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viernes, 19 abril, 2024
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Jóvenes politécnicos: el derecho a la participación y a pensar

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS VARGAS • Araceli Rodarte • Admin •

¡Eureka!, expresó Arquímedes cuando encontró la solución a uno de sus enigmas. Y es justo lo que sale de nuestra boca cuando vemos a los jóvenes politécnicos organizar una protesta, porque está llena de contenido y articula las fórmulas esenciales para la solución de los problemas de esta adolorida patria: acción organizada de los jóvenes con demandas que son la llave a los problemas nacionales (pensar y participar). Hace unos días, vimos a los politécnicos en una marcha enorme pidiendo se eliminaran las modificaciones al reglamento interno y las alteraciones a los planes de estudio. Las razones por las cuales hacen eso es lo interesante: el reglamento fue modificado en total hermetismo y fue impuesto; y las modificaciones a los planes de estudio deterioran la calidad de la educación de esta institución, porque disminuye el peso de las ciencias junto a las humanidades, y aumenta las llamadas materias operativas. En suma, protestan porque se les quita el derecho a participar en la construcción de los reglamentos y por el derecho a pensar a través del cultivo de la matemática, la química y la sociología. Así lo manifiestan en una de sus mantas de la marcha: “lucho por una educación que nos enseñe a pensar y no a obedecer”.

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De fondo hay una profunda crítica al nuevo sistema laboral que construye el neoliberalismo mexicano, centrado en la necesidad de operarios baratos para la inversión extranjera directa. Si se junta participación organizada de los jóvenes y se le suma la ilustración del ejercicio del pensamiento, huele a la fórmula que justamente necesita este país para salir del actual pantano en el que se encuentra desde hace tres décadas. La clase política corrompida (de todos los partidos), sindicatos cadavéricos y movimientos sociales atados a intereses facciosos. La frescura de los jóvenes que exigen participación y lanzan a las calles sus deseos de pensar, es una fórmula que suministra esperanza al ánimo social lleno de temores, incertidumbre y desilusión. Frente a la represión de los gobiernos, la prepotencia de las autoridades educativas y la embestida contra el patrimonio nacional, la organización de los jóvenes es aire fresco y un arcoíris en el horizonte. Y ahora los politécnicos zacatecanos se unen a la lucha nacional. Esperamos que también los jóvenes universitarios (estudiantes y profesores) se sacudan la modorra y se organicen para sacar del pantano a su institución superando la versión local de los mismos signos de las autoridades del Politécnico: hermetismo, opacidad, entreguismo y torpeza. Es posible que ocurra porque estos movimientos se levantan de la nada. Los movimientos juveniles son una Creatio ex nihilo, una creación desde la nada; donde parece que hay sólo sombras y tierra baldía, aparece de pronto un movimiento e infunde esperanza, y de esto último están hechas las luchas que fabrican cambios. Por eso, aplaudimos a los jóvenes politécnicos esperando contagien a los universitarios y ayuden a cambiar este maltrecho país.

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