Todas las estadísticas y experiencias, vividas como testimonios, señalan al alcoholismo como el principal causante de accidentes con 70 por ciento, mientras que ocasiona 60 por ciento de los traumatismos; es necesario ampliar las acciones de prevención y atención de esta enfermedad.
De acuerdo con el estudio Investigación social y cultural sobre el consumo del alcohol y el alcoholismo en México, 60 por ciento de los suicidios está vinculado con esta adicción.
Asimismo, 38 por ciento de los homicidios en el país es cometido bajo los efectos del alcohol y 38 por ciento de las lesiones, particularmente entre jóvenes de 15 y 25 años de edad, está relacionado con su consumo.
Además, el alcoholismo representa 11.3 por ciento de la carga total de enfermedades y 80 por ciento de los divorcios está asociado con este hábito.
Ante una realidad irrebatible, las autoridades de la Secretaría de Salud y la Comisión Nacional Contra las Adicciones deberían de manera urgente un Programa Nacional contra la Adicción y el Abuso del Alcohol, así como coordinar acciones permanentes en los tres órdenes de gobierno.
También, implementar tareas específicas como la prevención del consumo de alcohol a temprana edad, disminución del alto consumo en población de 12 a 65 años y la inclusión de atención de enfermos dependientes en instancias del sector público.
Igualmente, poner en marcha unas campañas determinadas para disminuir el consumo de alcohol en mujeres, especialmente en embarazadas y lactantes, y otra para prevenir y atender el alcoholismo en la zona centro del país, que incluya a los gobiernos estatales y municipales.
De acuerdo con una encuesta reciente, la edad promedio de inicio en el consumo de bebidas alcohólicas es de 17.4 años; 16.8 años para los hombres y 18.3 para las mujeres.
Además, 22 por ciento de los mexicanos declaró consumir bebidas alcohólicas por lo menos una vez por semana; 18 por ciento, una vez al mes, y 35 por ciento, aún con menor frecuencia; una cuarta parte de la población dijo no ingerir nunca estas bebidas.
En el caso de las mujeres, según estudios de la División de Investigaciones Epidemiológicas y Sociales, del Instituto Nacional de Psiquiatría de la Secretaría de Salud, 9 por ciento de ellas, de entre 18 y 65 años de edad, habitantes en zonas urbanas, beben 5 copas o más en cada consumo.
El 10 por ciento de las bebidas alcohólicas que se venden en México es consumido por mujeres, en donde las mayores de 60 años es el grupo más afectado. Usualmente es población que empezó a beber en la juventud y continúa haciéndolo.
Actualmente el sexo femenino bebe a la par que los hombres, pero está en desventaja en cuanto a los riesgos a su salud, ya que ellas cuentan con más grasa corporal, lo que impide que el alcohol se pueda diluir. Por tanto, son más vulnerables a la intoxicación con menores dosis de alcohol.
Igualmente, 16.8 por ciento de las mujeres consumió bebidas alcohólicas durante su embarazo, y entre quienes amamantaban a su hijo, 7.4 por ciento tenía a la cerveza como su bebida preferida.
Según la Encuesta Nacional de Adicciones 2011, hay más bebedores en las regiones centro, es decir, en los estados de Guanajuato, Hidalgo, México, Morelos, Puebla, Querétaro y Tlaxcala.
Ante este panorama, se considera necesario que las autoridades citadas amplíen las acciones de prevención y atención de esta enfermedad más allá de la sola acción del gobierno de la República, para incorporar el esfuerzo de los estados y los municipios, y que sea permanente y de alto impacto. ■
