■ Realizan pagos desde 300 y hasta mil 500 pesos por semestre, según el plantel, explican
■ Proponen que la mitad de estos ingresos se destinen al saneamiento financiero de la UAZ
Durante años, funcionarios y autoridades de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) han afirmado que, después de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Máxima Casa de Estudios de la entidad es la más barata en el país. Sin embargo, los estudiantes son obligados a pagar, en algunas unidades académicas, “cuotas voluntarias” semestrales que no están reglamentadas en los estatutos y cuyo ejercicio se realiza en forma discrecional por los directores de sus respectivas escuelas.
De acuerdo con el artículo 156 del Estatuto General de la UAZ, se establece que es el Consejo Universitario quien deberá establecer las cuotas institucionales, no las unidades académicas; y a su vez en la Ley Orgánica de la Universidad, en el artículo 9, se apunta que pese al establecimiento de las cuotas, “para garantizar el principio de gratuidad de la enseñanza, ninguna persona podrá quedar excluida, por motivos económicos, de los servicios educativos que otorga la Universidad”.
Y aunque hay unidades académicas que respetan la cuota institucional (además del cobro de la credencial y seguro médico), otras cobran entre 300 y mil 500 pesos por semestre, y de acuerdo con el testimonio de estudiantes, esos recursos no se reflejan en mejores condiciones.
Incluso, debido al uso discrecional que se le da al recurso que aportan por concepto de cuotas voluntarias, en el contexto de la crisis institucional en la que se encuentra la UAZ y el adeudo de más de 900 millones de pesos al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), algunos alumnos proponen que la mitad de su pago se destine al saneamiento financiero de la Universidad.
Arturo de la Torre Carrillo, estudiante de la Unidad Académica de Psicología, sugirió precisamente que la mitad de las cuotas se destine para ayudar a saldar la deuda estructural de la Universidad y sanear sus finanzas, y que el resto se quede en las unidades académicas. La intención de esa alternativa es “apoyar un poco la situación de nuestra Universidad porque si no, va a desaparecer, y nosotros no estamos haciendo nada para rescatarla”.
Respecto al cobro de cuotas voluntarias, el joven comentó: “sucede algo interesante. Cuando pagas la inscripción, se supone que la UAZ sólo cobra 70 pesos, el resto es una cuota voluntaria, que según la ley no es obligatoria. Aquí nos hacen pagar una cuota de 300 pesos el primer semestre, pero para el siguiente semestre, como no pagamos inscripción para la Universidad y no pagamos credencial, los 400 pesos se quedan aquí”.
Señaló que en el plantel de Psicología que de la capital del estado, hay mil 600 estudiantes aproximadamente, quienes aportan 400 pesos cada uno, pero el problema es que ese recurso debería utilizarse para el mantenimiento y mejoramiento de las instalaciones y ello no ocurre.
“Eso no se ve reflejado porque tenemos carencias en equipos de sonido, en cañones y en todo tipo de insumos necesarios para tener una educación de calidad. Incluso había un compañero invidente que dejó de estudiar y creemos que fue por la falta de accesibilidad y falta de elementos para que se trasladara”.
De la Torre Carrillo reiteró que al pagar la inscripción en el primer semestre del ciclo escolar, que inicia en agosto, se incluye el pago institucional, credencial y Seguro Social, y el resto de los 400 pesos de la cuota total se destina a la Unidad Académica, sin que haya claridad sobre su ejercicio.
Aunado a ello, dijo que los alumnos también pagan las constancias que tramitan e incluso los oficios para poder realizar el servicio social y las prácticas profesionales, además de una cuota de 500 pesos para la compra de libros, ello al momento de titularse.
El problema no se limita a la Unidad Académica de Psicología, puesto que refirió otros casos, como el programa de Veterinaria o Medicina, donde los estudiantes pagan más de mil pesos por semestre, ello con anuencia de los Consejos de Unidad, comentó.
El procedimiento para establecer las cuotas “voluntarias”, explicó, consiste en que el director de cada escuela convoca al Consejo de Unidad y le plantea que no hay recursos suficientes para los gastos, y entonces se aprueba sin problema el aumento a las cuotas cada semestre.
En ese sentido, De la Torre Carrillo expuso que al interior de la organización estudiantil que ha emergido en la UAZ para solidarizarse con la muerte y desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, se han planteado diversos problemas de la institución, entre ellos el cobro indebido de cuotas, pero es un tema que ha generado posturas contrarias y mientras que unos plantean que no deben pagarse, otros señalan que son recursos necesarios para la Máxima Casa de Estudios.
“Nosotros estamos de acuerdo en que la Universidad necesita recursos, pero 70 pesos es muy poco. El problema es que a las unidades académicas les pagamos mucho, en Medicina mil 500, en Contaduría 800 pesos, aquí (Psicología) 400 pesos, pero la institución no se queda con nada más”, expuso.
Por último, manifestó que la comunidad estudiantil está comprometida con la institución, pero “como se manejan las cosas en la Universidad, se necesita la supervisión no del gobierno sino de los propios universitarios, a quienes nos deben de aclarar de en qué se invierte, para qué funciona y cómo beneficia a nuestra educación el recurso que pagamos”.
Por su parte, Iván Alonso Cuevas, estudiante de la Unidad Académica de Filosofía, afirmó que en ese centro las cuotas no incrementaron en toda su trayectoria escolar y en este momento es de 300 pesos, pero hay otros casos donde aumentan cada semestre.
