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miércoles, 24 abril, 2024
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Un rockcito para todos los roles / El rock chicano. Sólo los mejores la rolaron por acá

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Por: JAIME FLORES GUARDADO •

 

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Las petaquillas de innumerables hogares están repletas de recuerdos, de canciones, de pequeños escritos que los aprendices de rockeros como Lorenzo han querido conservar, a lo largo de los decenios, contenidos en oscuros y manchados atados que han conformado esa rebelde personalidad que permite un dejo de autoridad para comentar y compartir historias sobre el rock en todas sus vertientes.

Lorenzo es un chavo acá, setentero, nostálgico, soñador, hipioso, seguidor del rock contestatario, propositivo y contextual, que ha buscado por todo el orbe los acetatos de rock hechos en México en esta etapa, ha escuchado a músicos, escritores, filósofos, farsantes e intelectuales que toda su vida han estado formando parte del circuito rocanrolero, y siempre lleva con él el rol de todos los días en el morral, ése que desde hace más de cuatro décadas lo acompaña por doquier, el silbido a flor de piel, haciendo sonar el millar de piezas que se le ocurre cuando pasea por esos lejanos senderos, apartado de la inmundicia, de los veloces magos de las crisis y los engaños, sí, de esos seres abominables llamados políticos y gobernantes.

La agrupación más genuina del rocanrol zacatecano en su segundo larga duración, editado para Son- art, en 1965. De las pocas producciones zacatecanas

A mediados de los sesenta, ya escuchaba por la radio zacatecana la música de los Hermanos Macías y, por supuesto, del conjunto rocanrolero más genuino de Zacatecas, Los Zoser’s, como aportación de los inquietos intérpretes locales al frenético ritmo que Elvis Presley compartía con el mundo. Los Beatles, Los Hollies, Los Kinks o Rolling Stones hacían lo propio, mientras Los Yardbirds envolvían, con esa densura que los caracterizaba, las nuevas tendencias del rock and blues.

En México sólo los mejores participaban en la transición por crear un rock que se apartara de los temas edulcorados, para dejar constancia de que su propuesta era una alternativa para soslayar el planteamiento que iniciaron Los Locos del Ritmo, Los Loud Jets, Sinners, Los Rebeldes del Rock et al. La gran mayoría continúa cinchada, a la fecha, a los antiguos cánones del rocanrol clásico.

El movimiento rocanrolero que encabezaba Javier Bátiz estaba dando muestras de solidez, y fue entonces que aparecieron en escena excelentes bandas e instrumentistas que, cámara, sonaban como de primer mundo. Allí estaban Simón Tamez, un guitarro que lo mismo tocó con Freeway, Factory, Simón + Cuatro, Love Army, que con El Brujo Bátiz.

Los Locos tenían de teloneros a los mismísimos Doors en 1966 en el Wiskey A go go en USA; Los Tequila la rolaron por varios años en Suecia; Los Loud Jets, en Sudamérica y Canadá. El rocanrol de México traspasaba las fronteras con su música, mientras aquí en nuestro país, los norteamericanos avecindados en Guadalajara daban mucho de qué hablar: Tony Baker se dejaba caer con tremendos riffs de los grandes maestros del blues con La Fachada de Piedra; Tony Vierling hacía lo mismo con sus piezas acá, tranquilonas, de extracción folk y country, con Los Spiders; Tomas Yoakum, con La Revolución de Emiliano Zapata y otras reconocidas bandas tapatías.

A finales de los sesenta fue cuando se centralizó la avalancha de grandes grupos provenientes de las zonas fronterizas, de los músicos mexicanos que cantaban en inglés, porque así habían nacido sus composiciones, porque en ese contexto laboraban por varias horas, porque su público era gabacho, seguían componiendo en inglés y los asiduos asistentes a los bares donde se tocaba esa música estaban familiarizados con la cultura del vecino país, por lo que esta corriente se denominó como La Onda Chicana, la cual dejó un acervo cultural bastante amplio hasta la declive originada por la represión ejercida por el gobierno. Grandes bandas con metales se conocieron por estos lares: La Tribu, Tequila, Macho, 39.4, La División del Norte, amén de la existencia de Peace and Love, Bandido, Love Army, La Tinta Blanca, Iguana y varias más.

Los músicos zacatecanos también fueron partícipes de este gran movimiento con la participación de una gran banda de metales, lo mejor que se ha escuchado desde entonces: La Séptima Galaxia, con Julio Márquez, en la voz; “El Merques”, en la trompeta; Mata, en el trombón; Manuel Martínez, en el bajo; Pedro Martínez, en el requinto; Julio García, en la batería; “El Bobo”, en el sax, y Felipe Rivapalacios, en los teclados, excelentes instrumentistas que dejaron por allí en la LK unas piezas grabadas que quedaron enlatadas. Ojalá alguien las rescatara. Se fueron a radicar al Distrito Federal, donde alternaron con lo más granado del rock nacional. Enigma, Tequila, Banda Santa Fe, Buffalo, Three Souls in my Mind o Javier Bátiz fueron contratados por una cervecera que hacía caravanas por toda la república y fue en una de esas presentaciones por el estado de Michoacán donde comenzó la separación. ¡Qué lástima!; era una banda que tenía todo para hacerla y, sobre todo, que se había generado en nuestro estado.

Cierto que existieron La Sangre Caliente, del mero Fresnillo, que en sus dos producciones para Discos Gas incluyeron algunos rocks como Sin depender de nadie y Frankenstein, o Los Purépechas, con sus piezas de corte rockero, 6+2= Rock o La media noche, que fueron difundidas por la radio esporádicamente; sin embargo, hubo agrupaciones que decidieron incorporar piezas más clásicas a su repertorio, como Fórmula Uno, en cuyo set podías escuchar Tal vez soy leo -de Deep Purple-, Vehicle -de Los Idus de Marzo-, For losing you -de La Tribu- o Back -de Los Spiders-, piezas que aún tocan en algunas presentaciones, pues siguen activos. Los Fire Fly Company y Criollo, que fueron agrupaciones que interpretaban lo grueso de Hendrix, Cream, Stones o Grand Funk, desaparecieron poco a poco de la escena para dar paso a los excelsos Mr. Máquina y Euterpe.

Con la velocidad del rayo, el heavy metal transformó las estructuras emocionales de los jóvenes, y desde el inicio del tercer milenio, ya tenemos en Zacatecas a grandes exponentes de este subgénero que ha dado la batalla hasta nuestros días; Pentágono de Piedra, Ixion, Pietra Santa, Ansuz, Ángel Nocturno, Iblis Levanah, Guardián Oculto, de lo más destacado. Hay quienes creen que el heavy es la máxima autoridad en expresión musical; quizá sea la madre de la diversidad del rock, sin embargo, habrá que escuchar otras vertientes y discernir sobre su musicalidad. En realidad, el rock, en sentido amplio, sigue siendo sólo rocanrol, pero nos gusta.

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