- Historia y poder
Que el atraso educativo y la corrupción, la pobreza y la violencia citadina sean la constante en nuestro Zacatecas querido, no oculta para nada la fascinante historia de donde viene este pueblo que ha creído fielmente en el trabajo inquebrantable y la dedicación a las letras, como un método eficaz para salir de todos los atrasos y de todos los fracasos en que intentó estuvieran felices los niños y los venerables ancianos cuya vida estuvo orientada a lo mesurado y la justicia.
Los delitos de traición a la patria, rebelión y conspiración para destruir la forma republicana de gobierno, pocas veces se vieron castigados porque pocas veces en su cartelera histórica vimos algo similar en que de verdad se erradicara la pobreza, la insalubridad y el hurto, por el contrario, vimos la desvergüenza de todos los gobernantes, patrones, acaudalados, comerciantes y representantes de cualesquiera autoridades políticas, judiciales, legislativas y militares que participaron atizando el fuego de la violencia con su falta de compromiso social y su avidez de dominio y dinero sucio.
A lo largo de su historia, Zacatecas ha enseñado por donde sangra la herida: desde la época de la conquista española en que las masacres a los pueblos indígenas horrorizaron a las buenas conciencias, hasta la umbrosa toma de nuestra ciudad por las fuerzas villistas, la constante fue la altísima traición al juramento de proteger al más pobre siempre ante el abuso de los amos insaciables y salvo contados casos, la estadística de la historia lo demuestra: altísimos niveles de indolencia ante la desgracia de nacer y morir pobres y con miles de necesidades al pie de la cama.
La tradición del pueblo zacatecano por honrar los símbolos patrios, por querer a sus héroes que contribuyeron eficazmente a que hubiera algo de paz y pan en los hogares, está fuera de toda duda, fue la entrega de una juventud también anónima que fue sacrificada en aras de que triunfara la ignominia y aunque ha habido avances, estos se ven deslucidos por la ausencia real de la verdadera felicidad de todo un pueblo que merece la concordia y las bolsas de trabajo.
Una y otra vez releer los archivos municipales es de suma importancia para entender de donde viene este pueblo y a donde posiblemente va: viene del sol de la esperanza y acude temprano a desmañanarse todas las madrugadas para que sus hijos acudan a la cita con una ciudad, un estado, que quiere salir hacia adelante y poblaciones como Río Grande, Apozol, Juchipila o Nochistlán, Morelos y Ojo Caliente, Moyahua o Villa García, debieran ser más que motivo de orgullo y de estudio constante por la maravilla de eventos en que sucedió la conducta humana en aras de las armas o el canto de la poesía, también de las mujeres zacatecanas de ojos sublimes y radiantes buscando la luz y el consuelo entre sus horizontes.
Sentir con la más prudente y sensible honestidad y admiración la gran cartelera y calendario de las fechas en que los zacatecanos hicieron contribuciones a la estupenda patria mexicana, nos llena de orgullo y motivo nuevo para que la frondosidad de los bosques nos dejen ver cada árbol y nos de sombra y cobijo, también distinguir a quien cumplió con su deber ayudando al desvalido, fuera de la caridad si no el deber de un hombre donde está ahí para ser útil y ayudar siempre sin miramientos.
Por eso la fascinación de nuestra historia en cualquier rincón del mundo, un estado con una riquísima y vastísima red de complicidades históricas de inigualable caudal y dato impresionantes que son y serán siempre la bienvenida a todo lo que venga, siempre con los ojos bien abiertos, siempre con la mano extendida y la pluma en ristre, con tinta sangre que ha de correr nuevamente dispuesta a escribir lo más glorioso y humano de Zacatecas.
¡¡¡Yeah!!! ■
