Hoy será un día de definiciones y reconsideraciones sobre el proceso de huelga en la UAZ, sobre su duración e impactos directos e indirectos. Muchos maestros universitarios se expresarán asistiendo o no a la marcha convocada para hoy, a la que también fueron convocados los estudiantes, sector fundamental que al parecer está volviendo a la vida luego que al estallar la huelga se fuera a su casa sin tomarse la molestia de analizar el proceso y fijar una posición. A estas alturas del proceso, tanto maestros como alumnos deben asumir que la peor posición es la indiferencia, en vista de que nadie los librará de las consecuencias de las decisiones que se tomen, tanto por el lado de las autoridades como por el del sindicato.
La dirigencia sindical está obligada a fijar una posición ante el nuevo hecho político constituido por la decisión del senador Alejandro Tello de dar a conocer que el Rector de la UAZ presentó hace alrededor de semana y media una propuesta de reestructuración de 12 puntos ante la Secretaría de Hacienda, que no ha sido conocida por la parte sindical ni por el Consejo Universitario, menos aún de los estudiantes. De acuerdo con lo dicho por el senador, se trata de un documento que enfrenta los problemas universitarios desde el enfoque neoliberal dominante en México desde 1982 y que implica nuevos retrocesos en la vigencia de derechos, tanto de los distintos sectores universitarios, como de la población en su conjunto, pues limitar el crecimiento de la matrícula de la UAZ implica la exclusión de la educación superior de la parte más pobre de la sociedad zacatecana. Frases referidas a la obligación de los trabajadores de aceptar nuevos ajustes a sus prestaciones porque sus abusos son la causa del mediocre crecimiento económico nacional y de todas las instituciones del estado, las hemos escuchado una y otra vez en las últimas tres décadas para justificar nuevos apretones del cinturón y pérdidas de derechos sin que las cosas mejoren, a no ser para los pocos multimillonarios mexicanos que aparecen en las listas de los más ricos del mundo de la revista Forbes.
Da la impresión de que la conducta del Rector de no informar a la comunidad universitaria el contenido de sus propuestas, y la tardanza de las autoridades para dar una respuesta, forman parte de una estrategia compartida que tiene el propósito de generar el mayor desgaste posible de los huelguistas, y preparar el terreno para imponer las medidas referidas por el senador Tello, u otras de la misma matriz neoliberal, dentro de pocas semanas. En las circunstancias actuales, flota en el ambiente el razonamiento de que si la asistencia a la marcha es muy débil, la dirigencia sindical estará obligada a buscar el levantamiento de la huelga diseñando la salida menos dañina para la organización y para la institución. Otros consideran ese escenario como la oportunidad para los ajustes de cuentas internos, lo que agudizaría la debilidad institucional.
Sin embargo, aún ante el hecho de una movilización magra, los universitarios deben considerar que vale la pena resistir y dar el debate con quienes sostengan, una vez más, la posición de arriar banderas ante las decisiones neoliberales por la imposibilidad de contenerlas. Lo que vemos en múltiples y diversas movilizaciones en el mundo es una nueva y fuerte convicción sobre la falsedad del neoliberalismo como el camino único; las sociedades están buscando soluciones menos dañinas que las recetas que impone el capitalismo salvaje, la economía que mata, según lo denuncia el propio Papa Francisco. Las soluciones en los países nórdicos, en Islandia, en el grupo BRICS, y las que ahora mismo busca afanosamente el pueblo griego, muestran que otras soluciones son posibles y que los Zacatecanos debemos iniciar nuestras propias reflexiones alternativas.
Al contrario, si la marcha es concurrida y se hacen presentes los estudiantes universitarios así como contingentes representativos de los sindicatos del sector educativo y otros, entonces el escenario será propicio para que el movimiento tome la iniciativa, empezando por el establecimiento de compromisos muy serios entre las organizaciones que se hicieron presentes. Lo anterior implica que, por ejemplo, el sector estudiantil clarifique sus demandas específicas, las ratifique en sus asambleas y se consolide como el sector con mayor potencial transformador de la institución. Otra vía de desarrollo que puede explorar el movimiento es la convocatoria general a recuperar el sistema de seguridad social para que cumpla cabalmente sus funciones. La lucha por el derecho a la salud y a la seguridad social puede tener un potencial movilizador tan fuerte como los esfuerzos para defender la educación pública; puede ocurrir que ambas banderas se constituyan en la columna vertebral de un gran movimiento universitario, social y popular que cimbre las actuales estructuras que sostienen el viejo régimen en Zacatecas.
