El Pulso de la República es un programa de noticias transmitido por el canal de Internet YouTube, programa que es conducido por un joven internauta conocido como Chumel Torres. Este joven tuvo una participación en una conferencia hace un par de semanas en el estado de Zacatecas, y en su cuenta de Twitter, @ChumelTorres, tiene poco más de 245 mil seguidores.
Sin embargo el tema de esta columna no es platicar sobre el programa de noticias; el tema de esta columna es hablar precisamente sobre, el pulso de la República:
México tiene ya los indicios de poder tener un síncope. El pulso nos indica que tenemos ya una falla sistémica que nos puede llevar a una pérdida brusca de consciencia. Nuestro país se encuentra en serios problemas, problemas derivados en gran parte por el actuar de nuestro gobierno.
Es inaudito ver cómo todos los partidos políticos se encuentran en serios aprietos, en dilemas que por más que quieren explicar no encuentran como dar la cara a la sociedad.
El PRI, el partido en el poder, no puede dar explicación alguna sobre “La Casa Blanca”; no puede dar una explicación de cómo la primera dama del país pudo tener más de 80 millones de pesos para comprar una casa tan lujosa. Cómo a pesar de tener ese sueldo tan alto en la televisora no haya presentado declaración y pago de impuestos.
El PAN transita por los videos de los “Diputables”, video que muestra una fiesta en donde diputados de este partido bailan y disfrutan acompañados de prostitutas.
Mientras que el nuevo partido de López Obrador no puede presentar cuál es el modo de vida de su líder. Es decir, cómo es que Andrés Manuel López Obrador puede sostener una vida de viajes, mítines, discursos, comidas en reuniones sin tener un trabajo fijo y un sueldo que pueda comprobar todos estos gastos.
Ahora tenemos un nuevo problema, el líder moral y fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha renunciado a su partido. El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas renunció por las diferencias que tiene con el dirigente actual del PRD.
El Partido Verde Ecologista de México pasó un tiempo en el ojo del huracán por los departamentos de súper lujo que tiene su líder nacional en la ciudad de Cancún, Quintana Roo.
México está cansado, al igual que en el procurador de la República, México ya no confía en los partidos políticos.
Nos encontramos con el nivel más bajo de confianza hacia el Presidente de la República. No hemos podido resolver aún el tema de la Guardería ABC, los responsables siguen libres.
Estamos ya a dos meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa y las autoridades aún no tienen ni siquiera un sólo indicio sobre su localización.
México ya no cree en los partidos políticos, México ya no cree en los políticos. Pero el problema más grande por el que atravesamos es que México ya no cree en las personas. Hemos dejado de confiar, hemos dejado de creer, y lo más aterrador del caso es que hemos perdido el miedo. Nuestra sociedad ya no reacciona a las muertes. Despertamos en Zacatecas con la noticia de que asesinaron a un taxista más y no ocurre nada, la reacción del gobierno es otorgar un botón de pánico a los taxistas.
Se prevé un 2015 difícil; el precio del barril de petróleo está ya por debajo de los 70 dólares, mientras que “las cifras alegres” del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) contemplan la venta en poco más de 79 dólares por barril. El crecimiento del país no llegará siquiera a 2.1por ciento, mientras que la inflación llegó a más de 4 por ciento.
Los indicadores están mal. Esperemos que el desmayo que sufriremos lo podamos soportar y reaccionar a la brevedad.
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