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viernes, 19 abril, 2024
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Representación proporcional por medio de listas abiertas

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS HERNÁNDEZ •

Según las encuestas publicadas hace un mes, si las elecciones se hubieran realizado en esa fecha, el partido más votado (el PRI) hubiera logrado un 30% de los votos emitidos; ahora supongamos que la votación total de cada uno de los partidos contendientes se distribuyera homogéneamente en los 300 distritos electorales y que no existieran los diputados plurinominales, el resultado sería  sorprendente: el partido más votado (el PRI) ganaría los 300 distritos (100%)  habiendo obtenido sólo un 30% de los votos. El otro 70% distribuido entre el resto de partidos no estaría representado en la Cámara de Diputados. Esta distorsión exagerada de la representación es la que se pretende evitar con la elección de diputados por el principio de representación proporcional.

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Dicen quienes proponen el sistema puro de mayoría relativa que los diputados de representación proporcional, electos en listas plurinominales no son votados, que no representan a los ciudadanos y que su objetivo histórico en México fue dar representación a minorías políticas en un sistema de partido único, objetivo que se cumplió años atrás por lo que deben desaparecer, aún con el riesgo de que la representación resultante sea una muy distorsionada.

Lo cierto es que los candidatos plurinominales a las diputaciones pueden o no acceder a ellas en virtud exclusivamente de un factor: los votos que reciban. En ese sentido son exactamente iguales que los de mayoría relativa. En ambos casos, la posibilidad de ocupar una curul depende exclusivamente del volumen de votos recibidos, una vez que su partido les otorgue la candidatura, pues no olvidemos que hasta ahora que habrá unos pocos candidatos independientes las candidaturas se obtienen por decisión de los partidos políticos. Al final, los candidatos plurinominales son votados, materialmente votados, en la misma boleta que los candidatos de mayoría relativa. La boleta incluye los nombres de los dos tipos de candidatos y sus suplentes. Al frente aparece el nombre del candidato uninominal y al reverso los de los plurinominales. Al marcar el cuadro donde aparece el emblema y el nombre de cada candidato, se está ejerciendo el derecho al voto en dos pistas: la representación proporcional (plurinominal) y la de mayoría relativa (uninominal).

La leyenda de que los plurinominales no reciben votos es falsa. La realidad es que los diputados plurinominales requieren para su elección de muchos más votos que los electos en cada distrito (uninominales), que son votados directamente por el ciudadano precisamente en la misma boleta que aquéllos, y que representan a la gran mayoría de los electores. Veamos unas cifras que ha publicado mi amigo Uuc Kib Espadas: Desde 1997, los 300 diputados de mayoría relativa (los uninominales) han sido electos, en su conjunto, con menos del 50% de los votos. Y este porcentaje decrece proceso tras proceso. En 2009 votaron por diputados federales algo más de 34 millones y medio de mexicanos (34, 677, 923). Los 300 candidatos que ganaron en sus distritos lograron entre todos poco más de 14 millones y medio de votos a su favor (14, 536, 974). Es decir, ganaron con apenas el 42% de los votos. Cada uno de ellos requirió en promedio poco más de 48 mil votos (48, 456.58) para convertirse en diputado. Por su parte, los candidatos plurinominales recibieron poco menos de 32 millones y medio de votos (32, 387, 537), el 93% del total. Cada uno de los que resultaron electos requirió para ello de más de 160 mil votos (161, 937.685). En síntesis la minoría más grande resulta sobre representada y, por consiguiente los votos de las personas que las integran valen más que los del resto de minorías dispersas.

Desde el año 2000, al menos, los diputados de los 300 distritos uninominales del país han resultado electos sumando, entre todos, poco más del 40% de los votos emitidos. Mientras tanto, una mayoría de votantes cercana al 60% vota en cada elección por candidatos que pierden su distrito. Esto significa que la voz y opinión de la mayoría de los electores no logra llegar a la Cámara a través de los diputados de distrito, donde el que gana se lo lleva todo, sino a través de los plurinominales. En la elección de éstos actualmente sólo importa el porcentaje del total de sufragios de cada partido, que se convierte en un número proporcional de diputaciones, resultando electos los candidatos en el orden en que fueron propuestos por los partidos.

Probablemente el sistema actual podría mejorar sensiblemente si se eliminara la sobre representación de 8% permitida en la normatividad actual y si las listas plurinominales fueran ordenadas por los propios electores, votando por su partido y, además, por uno o varios candidatos de la lista, de manera que el orden final, y el acceso a las curules, lo determinarían los votos obtenidos por cada aspirante. A este sistema se le denomina de listas abiertas en contraposición al de listas cerradas que tenemos ahora.

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