El convenio donde el ex rector Alfredo Femat se compromete a modificar el Contrato Colectivo de Trabajo UAZ-Spauaz a cambio de un apoyo de 170 millones de pesos, pone de manifiesto la voluntad de afectar los derechos de los profesores a cambio de recursos federales. En esa ocasión, la corriente política del rector, junto al entonces secretario del sindicato, llevaron a votación la modificación de la antigüedad para la jubilación. Es decir, operaron las modificaciones negativas al Contrato, pero no aplicaron las cláusulas ventajosas para los trabajadores, verbigracia: el Fideicomiso de Jubilaciones no existe. Es notorio que aceptaron la cláusula que dice “modificar el CCT al modelo de Educación Superior”, mejor conocido como el Modelo-SEP. Aceptan las condiciones del Gobierno Federal que, sabemos, tienen la misión de desmontar las estructuras jurídicas que protegen los derechos sociales del trabajo, como lo demostró con toda contundencia la reciente reforma a las leyes laborales. Los gobiernos neoliberales ven como un obstáculo a vencer la contratación colectiva y los sistemas solidarios de Seguridad Social, por ello, han gestionado la promoción laboral de los universitarios por fuera de los CCT, por ejemplo, usando los programas de Estímulos a la Carrera Docente o las llamadas Cátedras Conacyt, y otros más, donde los tratos son estrictamente individuales y por fuera de toda relación sindical. Y es importante participar de dichos programas, pero a partir de contar con políticas propias en investigación y gestión de la calidad, lo cual no ocurre en la UAZ: todas las políticas de gestión de la calidad son aplicaciones acríticas de los dictados del Gobierno Federal, y con ello, se deja de ejercer la autonomía. Así las cosas, observamos que el discurso y la práctica tienen una enorme brecha en el ex rector y en la ex gobernadora, que desde su puesto de mando promovieron la vulneración de los derechos laborales de los trabajadores académicos. Ahora ambos son legisladores y precandidatos a otro puesto de elección popular por las izquierdas.
Con este escenario, en pocas semanas la UAZ inicia el proceso de revisión de las violaciones laborales (el sindicato no se abrió a la revisión contractual). Y la SEP presiona fuerte para eliminar algunas cláusulas del contrato, específicamente las primas de antigüedad de los jubilados. Así las cosas, cabe la pregunta, ¿cómo se conducirá la corriente del ex rector Femat en esta situación? ¿Cederán más derechos a cambio de alguna negociación pública u oculta? ¿Hay confianza de los universitarios en la conducción de su dirigencia sindical sabiendo que está en manos del grupo político mencionado? Una vez que se puso de manifiesto la voluntad de cambiar el CCT por presiones del Gobierno Federal, nada impide que vuelva a ocurrir; y el escenario actual de emergencia financiera de la institución lo hace propicio.
