En la UAZ, el futuro ofrecido por la autoridad universitaria, unipersonal, se rechaza porque sin basificación, ni seguridad social, ni en el empleo, campeará la precariedad y la educación será tan “moderna” y desechable, como una página de Internet. Electrónicamente, uno se puede hartar las veces que quiera, de lo que guste electrónicamente, ahí no hay límites. Fuera de la red sí, y tan duros y aciagos, como generalizada esté la precariedad en todos los aspectos que signifiquen desarrollo de riqueza humana y cultural, posibles y no sólo metas de una economía, presa y garante de la ruindad humana, social, política y cultural; impuesta, programada y sujeta por una “autoridad” federal, central, que planifica la miseria presente y futura de los mexicanos, no sólo desde la SEP, sin importarle que de ese modo desecha la posibilidad de crear riqueza humana en todos los órdenes, mediante concreciones crecientes de una cultura universitaria, rica y productiva, si se respalda e impulsa el desarrollo académico universitario.
Al contrario, con la desatención a lo académico inicia su colapso, por ejemplo, al agitar el temor a las pensiones y decir que éstas devoran los presupuestos públicos, cuando se advierte una dilapidación estatal y no despunta una democracia de carne y hueso, por estar preso el gobierno federal de las obligaciones y concesiones públicas hacia los más ricos o inmensamente ricos, a quienes se facilita todo lo institucional para que sean aún más ricos, sin obligarse siquiera a invertir en su país, económicamente, lucrativamente, no como dádiva, ni limosna: estilo de las grandes empresas mineras que “vuelan”, demuelen, desertifican y envenenan el suelo de Zacatecas y ahuyentan a los zacatecanos de sus predios, único patrimonio, y enseguida se van.
Los ricos empresarios, nacionales o no, y sus “monopolios” de la riqueza, se esfuerzan día tras día en iniciar a implantar otra cultura: una, sin humanidad libre y creativa, sino ocupada por la biología de los trabajadores, controlada nada poéticamente, como la veía Adrián Henry: al bebé le darán anticonceptivos con su leche y su límite de edad serán 30 años. En Zacatecas, ¿todavía a esa edad inician a morir los mineros? ¿Inexorable?
A estas horas se desconoce, si por la ausencia de un futuro universitario humano, social y cultural, para los profesores, se rechaza la oferta del Rector. Académicos con cultura que ofrecer, compartir y acrecentar, no sólo en las aulas, si hubiera proyectos para ello o sistemáticamente se tomaran en cuenta sus posibilidades de contribuir a un desarrollo distinto, más fuertemente cultural, que sólo generador de ganancias. Ante los ojos del patrón, las rutas del futuro académico y del sindicalismo universitario pueden converger si se deja de ver al futuro de los profesores como lastre. Si la autoridad universitaria no se mueve, de continuo, ni propicia agitar con proyectos las aguas universitarias e institucionales para obtener recursos de todo tipo, triste y pobre papel de Rector, triste y pobre Rector para un puesto tan rico en posibilidades y realidades si se convoca a participar a los universitarios. A la Rectoría de la UAZ, no debieran faltar nunca sensibilidad, imaginación, dignidad, espíritu o ánimo de decisión, pundonor universitario y el orgullo de la UAZ: sus universitarios: estudiantes, maestros, trabajadores, funcionarios.
