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viernes, 19 abril, 2024
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Urge cohesión social y sindical para enfrentar los embates laborales

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Por: ALMA ALEJANDRA TAPIA •

■ La gente tiene miedo de un Estado mexicano represor y sanguinario: Pedro Martínez

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■ Los sindicatos deben saber que se le tiene que exigir a la autoridad y pedirle equidad: Torres

A partir de la década de los 90 el capital gana terreno en México, mediante mecanismos que construyen ventaja económica y se refleja en la pérdida del ingreso en el salario, de modo que si los trabajadores en este momento no logran reconformarse en una fuerza política para incidir y equilibrar su poder, el trabajo tendrá condiciones cada vez más deplorables y pérdida de derechos, advirtió Marco Torres Inguanzo.

El académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) participó en el programa Synergia, de La Jornada Zacatecas Tv, junto con el director de esta casa editorial, Raymundo Cárdenas Vargas y el miembro del Sindicato de Personal Académico de la UAZ (Spauaz) encargado de la cartera de Asuntos Laborales, Pedro Martínez Arteaga.

Debatieron acerca de la seguridad social de los trabajadores en el ámbito de la huelga en la Máxima Casa de Estudios y la reciente aprobación de nueva Ley Issstezac.

Ante el embate gubernamental y del capital a los derechos laborales, en las últimas décadas el sindicalismo en este país ha ido desapareciendo, por sus condiciones de debilidad y la cada vez mayor incidencia de poderes fácticos. Una muestra es la reciente reforma laboral.

Torres recordó cómo en 1992 el Estado se retira de su responsabilidad de responder por la seguridad social de los trabajadores, y son éstos quienes hacen sus propios ahorros para su jubilación. Se modifican por tanto la Ley del IMSS en 1997 y la del ISSSTE en 2007.

En tanto, refirió, la participación de los salarios en el Producto Interno Bruto (PIB) de México cada vez es menor, hasta llegar a 30 por ciento y 70 por ciento para el capital por sus grandes ingresos, hace unas décadas era al revés.

Mientras ello sucede, la mayoría de los trabajadores son apáticos consideró Pedro Martínez, porque si bien la clase trabajadora ve mermados sus ingresos y conquistas laborales, tienen temor a la represión y se desenvuelven en condiciones muy desfavorables, máxime que hay “sindicatos hermanos traidores”.

Una muestra, dijo, es el Sindicato de Trabajadores de la UAZ (Stuaz), cuyo dirigente Rafael Rodríguez Espino ataca al Spauaz, mientras que él es un jubilado, represivo, con control absoluto de los trabajadores. “Al ser un fascista cómo nos vamos a hermanar”, sostuvo.

Otros ejemplos son el Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE), al cual lo deshicieron en este sexenio pese a su oficialismo, al igual que a uno más combativo como Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), al cual desmembraron, por tanto, si eso pasa a nivel nacional, a la clase sindical se le quitan los ánimos de luchar, agregó Martínez.

Es así que a decir de Marco Torres, los años de crecimiento y conquista de derechos laborales (de los 50 a 80 del siglo pasado), a partir de los 90 el Estado pasa a desactivar la fuerza de los sindicados pese al modelo corporativo y logró su cometido mediante la captura de líderes.

¿Por qué no despierta la sociedad y defiende sus derechos?, preguntó Raymundo Cárdenas, a lo cual el encargado de la cartera de Asuntos Laborales del Spauaz creyó que en México los trabajadores y algunos sindicatos ha sido muy tibios ante esa situación, “viven en la modorra y el aletargamiento porque al no haber unión, hay un Estado represivo y el terror de perder el empleo acoge a las familias y no le permiten arriesgarse, mientras que a las nuevas generaciones les da miedo salir a la calle”.

Refirió cómo en la marcha de la semana pasada de la UAZ, con motivo de la huelga debieron estar los 3 mil 66 profesores, pero no fueron todos, por el contrario, hubo más gente de otros sindicatos, con lo cual el Estado los volteó a ver.

No obstante, insistió en que la gente tiene miedo de un Estado mexicano represor y sanguinario, a lo que se agrega la problemática de inseguridad.

Actualmente en el país sólo 40 por ciento de la clase trabajadora tiene seguridad social, el 60 por ciento restante no; de los mayores de 65 años sólo 19 por ciento cuenta con pensión, comentó Marco Torres, quien coincidió con Martínez en que el miedo de los trabajadores es proporcional al estado de fragmentación y la gente se siente sola. “Los sindicatos deben saber que se le tiene que exigir al Estado y pedirle equidad”, expuso.

Cárdenas planteó a Torres y Martínez si cabría la posibilidad de que la elección federal de 2015 pudiera ser la coyuntura para exigir, y mediante la labor política sindical se obligue a la clase política a atender las demandas laborales, Marco Torres se dijo pesimista en términos de partidos políticos, máxime que son éstos quienes aprueban reformas regresivas y la única esperanza son los mecanismos de democracia directa.

Pedro Martínez consideró que hace algunos años hubo condiciones favorables para los logros laborales, pero hoy no son las mismas y los jóvenes no se han comprometido del todo, no han logrado cubrir el espacio de los líderes de los 70.

El sindicalizado expuso que en la UAZ hay “compañeros” muy capaces académicamente, pero no tienen conciencia social y política para integrarse y trabajar hombro con hombro.

Dijo por tanto que el Spauaz lucha por meter a los jóvenes a la pelea de manera cohesionada, de lo contrario ante la problemática que enfrenta, si el sindicalismo universitario empieza a dispersarse todo se acabó. De modo que los viejos deberán dejar gente, para cuando se vayan puedan seguir adelante.

Refirió que generaciones de 2007 en adelante tienen cuentas individuales y tendrán que entrarle a la lucha, porque también para las de 1991 a la fecha no está garantizada su jubilación dinámica, es así que deben ser solidarios con los jóvenes.

Para ello se deben unificar criterios en la lucha de cuatro generaciones, porque si empiezan las tentaciones y se abre un nuevo sindicato de universitarios, pondrán en su cabeza la guillotina, cuando por el contrario, se requiere gente que agarre la estafeta y no ceda en la lucha, agregó Martínez.

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