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sábado, 20 abril, 2024
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El Día Mundial de la Alimentación, desde otra perspectiva

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

  • Futuro Sostenible

De acuerdo con el movimiento internacional acción contra el hambre, en un mundo donde la producción agrícola mundial podría ser suficiente para alimentar al doble de la población mundial, la cifra de personas que pasan hambre se ha incrementado en más de 1.000 millones durante los últimos 3 años, lo cual se atribuye al incremento de los precios de los alimentos en el mercado internacional. Existe una pirámide del hambre en cuya cúspide se encuentra la desnutrición aguda cuyos factores desencadenantes son la violencia y los desastres naturales, por otra parte, dentro de los factores estructurales encontramos a la pobreza, el desigual acceso al agua, la discriminación de la mujer, el cambio climático, los conflictos armados, las pandemias y las políticas comerciales.

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Otros datos también a tomar en consideración, son los expuestos por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) respecto al desperdicio de alimentos, pues se reconoce por este organismo que el mundo produce alimentos más que suficientes, por lo que recuperar tan sólo la mitad de lo que se pierde o desperdicia podría bastar para alimentar al planeta. En este sentido, la iniciativa savefood, dirigida por la FAO, colabora con organismos internacionales, el sector privado y la sociedad civil para permitir que los sistemas alimentarios reduzcan la pérdida y el desperdicio de alimentos, tanto en los países en desarrollo como en el mundo industrializado.

De acuerdo con la FAO, en la región de América Latina y el Caribe, las pérdidas y desperdicios de alimentos impactan la sostenibilidad de los sistemas alimentarios, reducen la disponibilidad local y mundial de comida, generan pérdidas de ingresos para los productores, aumentan los precios para los consumidores e impactan de manera negativa en su nutrición y salud, y afectan al medio ambiente debido a la utilización no sostenible de los recursos naturales. En este sentido, se tiene que el 6% de las pérdidas mundiales de alimentos se dan en América Latina y cada año, la región pierde o desperdicia por lo menos el 15% de sus alimentos disponibles; en cuanto al desperdicio de alimentos por segmento,el 28% en consumo, 28% en producción, 22% en manejo y almacenamiento, 17% en mercado y distribución, 6% durante el procesamiento. Según la FAO, actualmente, 47 millones de personas sufren hambre en los países de América Latina y el Caribe, esto es un 7,9% de su población, por lo que el cumplimiento de la primera meta del Objetivo de Desarrollo del Milenio referente a reducir a la mitad la proporción de personas que sufre hambre, entre los años 1990 y 2015, queda sujeta a que 3 millones depersonas superen la subalimentación antes del año 2015, es este contexto, es urgente que los países reduzcan los desperdicios y las pérdidas de alimentos como uno de los caminos para contribuir a superar esta meta y lograr erradicar el hambre de la región.

En México, el derecho humano a la alimentación se plasma en el artículo 4° párrafo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por cierto, el mismo precepto constitucional dispone textualmente: el estado lo garantizará, delimitando así, una responsabilidad ineludible para que en este bendito país todos tengamos el disfrute del alimento de manera nutritiva, suficiente y de calidad, sin embargo, según cifras del Ranking Nacional de Nutrición Infantil,en México hay todavía un millón y medio de niños menores de cinco años con desnutrición crónica, es decir el 13.6% del total de la población de esa edad, se reconoce que a nivel mundial,nuestro país ha retrocedido en el combate de la desnutrición, pues en seis años ese problema pasó de 12.4 a 13.6%, ubicándose en el lugar 18 en desnutrición crónica entre 101 naciones. El citado informe señala que en los estados de Chiapas, Guerrero y Oaxaca el nivel de desnutrición es mayor al promedio nacional con 31.4, 23.7 y 20.7 por ciento, respectivamente.

Los mayores retrocesos en desnutrición crónica los registran las siguientes entidades: Tamaulipas, Tlaxcala, Nuevo León, Chihuahua, Colima, Puebla, Baja California, Zacatecas, Nayarit, Distrito Federal y Aguascalientes. En este contexto, creo que el Día Mundial de la Alimentación 2014, enfocado a la agricultura familiar para la erradicación del hambre y la pobreza, debiera tener otra connotación más profunda con la finalidad de construir verdaderas estrategias que nos conduzcan a garantizar el cumplimiento irrestricto del derecho humano a la alimentación, íntimamente ligado al derecho humano al agua, de lo contrario, solamente jugamos con fechas, cifras y datos que son elaborados a espaldas de quiénes padecen o han padecido los estragos del hambre. ■

 

*Representante de Zacatecas ante el

Consejo Consultivo Nacional de Medio Ambiente de la Semarnat

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