Asistí a la 6ta. Jornada Nacional por la Innovación y Competitividad en la Expo Guadalajara, desarrollada en esa ciudad de Jalisco, por cierto, es la primera ocasión que se agrega el término de competitividad a la Innovación.
Y es precisamente el elemento que quiero destacar, a la Innovación, la Ciencia y la Tecnología como elementos que deben buscar impactar al sector productivo del país, con el único propósito de generar empresas competitivas y una economía competitiva.
Y es precisamente en el marco de esta semana en donde el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) entrega su último informe. Un informe e indicador que demuestra lo que hemos venido diciendo: México sigue siendo un país rezagado en esta materia y para colmo, este 2014 perdió seis lugares con respecto al año anterior.
Lamentablemente, la política pública no fomenta la Innovación; las instituciones encargadas de este tema en México están más preocupadas por generar estudios, divulgación de la ciencia y por generar indicadores que por contribuir a generar un mejor ecosistema, por vincular de manera efectiva la ciencia con la industria y por fomentar la participación de los investigadores en la generación de riqueza para las empresas mexicanas.
Este índice evalúa la situación de competitividad de 144 economías a partir de 114 variables agrupadas en 12 pilares. Esta encuesta se realiza a más de 14 mil empresarios y es complementada con datos duros del Banco Mundial, Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional. Suiza es el país número uno, mientras que México pasó del lugar 55, que ocupaba en 2013, al lugar 61 en este 2014.
La corrupción, nuestras deficiencias en materia educativa, la competencia de mercado, la administración urbana de largo plazo, entre otros factores, son los determinantes para que año con año sigamos cayendo posiciones.
México busca avanzar con las reformas estructurales, sin embargo aún falta mucho por hacer como sociedad. A los mexicanos no nos gusta cumplir con la ley, no nos gusta respetar reglas y estamos acostumbrados a “arreglar” las cosas con dinero, influencias o amigos.
La sociedad debe entender que debe cambiar, debemos educar a las y niñas y a los niños para no tirar basura en la calle, para respetar a las personas adultas y a las leyes de Tránsito, ayudar a las personas que lo necesitan, a trabajar por la construcción de un mejor país, a fomentar la creación de empleos mejor remunerados, a eliminar la corrupción, a no desperdiciar el agua, a trabajar y ser productivos y dejar de trabajar por cumplir.
La competividad de países como Estados Unidos se basa en instituciones de educación fuertes, donde los Premios Nobel dan clases como cualquier otro profesor universitario, donde el investigador se preocupa por generar patentes o vinculación con el sector productivo, donde las instituciones tienen y comparten su desarrollo con el mundo entero.
El conocimiento es universal, los estudiantes buscan romper paradigmas y diferenciarse de los demás estudiantes. Las universidades ofrecen acciones para la sociedad, en la Jornada por la Innovación nos mostró cómo el Tecnológico de Massachusets (MIT) vincula a los niños de secundaria y preparatoria con experimentos en la NASA y con proyectos reales donde los jóvenes pueden programas robots en el espacio.
Proyectos que buscan impactar a los grupos más vulnerables y a los jóvenes de temprana edad con la finalidad de orientar sus vocaciones, pero sobre todo, con la finalidad de fomentar su espíritu y mejorar su confianza en si mismos.
En Zacatecas destruimos un programa de Robótica que era el único en su tipo implementado en escuelas públicas primarias. Hasta el momento hemos dejado sin clases de robótica a poco más de 10 mil niñas y niños zacatecanos.
Es tiempo de recomponer, es tiempo de construir y es tiempo de colaborar para generar un mejor país y un mejor estado.
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