Aunque la UAZ es una de las universidades más baratas del país, “la educación no se debería cobrar, sobre todo en un país como México que siempre ha estado en el desarrollo. El hecho de que se nos cobre la inscripción, y que en la mayoría de las universidades cobra colegiatura, revela el desinterés de nuestras autoridades para invertir en la educación, a pesar de que esa debería ser una cuestión de emergencia nacional”.
Aseguró que la educación puede revertir la situación se rezago en diversos aspectos, pero especialmente la brutalidad, la violencia y la delincuencia que impera en todo el país y el estado.
En su caso, en la licenciatura de la Unidad Académica de Filosofía, la cuota es de 270 pesos en el segundo semestre del ciclo escolar, cuando no se paga la inscripción institucional, la credencial y el Seguro Social, y más de 300 pesos en el primer semestre.
Desde su punto de vista, el cobro de cuotas voluntarias en las unidades académicas de la UAZ es similar a lo que ocurre con las escuelas del nivel básico, donde supuestamente es ilegal que existan, pero los directores lo plantean a los padres con el argumento de dar mantenimiento a las instalaciones.
“El Estado no puede presumir de dar educación gratuita, cuando no cubre los gastos de la institución. Si esos gastos se cubren de otras partes, entonces no se puede decir que es gratuita”, puntualizó.
Alonso Cuevas indicó que el cobro de esas cuotas es una de las aristas de la privatización de la educación en México, pues ya se concibe como un producto que se vende a los jóvenes, convirtiéndose con ello en un negocio.
También precisó que el mantenimiento de las instalaciones de las unidades académicas depende del departamento de Infraestructura, por lo cual la mayoría de los planteles no utiliza las cuotas para mejorar los espacios.
En ese sentido, dijo que “el asunto de la transparencia es uno de los argumentos que usan el gobierno y la Secretaría de Educación Pública en su cruzada por destruir nuestra Universidad, porque el sistema no quiere universidades públicas y eso es evidente con el gasto que asignan”.
Coincidió en que la Universidad requiere de más recursos, pero también es importante que las autoridades transparenten el uso del presupuesto, pues frecuentemente sólo emiten información maquillada que “para la sociedad no es suficiente”.
No obstante, Alonso Cuevas puntualizó que los universitarios no están de acuerdo con que instancias externas realicen auditorías en la UAZ, debido a que estas no son objetivas y privilegian intereses, de forma que son los propios estudiantes, profesores y trabajadores quienes deben responsabilizarse de ello, aunque se deben encontrar los mecanismos.
Lino García Escobedo, estudiante de la Unidad Académica de Economía, manifestó que en ese centro solamente cobran una cuota anual de alrededor de 300 pesos, a diferencia del resto de los planteles donde se cobra cada semestre.
“Sobre el uso que se le da a ese recurso, entendemos que es para caja chica, para los gastos que tienen en las instalaciones. Pero en Economía hemos evitado hacer el pago cada semestre, aunque el uso que se le da no está socializado y lo sabemos por pláticas que tenemos con los directivos o administrativos”, expuso.
Al igual que el resto de los alumnos entrevistados, comentó que hay unidades académicas donde las cuotas superan los mil pesos por semestre, lo cual no es positivo porque la educación debe llegar a toda la población y esa es una barrera que lo impide.
Manifestó la necesidad de que los estudiantes incluyan ese tema en su agenda, y aunque hay cierto rechazo de los jóvenes hacia la imposición de esas cuotas, todavía no se han planteado acciones para evitarlo, pese a que en la Unidad Académica de Agronomía ya hubo movilizaciones este año para inhibir que se les aumentara ese cobro.
El estudiante señaló que el eje central en la organización estudiantil de la UAZ es el caso de Ayotzinapa, pero “el siguiente paso es dar el brinco hacia la defensa de la educación pública, porque no solamente son las cuotas, sino también el recorte presupuestal, la violencia económica que el gobierno ejerce hacia la educación pública”.
García Escobedo agregó que es importante que en esa exigencia de un mayor presupuesto para la UAZ, primero debe haber una reingeniería administrativa que incluya ese ámbito de la transparencia.
Enfatizó que independientemente de que Gobierno Federal esté aplicando medidas contra las universidades públicas, en el caso de la UAZ es necesaria una reconstrucción, pero sin dejar de lado que es pública y autónoma.
Reiteró que el cobro de cuotas voluntarias es uno de muchos temas que tienen que ser discutidos al interior de la Universidad, aunque en el caso de la Unidad Académica de Economía hay concesiones para que los estudiantes no paguen, en caso de que no cuenten con recursos.
Por último, Denise García Lamas, también alumna de Psicología, informó que en esa unidad académica han aumentado las “cuotas voluntarias” y en la actualidad el costo es de 400 pesos, y aunque se dice que es una cantidad accesible para una escuela pública, hay quienes no cuentan con esa cantidad.
Afirmó que esas cuotas no son voluntarias, sino obligatorias, e incluso si no se realiza el pago en el plazo que se establece, el alumno no se incluye en las listas de los docentes, aunque desconoció si hay casos de jóvenes que hayan perdido el semestre por no pagar.
Sobre el uso que se le da a ese recurso en su unidad académica, “supongo que es para servicios sanitarios, papel, pero en los baños no hay papel higiénico ni jabón. No sé sí también se utilice para el Internet del centro de cómputo, pero no hay información”.
Además, denunció que las instalaciones de la escuela no mejoran a pesar de la recaudación de dinero por concepto de cuotas de inscripción, solicitud de documentos y diversos trámites, al grado de que hay grupos que no cuentan con salón de clases.
Por el contrario, García Lamas refirió que la dirección no apoya con recursos a los estudiantes en caso de que quieran viajar a otros lugares para asistir a congresos u otros eventos, o bien ese apoyo es muy limitado.
