La emergencia financiera en la Universidad está llegando a sus primeros límites: faltan 437 millones para cumplir con los compromisos contractuales de 2014; faltan recursos para cubrir primas de antigüedad, aguinaldos y, tal vez, una parte de los conceptos básicos de la nómina. Y el tiempo está encima: el Ejecutivo federal ya entregó el paquete económico a la Cámara de Diputados para su discusión y aprobación. Por tanto, apenas se tiene tiempo para entregar propuestas justificadas para que a la UAZ se le asignen mayores recursos y pueda saldar las deudas y compromisos con los sindicalizados. El Rector respondió al Consejo Universitario que estaba gestionando, pero se desprende que por “gestionar” lo que está entendiendo es “solicitar” mayores recursos. Una idea muy pobre de la idea de gestión.
Sin embargo, se observan ligeros avances: para empezar, los grupos de presión lograron que se reuniera por fin la máxima autoridad colegiada de decisión en la institución, el Consejo Universitario; y también avanzó la propuesta de transparentar y difundir toda la información requerida a través de una Comisión Especial de Información avalada desde el propio Consejo, para que los universitarios discutan con fundamento propuestas para solucionar la crisis. También es relevante destacar que las peticiones centrales de avance fueron hechas por el consenso de las fuerzas políticas universitarias, que han adquirido consciencia de la necesidad de llegar a acuerdos y generar la unidad para encontrar una salida al problema estructural. Además, está la presión que los sindicatos están obligados a ejercer por los incumplimientos que se irán acumulando; ya el miércoles próximo habrá un paro de labores por parte del sindicato de docentes, y las protestas se incrementarán.
Las próximas dos semanas son clave para consensuar una propuesta unitaria y, además, veremos incrementarse la discusión en las bases de todos los sectores de la institución, aunque es posible que no les alcance el tiempo para hacer algo que tenga efectos en el corto plazo. La transparencia y la dinámica de acuerdos internos generan la expectativa de fortaleza, sólo resta observar que se incremente la participación de los universitarios y logren la coordinación de la UAZ con otras instituciones educativas con problemática similar y articulen demandas ante Gobierno Federal, que parece no tener a la educación superior en la lista de sus prioridades. La élite del poder no sólo ha llevado a cabo una serie de reformas contra la voluntad de los mexicanos, sino que de igual manera propone unos criterios de política económica que no favorecen a la educación superior en el presupuesto; pero para hacer que se cambien los criterios y se favorezca a la educación superior se requiere una fuerza social considerable, y no se ve que los universitarios tengan en su agenda un movimiento más allá de sus problemas domésticos. Si no se amplía la mirada por parte de los sujetos afectados, no habrá cambios en favor de la educación en este estado. Así, nos preguntamos, ¿los universitarios mostrarán en las próximas semanas altura de miras?
