El 24 de enero del 2011 se celebró el evento de presentación del Plan Estatal de Desarrollo (PED) 2011- 2016, teniendo como invitado especial a Magdy Martínez Soliman, representante en México del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), presencia que dio una significación especial a la decisión de imprimir en el PED la orientación del desarrollo humano elaborada por ese programa de la ONU.
Para el PNUD, el desarrollo de un país o región no puede ser entendido desde la perspectiva única del crecimiento económico. El propósito final del desarrollo se encuentra en cada uno de sus habitantes y en las posibilidades que ellos tienen para elegir una vida en la que puedan realizar a plenitud su potencial como seres humanos.
En ese paradigma la reducción de la pobreza y la expansión del desarrollo de las personas son elementos clave para avanzar en las tareas de lograr mayor libertad para los individuos del mundo. El desarrollo humano de las personas es visto como la condición para que éstas amplíen sus posibilidades de elegir entre distintos tipos de vida. La libertad de los individuos, y por lo tanto sus posibilidades de elegir, requieren del desarrollo de un conjunto de capacidades que permitan el ejercicio de esa libertad, y que incluyen principalmente la salud, la educación y las oportunidades de ingreso.
Otros temas ligados al desarrollo humano y en los que el PNUD presta atención son: la libertad política, económica y social; las oportunidades para tener una vida creativa y productiva, y disfrutar del respeto por sí mismo y de la garantía de los derechos humanos; la participación, la sustentabilidad del medio ambiente, la equidad de género, entre otros.
El PNUD mide los logros en el desarrollo humano mediante el Índice de Desarrollo Humano (IDH) que se construye tomando en cuenta tres elementos: a. Una vida longeva y sana, medida por las esperanzas de vida al nacer; b. El conocimiento, medido por la tasa de analfabetismo adulto y la tasa de matrícula total combinada de primaria, secundaria y superior; c. Un nivel económico de vida decente, medido por el Producto Interno Bruto per cápita. Desde hace pocos años ha introducido mediciones de la desigualdad y medioambientales para ponderar aún más el IDH.
La mala noticia para los zacatecanos es que desde el anterior informe ha desaparecido cualquier mención al compromiso de orientar la actividad gubernamental dentro del paradigma del desarrollo humano, y de elaborar y publicar el sistema de indicadores para medir los avances en todos los programas gubernamentales.
El abandono sin explicación alguna de la orientación referida, ha conducido a que la información que contiene el cuarto informe que hoy se presenta no se pueda evaluar objetivamente por la carencia de los indicadores que exige el paradigma del desarrollo humano. La inexistencia de un proyecto claro y metas precisas convierte a un gran número de cifras absolutas en una gran cortina de humo que impide saber si avanzamos o retrocedemos.
