■ Empresas controlan todo el proceso productivo y los investigadores trabajan para ellas
■ Aplicaciones con fines sociales, como la nanomedicina, se encuentran retrasadas, señala
Durante la inauguración del primer Seminario Iberoamericano Diálogos sobre Nanotecnologías, convocado por la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Guillermo Foladori, coordinador de la Red Latinoamericana de Nanotecnología y Sociedad, advirtió que 80 por ciento de la materia prima utilizada para esa disciplina científica está concentrada por el gran capital, y por lo tanto su aplicación obedece a cuestiones empresariales y no sociales.
“El grado de concentración del capital es tremendo. No tiene nada que ver con lo que fue la concentración del capital a nivel mundial en 1990. Dio un salto impresionante como resultado de las políticas neoliberales. Entonces si uno va a la nanomateria prima, que es el punto de partida para cualquier cosa, se encuentra que la concentración del capital de las nanopartículas es feroz”, expresó.
Informó que, por ejemplo, más de 80 por ciento de los nanotubos de carbono se producen en menos de 10 grandes corporaciones. Lo mismo ocurre con el bióxido de titanio, el óxido de zinc, la nanoplata, entre otros.
Ello significa que, si las grandes corporaciones concentran la producción de la materia prima para la nanotecnología, y también de la gran mayoría de los productos finales independientemente del sector económico, “es obvio que son esas empresas las que controlan todo el proceso productivo y eso hace que los investigadores terminen haciendo lo que estas grandes corporaciones quieren”.
Foladori recordó además que los criterios establecidos en México, Brasil y Estados Unidos para la investigación en nanotecnología, señalan que debe haber un patrocinio y una asociación con las empresas, de manera que las investigaciones se realizan con base en esos intereses corporativos y “es casi inevitable”.
En consecuencia, las investigaciones que pueden ser más importantes para la generación de productos que resuelvan necesidades sociales más específicas, se retrasan más, como es el caso de la nanomedicina.
Desde el punto de vista del discurso político, es decir, del reconocimiento por parte de los gobiernos de las nanotecnologías como un aspecto fundamental para la investigación y desarrollo de esos países, manifestó que todos los países latinoamericanos han declarado que éstas son prioritarias.
Sin embargo, aunque en algunos casos se incluye en los planes de ciencia y tecnología, en otros países las nanotecnologías se comenzaron a financiar hace tiempo mediante redes de investigación.
“Esto no significa que una vez que han declarado que las nano son un área prioritaria, destinen fondos para ello. No, muchos países lo tienen en el papel pero no han avanzado en términos prácticos o concretos. Muchos otros sí han dedicado financiamiento y fondos y han institucionalizado la investigación en este campo”, expuso Foladori.
En el caso mexicano, afirmó que el rezago en materia de nanotecnología se debe a que inciden políticas ajenas a la ciencia y la tecnología, sino de la alianza política con Estados Unidos “México está atado al Nafta (Tratado de Libre Comercio para América del Norte) y eso lo pone en una situación de distanciamiento con lo que se hace en el resto de América Latina”.
