■ La maestra Rocío Becerril llega a la entidad para ofrecer un diplomado en bailes contemporáneos
■ En su trabajo más reciente, La libreta verde, busca hacer justicia para el caso de la escritora Nellie Campobello
Rocío Becerril, coreógrafa y maestra de videodanza y cinedanza, se encuentra en Zacatecas impartiendo desde el pasado lunes 22 de septiembre el cuarto Módulo del Diplomado en Coreografías Contemporáneas que ofrece actualmente el Instituto Zacatecano de Cultura a alrededor de 20 coreógrafos y bailarines locales.
Los orígenes de la danza en el cine, dice, se remonta al nacimiento del propio séptimo arte, no solamente para registrar los eventos dancísticos sino para crear obras que tuvieran otro tipo de narrativas y funcionaran para la pantalla, sin embargo, en los últimos años se ha tenido una mayor difusión y producción de este tipo de ensambles por las facilidades que hacia ello ha tendido el desarrollo de la televisión y el video haciéndolas más accesibles para los creadores.
De este arte “híbrido” como le llama se reúnen dos lenguajes: el de la cámara y el cuerpo en movimiento, han surgido importantes experimentos que en México tuvieran su iniciadora en Pola Weiss, videoasta quien muriera en 1990 y de donde Rocío Becerril recupera sus primeros referentes.
Para TeVeUNAM (TVU) Becerril creó las primeras videodanzas que se transmitieron al aire, apoyada por entre otros, coreógrafos como Raúl Parrao y Cecilia Appleton.
Esto iniciaría un proceso de producción y enseñanza que la llevaría a Quebec, Canadá, a especializarse para luego fundar en La Casa del Lago y el Centro Nacional de las Artes los primeros talleres de videodanza, mismos que coordinó para hacer egresar cuatro generaciones de coreógrafos productores de este arte.
Para que el concepto funcione, añade, se requiere que el coreógrafo tenga sensibilidad, organización y atención desde el origen acerca “del espacio que ofrece la pantalla. Y la cámara tenga una captación que cuide lo fuerte y expresivo de la danza y camine junto con ella”.
Lo importante, agrega, es la disposición de abrirse a los dos lenguajes para crear un espacio y tiempo distinto y lograr que estos se enriquezcan mutuamente.
El más reciente trabajo de Rocío Becerril, producido este 2014 con apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, es La libreta verde de Nellie. Una serie de cuatro cortometrajes que aluden a la vida y obra de la escritora y bailarina Nellie Campobello.
“Es un híbrido. También atiende lo documental, la ficción y el género en sí mismo de videodanza, mezclados”, mediante los cuales también inserta imágenes inspiradas en Cartucho, libro de la autoría de Campobello.
Este producto donde Rocío Becerril fungió como coreógrafa, guionista y directora, se encuentra actualmente en fase de promoción y venta y quiere se inserte en circuitos culturales: videoclubes, canales y universidades públicas y privadas.
En Chihuahua, Durango y Zacatecas, encuentra el contexto propicio para su proyección por el vínculo que estas entidades tienen con la historia de la Revolución Mexicana y que Nellie Campobello recupera en su obra, dijo.
Como otro objetivo fundamental de La libreta verde de Nelli, en la que participan la actriz y directora Mercedes de la Cruz; el primer actor Salvador Sánchez; la compañía R+R Arte y Movimiento, que la propia Rocío Becerril dirige; bailarines invitados y Naomi Cinto (Nelli niña), actriz de la Compañía de Teatro Infantil y Juvenil de Morelos, se encuentra la búsqueda de justicia para el caso de la desaparición forzada que sufrió Campobello, ampliamente documentado en medios como la revista Proceso y que sigue impune.
“Nos parece importante que estos cortometrajes se difundan para que la gente joven conozca los aspectos de la Revolución desde la literatura de Nelli Campobello, pero también que sirva para rendir homenaje a una tremenda artista de Durango y Chihuahua. Que sirva para esclarecer su caso y en el futuro a ningún artista del país le suceda lo que a ella le sucedió”.
