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viernes, 19 abril, 2024
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Una ilusión, que el Estado algún día “baile el son que toca la gente”: Gustavo Esteva

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Por: ALMA RÍOS •

■ En el México y el mundo actual no hay lugar para el optimismo, asegura el sociólogo

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En el México y el mundo actual, dijo Gustavo Esteva, no hay lugar para el optimismo, pero sí para la esperanza, de la que incluso dice, su recuperación tiene calidad de “prioridad absoluta” pues de ello depende la misma sobrevivencia de la especie humana.

El fundador de la Universidad de la Tierra, sociólogo y economista, dijo, el país se encuentra en un estado “absolutamente trágico” que hace difícil imaginar algo peor, sin embargo, agregó, “seguimos cayendo en un abismo insondable”.

El cambio social para dar solución a la violencia, pobreza y desigualdad existentes, expuso, no podrá encontrarse mirando “hacia arriba”, esperando algo del Estado  y su clase política, sus programas, sus instituciones, o de que un día llegue al poder un Lula, una Dilma o  una Cristina Kirchner.

Esteva es contundente: es una ilusión que el Estado algún día “baile el son que toca la gente”.  Su estructura, precisa, está hecha para dominar y controlar, no para servir.

“Yo creo que ya es tiempo, ya tuvimos suficientes experiencias en el siglo 20 que nos dijeron con claridad que es una ilusión el que el Estado será fascista si lo toman los fascistas, demócrata si lo toman los demócratas y revolucionario si lo toman los revolucionarios”.

Ante esto, que pareciera no tener salida, advierte el escritor, siempre y cuando se siga mirando de la manera tradicional, él propone otra visión, una que encuentra soluciones en la articulación activa de hombres y mujeres ordinarios que organizados en redes en las que no se reproducen los esquemas de explotación y dominación, han decidido “tomar la vida en sus manos”.

Esto que pareciera ajeno y lejano dice, ya lo realizan millones de personas en el mundo, cuyas organizaciones no se inscriben en la denominada sociedad civil institucionalizada y membretada, que actualmente se encuentra en fragmentación, e incluso, “han encontrado que la mejor manera de que no los repriman, coopten o supriman de mil maneras: es no tener nombre…una figura que desde afuera pueda ser identificada”.

Lo anterior fue expresado para dar salidas al planteamiento Cambio en la tierra baldía, con que tituló Marco Torres Inguanzo la más reciente emisión de Synergia, el programa de La Jornada Zacatecas TV, que en esta ocasión planteó el momento mexicano en un contexto de desesperación sin salida, aun cuando en esta temporada de informes quienes gobiernan “anuncian muchos y múltiples cambios en el país”.


Al planteamiento hecho por Torres Inguanzo de que la acción gubernamental actual es anodina y sin efectos, Esteva contestó que desafortunadamente esos gobiernos que resultan irrelevantes “para las cosas que nos importan”, sí tienen efectos con su comportamiento y son más bien elemento activo de la devastación en términos de la violencia.

Actualmente precisó, aun cuando se confiere al Estado-Nación el monopolio de lo que se denomina “violencia legítima” en la presunción de que es el gobierno quien protege a la sociedad, el mismo ya no tiene legitimidad alguna ni el monopolio de la violencia ni “nos están protegiendo, estamos cabalmente desprotegidos”.

De esta manera el gobierno no cumple ya con ninguna de las funciones por las cuales se le atribuyeron facultades y poderes. E incluso ha estado destruyendo el estado de Derecho, pues “estamos sin rumbo”.

Para redondear la lectura de lo que hoy ofrece el Estado mexicano, agregó, el que el 37 por ciento de los mexicanos residen en el extranjero, lo que se constituye en la migración más grande del mundo y es también en este contexto, el país inmerso en el “conflicto violento más mortal”, tal como lo situó el diario francés Le Monde.

Agregó  “no es posible en la actualidad distinguir la línea que separa el mundo del crimen y el de las instituciones”.

Por ello, y en oposición al planteamiento del pensador y filósofo Toni Negri, que señala al Estado como una entidad “ocupada” por los poderes fácticos que han ido apropiándose de lo comunal y lo social, de tal manera que hoy en el Congreso de la Unión, dijo Torres Inguanzo, se representan empresas y no territorios con las “telebancadas” o “bimbobancadas”, Esteva expuso, esta discusión como “atrasada”.

