Los trabajadores que aportan al Issstezac se enfrentan con la realidad de que su fondo de pensiones está a punto de agotarse, o en la orilla de la quiebra. Y antes de iniciar a dar pasos en el sentido de una pretendida solución, reclaman se ponga en claro las causas de esta crisis. Es lógico pensar que para proponer alguna solución, se debe diagnosticar el problema. Además, porque al tratarse de fondos multimillonarios, la sospecha de corrupción está a flor de piel. Pero si se acelera la aprobación de una solución sin ofrecer resultados de auditoría, las sospechas vuelan a los cielos. Pareciera que se pretende tapar el pozo con el niño dentro. ¿Cómo sin aclarar por qué ha estallado el fondo de pensiones se les dice a los trabajadores que van a tener que aumentar sus aportaciones? Además, de que en la construcción de la propuesta no se tomó en cuenta a los afectados. Cuando se construyó el fondo de Issstezac se hicieron una serie de estudios actuariales que daban garantía en el manejo de los fondos, ¿qué falló?, ¿el diseño?, ¿la implementación?, ¿no hubo estudios actuariales que previnieran con tiempo suficiente los escenarios venideros? Pues a ciencia cierta no lo sabemos. Es algo que tal vez quede en la oscuridad por los años, y si hubo manejos corruptos no hay consecuencias. Igual que los recursos de los braceros: nunca supimos qué ocurrió con esos gigantescos fondos, sólo se perdieron. ¿Solamente se perdieron? Sí: así nomás.
Ahora se aprueba en lo general una reforma de forma vergonzosa: llena de signos ignominiosos. El manejo de la sesión para la aprobación estuvo colmado de signos preocupantes. La sesión no fue en el recinto, sino en una sede alterna que nadie sabía dónde sería: se intentó eliminar lo público de un acto esencialmente público. ¿Ahora el Estado aprobará en privado las leyes para todos los zacatecanos? Es el signo de la veda pública de actos públicos. El otro signo es la altísima presencia de fuerzas policiacas en la sesión atípica del Poder Legislativo local: granaderos como garantes del legislativo. ¿Son los policías en su ropaje de ‘robocop’ la garantía de los procesos legislativos en Zacatecas? ¿Personajes uniformados y con instrumentos de represión son los que hacen posible la aprobación de las leyes que darán certidumbre a los derechos sociales de los zacatecanos? Algo extraño ocurre aquí: ¿son los policías con toletes los garantes de los derechos sociales? A una conciencia democrática le surge una respuesta inmediata: ¡No! El supuesto de todo gobierno democrático es la legitimidad, y por ello, no puede ser la violencia de las fuerzas del Estado la garante. En suma, es la falta de transparencia y la actuación violenta del Estado los factores de cuestionamiento social en relación a la aprobación de una ley que hará que los trabajadores aumenten sus aportaciones sin saber por qué lo tienen que hacer.
