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jueves, 28 marzo, 2024
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Televisión pública en Zacatecas: las encrucijadas

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS VARGAS • Araceli Rodarte • Admin •

La televisión pública en el país está (paradójicamente) privatizada;  es decir, para verla se requiere pagar cable.  Es un sistema de televisión con una historia accidentada. En 1983 se creó Imevisión con tres canales: 7, 13 y 22, pero en 1993 se aniquiló dicha empresa al vender los canales 7 y 13 a la iniciativa privada. Sólo se salvó el canal 22, pero quedó restringido. Desde los años 80, algunos estados accedieron a la televisión local abierta, muchos de los cuales tienen una programación marcadamente oficialista. En la actualidad hay 22 permisos de este tipo, e incluyen los del IPN (canal 11), la UNAM,  el Canal del Congreso  y el canal Judicial. Y los estados que cuentan con canal estatal abierto están Yucatán, Chiapas, Morelos, Guerrero, Puebla, Oaxaca y Michoacán.

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La experiencia de estas emisoras es de poco gusto del público, dependen de los gobiernos locales directamente,  lo que provoca la carencia de autonomía que termina impactando  las líneas editoriales de los noticieros y programas de formación de opinión. Algunas tienen operación mixta entre público y privado, que reciben subsidio y también comercializan tiempo, pero eso no les da mayor calidad.

En este panorama hay experiencias que se pueden rescatar, como el caso de los contenidos del canal 22 y el 11, que se erigen como la televisión cultural de mayor audiencia; modelos que ayudan a pensar en que es posible una televisión pública que no tiene que imitar la transmisión de basura tipo Televisa o TV Azteca para hacerse de una audiencia fiel y numerosa. Pero también, la experiencia de las televisiones locales es de un oficialismo que marea: como naturalmente dependen del subsidio del gobierno en turno, este rasgo afecta directamente en el diseño de su programación y en las líneas editoriales.

Lo deseable es que se pudiera fundar una televisión estatal pero de carácter público, lo cual significa que es financiada por el Estado, pero con autonomía de gestión en sus contenidos y enfoques. Sin embargo, viendo la embestida contra la autonomía del Instituto Nacional de Telecomunicaciones en la reglamentación secundaria  y el regreso del centralismo político, es poco probable que el gobierno esté pensando en un modelo de este tipo. Más bien, lo que parece asomarse al escenario, es una televisión con algún contenido cultural y educativo, pero con férreo control en la orientación editorial en las barras de opinión. Apenas es un anuncio, falta saber muchos detalles del proyecto televisivo local, deberemos estar atentos para observar qué tipo de televisión se perfila para el estado de Zacatecas. Por lo pronto, las instituciones culturales y educativas de la entidad deberán estar despiertas para hacer propuestas y lograr un perfil que genere equilibrios y pluralidad en la programación; y hacer contrapesos al oficialismo que se deja ver en las tendencias no sólo en Zacatecas, sino en el país.

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