Dijo hace 40 años se hablaba de la “autonomía relativa del Estado” y se pensaba que aún cuando consistía en un aparato al servicio del capital, había un espacio para “obligarlo con nuestra movilización, nuestra acción, nuestros votos…con lo que sea” para hacer que el estado de alguna manera tocara el son que toca la gente…yo creo que fue una ilusión la que tuvimos hace cuarenta años y la que hoy seguimos teniendo”.

Ahondó “el diseño del Estado Nación implica crear una estructura de aparatos gubernamentales que está básicamente al servicio de la administración del capitalismo y no ha tenido nunca ninguna otra función. En ciertas condiciones de lucha social, de inestabilidad, esos aparatos estatales, esos gobiernos, realizan ciertas actitudes que pueden llamarse populistas o no, e implican ciertos beneficio para la gente y esto genera la ilusión de que podemos conquistar el Estado para beneficio de la gente”.

En esta misma lógica cuestionó los logros que han obtenido los gobiernos izquierdistas sudamericanos, expuestos por el conductor de Synergia y que reflejarían una cierta autonomía estatal.

En Argentina dijo Marco Torres, la política fiscal de Cristina Kichnner, “llega al 30 por ciento del equivalente de su PIB”, lo que le ha permitido invertir en educación y salud y asimismo impactar en el decremento de la pobreza en los recientes ocho años, logrando además crecer económicamente. Y casos similares en diferente medida se dan en Brasil y Bolivia, por lo que propuso esta como una posible fuente de esperanza, de los que denominó gobiernos post neoliberales.

Gustavo Esteva opinó en principio que aun Colombia y México pueden situarse como gobiernos post neoliberales pues las obsesiones que dieron origen al modelo “ya se agotaron”. E incluso el Banco Mundial “uno de sus principales campeones” empieza a abogar contra “esa locura” en reconocimiento de que “el capital liberado a sus propias fuerzas es capaz de destruir las gallinas de los huevos de oro”.

En este sentido el capitalismo está restableciendo las funciones al Estado para que “no sólo cree los mercados sino los administre para proteger al capital de sus propios excesos”.

Sobre los gobiernos de Venezuela, Ecuador, Argentina y Bolivia, dijo “a pesar de que representan sin duda alguna ciertas ventajas sobre otros esquemas mas dictatoriales o salvajes como el caso de México (…) lo peligroso de esos casos es que generan la ilusión: ¡ah es que podemos…nada más elegimos a otro, ponemos a otro ahí y las cosas cambian!…”

Pero aseveró no existe en realidad un cambio sustantivo, y más bien lo que se hacen son sustituciones: “ya se recuperó al Estado, ya expropiaron a los españoles y recuperaron el petróleo para Argentina, pero cambiaron nada más actor… ahora van a ser chinos”.

En este sentido comentó los “grandes dirigentes de izquierda se lían con el gran capital trasnacional” y luego de los desastres causados por los capitalistas salvajes, ahora resulta “que son los izquierdistas los que se dedican a salvar la operación del capital” en el que dijo es un momento especialmente peligroso del mismo por los efectos de su devastación y el despojo, que continúan permitiendo en sus territorios.

Puede observarse la contradicción cualitativa entre esta izquierda gobernante y los grupos que auténticamente están resistiendo al capital, “los casos de los gobiernos progresistas de América Latina son aún mejores que los casos de México y Colombia  para mostrar el aparato del Estado como lo vio con toda claridad Marx” dijo.

El teórico alemán, dijo observó durante la guerra civil en Francia la necesidad de desmantelar al Estado, pues este instrumento no era factible de utilizarse para hacer la revolución.

Gustavo Esteva dijo “tenemos que estar muy  conscientes que no hay ningún lugar para el optimismo y que es un estado de ánimo. Todos los caminos que tenemos enfrente son muy difíciles, va a haber mucha violencia, va a seguir la devastación, pero la fuente de mucha esperanza que tenemos, que es inspiración cotidiana para nosotros es la esperanza en la gente misma, los hombres y mujeres ordinarios”.

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