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jueves, 28 marzo, 2024
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Navidad sin espinas

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

  • Futuro Sostenible

 

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Aunque la Navidad representa un cúmulo de buenos propósitos y deseos, regalos, comida y muchas cosas buenas, no siempre tales bondades alcanzan para todos. Reflexionemos en aquellas personas para quienes estas fiestas de fin de año, representan eventos tristes con pérdidas personales, ausencia de oportunidades, desarticulación de los vínculos familiares y falta de amor, todos estos, eventos lamentables que los ha marcado de por vida. Tal parece ser que el amor está muy cerca del odio, que la tristeza está entretejida con la felicidad y que el éxito es vecino del fracaso; pasar de una condición a otra, es cuestión de instantes, por ello, creo que en lo individual, debemos trabajar mucho en la superación de nuestras brechas personales, prepararnos adecuadamente para afrontar lo que esta vida nos depara en lo bueno y en lo malo. Es importante saber disfrutar tanto el frío como el calor, lo mismo una tarde nublada que un día soleado, aquilatar los días de amor que lo meses llenos de la ausencia de este sentimiento.

Personalmente recuerdo aquellas fiestas de fin de año en los tiempos de mi infancia cuando la condición económica familiar no permitía comer pavo, romeritos, bacalao y demás bocadillos de temporada, menos comprar un árbol de Navidad con esferas y luces; al igual que otros niños de mi pueblo y de mi condición, acudíamos al cerro a cortar huizaches para blanquearlos con cal y adornar las espinas con pedazos de algodón, construíamos nuestra Navidad con un árbol mágico y lleno de ilusiones, nuestro árbol navideño era el mejor de todos, nos esmerábamos en buscar la rama que más se acercara a la forma de un pino, como aquellos que se miraban a través de las ventanas de las casas pudientes. Varias veces, mi árbol navideño de espinas, se quedó vacío de regalos, el 25 de diciembre me levantaba temprano y, sin que nadie se diera cuenta, veía con mucha tristeza que no había tenido fortuna, sin embargo, esto no limitó mi alegría por esperar la próxima Navidad y volver a buscar la mejor rama de huizache para transformarla en una nueva oportunidad de festejo. Hoy, esas espinas de mi árbol se han transformado al igual que mi entorno en oportunidades de trabajo, en una profesión, en una carrera que orgullosamente he edificado con esfuerzo como maestro universitario; mi árbol es verde, no cabe del todo en mi casa, tiene esferas, luces y regalos; gracias a Dios, la edificación de mi propia historia ha evitado que mis hijos vayan en busca de una rama como la que yo atesoraba en Navidad; el trabajo ha vencido mis adversidades, por lo que estoy cierto de que debemos insistir en buscar la felicidad pero también debemos trabajar con todas nuestras capacidades para lograrla; los obstáculos, adversidades y algunas personas negativas, estarán al día para evitar que logremos nuestras metas y alcancemos para nosotros y nuestras familias, un mejor presente con una calidad de vida insuperable.

Los invito a trasformar las espinas de nuestra Navidad en frondosas ramas verdes, a través de la superación individual, a partir de un trabajo y una educación constante que constituyan la base de nuestra abundancia y prosperidad, rompamos los atavismos que nosotros mismos hemos construido en torno a las fiestas de fin de año, por qué corremos el riesgo de heredar la infelicidad propia a nuestros seres queridos; dejemos de lamentarnos y comencemos a transformar nuestro propio mundo; recuerde que si seguimos sembrando penas, las cosecharemos en la próxima estación; no esperemos que la felicidad llegue por designio divino, vamos por ella y hagamos que se quede permanentemente en nuestras vidas, si la perdemos, también acudamos a su encuentro. Si una vez, nuestra Navidad fue triste, debemos fijarnos la meta de que la próxima sea la más feliz, al igual que todas las etapas y eventos de nuestra vida. Usted y yo, somos los únicos responsables de nuestra vida y nuestra felicidad. Si ahora es necesario buscar un huizache para blanquearlo, no pierda la ilusión de esta temporada, no permita que le nieguen el derecho a disfrutar estas fiestas y comience a fijarse los objetivos a seguir para alcanzar el éxito y un mejor mañana; no se crea la historia de que venimos a esta vida a sufrir, renuncie a la idea de cargar cruces y espinas, mejor visualícese en abundancia y felicidad y, lo más importante, trabaje todos los día para alcanzar sus propósitos. Feliz Navidad. ■

 

*Representante de Zacatecas ante el Consejo Consultivo Nacional para el Desarrollo Sustentable

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