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sábado, 20 abril, 2024
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Nuevas estrategias para el 2 de Octubre

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

  • Futuro Sostenible

Han pasado ya 46 años de la barbarie cometida contra México en aquel 2 de octubre de 1968, fecha fatídica para la nación pues todavía, existen temas pendientes que se balancean entre la luz y la oscuridad de dicho pasaje histórico y que amenazan con nunca esclarecerse. Hoy, lo menos que podemos hacer, es evitar que tales hechos vuelvan a suceder, por lo cual, el diseño de nuevas estrategias de interacción con las autoridades es impostergable, pues queda claro que la fuerza represiva del Estado, está agazapada y puede resurgir en cualquier momento. A todos nos debe quedar claro que un Estado débil facilita de la entrada al resquebrajamiento del Estado de Derecho desde distintos puntales que debemos analizar estratégicamente:

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1. Existen desde siempre, intereses divergentes a los del estado o grupos en el poder y, por lo tanto, persiste la necesidad de manipular, orientar y encausar determinados movimientos como el de los estudiantes y las universidades hacia distintos fines cuyas banderas y caretas pueden ser múltiples, complejas y hasta contradictorias.

2. Lo estudiantes debemos saber que somos una alternativa idónea para engalanar campañas políticas, lonas de candidatos, cambios de regímenes, revoluciones, movimientos y otras encomiendas de poder, que serán precedidas de agudos argumentos filosóficos, religiosos y jurídicos para dar el soporte genuino a las aspiraciones intergeneracionales de vivir mejor, con justicia y equilibrio social.

3. Las y los jóvenes debemos madurar precozmente y adelantarnos a las intenciones políticas de los mentores, guías, candidatos o gurús, que muchas veces son camaleónicamente ataviados con piel de oveja siendo unos voraces lobos de cuenta que se aprovechan de la inexperiencia, de la energía, la buena fe y el entusiasmo juvenil.

4. Los estudiantes del siglo 21 deben ser muy ingeniosos para saber signar compromisos estructurales que beneficien al colectivo juvenil y no solamente a los cabecillas y parlanchines de los movimientos, ya que estos últimos, son precisamente los que trascienden a las masas y a las bases.

5. Aprendamos del pasado, estudiemos y analicemos nuestras propias motivaciones filosóficas, no olvidemos realmente los acontecimientos que han marcado nuestro presente, vayamos al origen de las cosas y no pretendamos que con la película de Rojo amanecer, entendamos y valoremos el crudo evento del movimiento estudiantil del 68, vayamos más allá de todo, esmerémonos en el conocimiento y repliquemos teorías viejas, pero sobre todo, creemos nuevas que orienten el rumbo de los jóvenes.

6. Demos paso a una nueva generación de individuos penantes, informados, coherentes, y revolucionarios ya no de consignas y bloqueo de calles, por el contrario, de jóvenes que construyen las nuevas avenidas a la biocracia, que se encaminan con una nueva estrategia hacia la transformación del poder desde dentro, con un nuevo sentido humanitario, con un nuevo arcoíris de colores, pues el rojo, el azul y el amarillo se han difuminado, pues ahora, no se sabe que contraste y mística tienen.

7. Edifiquemos una nueva nación mexicana sobre la base de la honestidad, el esfuerzo, el trabajo eficiente, la incidencia ciudadana, el conocimiento, la paz y la justicia, no seamos comparsa de las viejas generaciones, aquellas que han dilapidado nuestro país, ésas que han regalado la riqueza de nuestro país, recuperemos el orgullo nacionalista e identifiquemos a los verdaderos héroes, aprendamos de ellos superando sus errores.

8. Como jóvenes debemos abrirnos al amor, a la esperanza y a trabajar por la prosperidad social; los enemigos a vencer son la pobreza, el analfabetismo, la desigualdad, la desarticulación social, la discriminación, la indiferencia y la corrupción.

9. Debemos convencernos de que existe un mundo mejor, pero no en abstracto, hay que construirlo; si queremos un México de primer mundo, debemos cimentarlo sobre la base del trabajo conjunto, desde la perspectiva de la inclusión, unidos y luchando ideológicamente por hacer más grande a cada entidad, a cada pueblo y a cada comunidad, invitando al desarrollo a nuestros hermanos indígenas, aprendiendo de ellos, por ejemplo, a sanar la naturaleza, sólo así, los caídos del 68 tendrán nuevas voces, contarán con otras manos para construir, tendrán otros cerebros que reflexionen en la inmensidad de nuestra riqueza, contarán con otros sueños que se hagan realidad; sólo de esta manera y desde donde se encuentren en espera de la justicia, desde esa oscura fosa común, desde las cenizas, desde la tierra donde fueron clandestinamente enterrados, habrán de sentirse libres, vivos, vigentes y revolucionarios. Ojalá.

 

*Coordinador de la Comisión Nacional de Legislación Ambiental de la Semarnat

[email protected]

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