveniles editadas en Anaya. Las demás han aparecido en otras importantes editoriales como Anagrama, Planeta, Plaza & Janés, Espasa Calpe y Siruela.

Al respecto de los públicos agrega, la separación no tiene diferencia, pues lo que trata es de contar una historia con personajes, una estructura, un vocabulario, un punto de vista y hacerlo de la mejor manera posible.

En la charla, expuso, a él mismo no le queda claro por qué escribe, pero intenta responder: “cuando empecé tenía la ambición de escribir una novela que pudiera afectar tanto a algún lector como algunas me afectaban a mí, y ése es uno de los motivos, pero también me parece que se escribe para intentar comprender mejor lo que nos rodea, poner orden en la vida que no tiene orden, que es un caos…”.

La novela, añade, utiliza el truco aparente de reflejar la vida, pero en el fondo la ordena, y la cierra “cuando una herida está abierta y desordenada”.

Es el caso de El juego sigue sin mí, la intención es remover, hacer pensar, pero también proporcionar calma, dijo.

“Trata de temas muy dolorosos, precisamente por eso a mí también me produce una calma hablar de ellos, sacarlos fuera. La novela habla de eso, que a veces también escribimos para sacar nuestras heridas y que cicatricen al sol”.

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