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jueves, 28 marzo, 2024
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Cobardes, más bien Gobierno Federal y PRI por no aceptar responsabilidad en caso Ayotzinapa: Jacobo

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Por: ALMA ALEJANDRA TAPIA •

■ Responde historiador a líder estatal del tricolor, quien exculpa a Peña Nieto de los hechos

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■ ¿Para qué competía EPN en la campaña si no se va a hacer cargo de lo que pasa?: docente

Es un acto de cobardía del PRI y el gobierno de la República tratar de darle la espalda a su responsabilidad cívica y gubernamental en el caso de los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos y presumiblemente asesinados, es impensable que un presidente trate de lavarse las manos al decir que no estaba ni gobernaba ese sitio, opinó el historiador Eduardo Jacobo Bernal.

Esto, en respuesta a las aseveraciones del dirigente estatal del PRI, José Olvera Acevedo quien considera “una actitud cobarde” a quienes culpan al presidente, Enrique Peña Nieto de los hechos acontecidos en Iguala, y responsabiliza exclusivamente al ex alcalde del PRD, José Luis Abarca.

A decir del docente de la Unidad Académica de Historia de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) es claro que Enrique Peña no gobierna Guerrero ni estaba en Iguala, pero él es el responsable de las riendas del país, para eso estuvo en campaña, para representar y gobernar a México y hoy la nación vive un problema de ingobernabilidad, la cual se le atribuye al priísta.

“Es un acto de cobardía tratar de evadir su responsabilidad ¿para qué competía en la campaña si no se va a hacer responsable de lo que pasa?”. Jacobo Bernal insistió en que como cabeza de la estructura gubernamental, es ilógico tratar de deslindar al presidente de los acontecimientos de Ayotzinapa, así como tampoco, una cuestión partidista cabe en este momento, porque aunque el PRI no gobierne Guerrero o Iguala, se trata de una estructura gubernamental que está cohesionada.

Además, la comunidad internacional no culpa al PRD o a Abarca de los hechos, sino al gobierno mexicano, de modo que el PRI no debe perder de vista que en el mundo no se dice que fue un alcalde, sino que es la imagen de Peña Nieto la que ha decaído, porque es él quien se debe responsabilizar de todos los actos de su estructura, trátese del municipio más alejado o de la Suprema Corte de la Nación.

Para el historiador, es absurdo que el PRI se trate de desmarcar del problema, ya que si bien, seguramente para el PRD el año electoral le traerá costos, no se vale decir que ni Peña ni su partido gobiernan ahí, porque a final de cuentas son las consecuencias de la política de Estado del priísta el cual deberá enfrentar su responsabilidad y también costo político.

Recordó que incluso casi al inicio del sexenio se dio el Pacto por México entre PRI-PRD-PAN, para tratar de homologar la forma de gobernar, y ahora se quieren deslindar uno del otro, de modo que, lo sucedido en Guerrero no sólo es el PRI o el PRD, sino de la clase política en su conjunto para quienes no ha sido suficiente un pacto entre los partidos, sino que se requiere una alianza entre los políticos y la sociedad civil.

Además, Jacobo enfatizó que Ayotzinapa no es un caso aislado, sino la gota que derramó el vaso, porque en todo el país hay secuestros, asesinatos y en lo que va del sexenio de Peña Nieto, el número de muertes dolosas ha aumentado en el país.

El crimen de Estado, se extiende además, desde situaciones como la Reforma Educativa impulsada en este sexenio, con la que se quiere homologar la educación y no permitir la diversidad, cambios que han alcanzado a las normales rurales, las cuales históricamente han sigo enemigas del modelo neoliberal, porque a sus estudiantes no sólo se les educa para ser docentes, sino también líderes sociales que contribuyan al desarrollo de las zonas rurales, agregó.

 

Es una política de Estado la represión y violencia

Jacobo Bernal aludió además a la criminalización de la protesta que se empieza a dar en algunos medios de comunicación, donde no se baja de vándalos a los normalistas rurales. “Es una política de Estado la represión y la violencia” y no se crean canales de comunicación entre la clase política y la sociedad civil”, dijo.

Por el contrario, se criminalizan los movimientos estudiantiles, aunque algunas veces las manifestaciones se podrían salir un poco de control, la realidad es que hay una tendencia a mostrar protestas como si se trata de actos vandálicos.

Deslegitimarlos, es coartarle la posibilidad a una nueva generación de ciudadanos, lo cual es una política de Estado que de igual manera hace responsable no sólo al presidente Peña, sino a todos los niveles de gobierno.

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