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jueves, 28 marzo, 2024
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Un rockcito para todos los roles / Rock para la cultura V

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Por: JAIME FLORES GUARDADO •

Mr. Máquina, la banda que llenaba de rock pesado cualquier escenario que permitiera una audición, siempre encaminaba su programa hacia la cultura, alternaba con casi todas las agrupaciones que venían a la capital zacatecana a exponer su arte, amén de organizar toquines para dar a conocer sus piezas originales y covers de lo más reciente de las bandas europeas o estadunidenses. De esta manera, la banda conoció a ZZ Top, Rush, Golden Earring, Jethro Tull, y posteriormente, a Iron Maiden, Judas Priest, Barón Rolo o Ángeles del Infierno y a lo más granado del rock nacional, Three Souls in my Mind, Dug Dugs o Náhuatl.

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Comenzaba su etapa de originalidad cuando, repentinamente, falleció Jaime López, el baterista, en un accidente automovilístico, el 15 de mayo del noventa y dos, dejando inconclusa una carrera que apenas vislumbraba la grabación de las composiciones propias, para caer en un estado de inactividad; luego, fue “El Chobby”, y enseguida, “Chew”, para caerle también a los territorios del Nirvana. Mr. Máquina pasó a formar parte de la historia del rock local y los otros músicos que integraban a esta agrupación se incorporaron a otros proyectos dentro de este arte, destacando Nacho Rosales, con su banda de jazz; Lalo López, tocando su guitarra en varias líneas, en el blues, el rock y la música versátil; “El Guerras”, de vez en cuando visita Zacatecas, procedente del extranjero, y otros ex integrantes poco se reportan debido a las actividades que realizan en las entidades donde laboran.

Euterpe, de los primeros intentos por crear rock progresivo original en Zacatecas

Poco antes de la desaparición de Mr. Máquina, la cultura del rock comenzó a diversificarse y se gestaron dos propuestas por demás interesantes. Euterpe, bajo la batuta del maestro Víctor Chew, en la batería; Inguanzo, en el bajo; Arturillo Escobedo, en el requinto; José Antonio Chew, en las vocales, y Méndez en la flauta, tomó el rock progresivo como bandera, y por el año del ochenta y seis, ya estaba alternando con Luzbel, Banda Elástica, Chac Mool y algunas otras que estuvieron de visita en estas desoladas tierras de la tuna y el mezcal. En la década anterior ya se habían hecho intentos por abordar este género en algunas piezas de Jethro Tull, quedando como antecedente la incorporación de violín y flauta en la banda que lideraba Jaime López; sin embargo, fue hasta la integración de Euterpe cuando se dio de facto la interpretación de piezas originales dentro de esta línea del rock, con líricas del artista plástico Manuel Denna. Grandes expectativas se crearon en torno a esta banda de corte progresivo que, con la problemática de la difusión y la nula participación de alguna instancia cultural que apoyara al rock zacatecano, fue desapareciendo de forma paulatina de la escena, hasta ver a los integrantes tocando en otras agrupaciones de la llamada música comercial; otros como Víctor Chew continuaron en la aferradez, hasta ver concretadas sus iniciativas y su musicalidad una década después, y aquí siguen, interpretando jazz, rock, blues y progresivo, como parte esencial de una carrera que les ha costado infinito esfuerzo por permanecer en actividad.

Luis Díaz Leaños, el señor blues, desde inicios de los ochenta, con Four Winds, Twins, La Asociación, Bajo Protesta, y ahora como solista, siempre en la brega

El otro proyecto estaba conformado por los hermanos Díaz Leaños, primero como Four Winds, luego como Twins, para dar la batalla tocando las piezas hard rockeras que se escuchaban en el hit parade a mediados de los ochenta, con un arsenal de equipo que se agenciaron en base al trabajo, a la dedicación y al deseo por difundir la música de rock en el estado. Pasada la euforia del rock de los ochenta, Luis Díaz Leaños, un joven luchador social con carácter protestoso y con deseos de trascender, dio un giro a su musicalidad y tomó por asalto los foros existentes en el pequeño circuito estatal, para regresar a los orígenes, ahora con una banda de blues llamada La Asociación, que, al momento de plasmar sus piezas originales, cambió a Bajo Protesta, dando a conocer un cassette de excelente manufactura, con una producción envidiable para esos tiempos, muy ad hoc a las piezas de denuncia que caracterizan a Luis.

Buenos recuerdos trae esa banda que en los inicios de los festivales culturales tuvieron participación, y fue allí, en Plaza de Armas, donde conocimos ese material en que destaca la pieza Dejaría de ser humano, acompañado de sus hermanos David e Israel. Los hermanos crecieron, así como sus necesidades, y cada quien tomó los derroteros que más convenían a sus intereses, permitiendo que Luis eligiera la senda del rock de denuncia, como solista, y desde entonces ha continuado en la brega, participando en los Festivales de Jazz y Blues, Culturales, Día Estatal del Rock Zacatecano, mítines, Ferias del Libro y donde lo inviten, algunas veces con un sax en el acople o con Mario Morones en el piano o con Tania Lozano en la batería y Carla Soriano en el bajo -para integrar el Ensamble Azul-, o solo, con su guitarra y una armónica, para ir formando parte de los parajes urbanos y aportar todo un acervo a la cultura del rock zacatecano. Ha tocado sus mejores piezas en eventos de la disidencia magisterial, un gremio que a casi cuarenta años de lucha por democratizar el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), ha dado marcha atrás a sus planteamientos por mejorar las condiciones de vida del magisterio nacional y la mayoría ha pasado a las filas del corporativismo y se ha olvidado de los principios fundamentales que dieron origen a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) a finales de la década de los setenta, ahora son flamantes funcionarios de gobierno o diputados o, de plano, comisionados a algún huesillo provisional con tal de no regresar a las aulas después de treinta años de no hacerlo, y promueven las reformas a la educación, como si con eso fuera a cambiar la situación de un pueblo luchador que ahora está en manos de una tiranía de la cual hemos sido partícipes muchos de nosotros con el solo hecho de haber votado por el partido en el poder, con tal de que no nos corran del trabajo. El día de hoy, a esos maestros se les ha olvidado que cuando fueron jóvenes, fieles seguidores de Trosky, Kant, Lennin, El Che Guevara o el mismísimo Lucio Cabañas, tomaban escuelas, Plaza de Armas, edificios oficiales como Palacio de Gobierno, Secretaría de Educación, o casetas vehiculares, y le mentaban la madre al gobernador; ahora se escandalizan porque sus alumnos les toman la escuela donde trabajan, para apoyar a los jóvenes normalistas de Ayotzinapa, que exigen al gobierno mentiroso de Peña Nieto que esclarezcan los asesinatos a los estudiantes, ahora los reprimen y les quitan sus carteles y sus banderas rojinegras. Qué pronto se olvidaron que así se estilaba hace algunos años en que defendíamos nuestros derechos. ¿Por qué, maestro, ahora reprimes a tus alumnos, cuando hacen una manifestación de las que tú hiciste mil?

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