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martes, 23 abril, 2024
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¿Es usted dueño de su presente?

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Por: CITLALY AGUILAR SÁNCHEZ •

  • Inercia

Una de las cualidades del presente gobierno es su capacidad para dar formación a las masas en la ideología de la apatía. Muestra de ello es que, ya ni siquiera es de interés público escuchar el mensaje del Presidente de la República en su informe de labores. El pueblo mexicano sabe que no hay nada ahí para su provecho, de lo cual el sistema y sus dominadores sacan beneficio.

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Según Pierre Bordieu en su ensayo La esencia del neoliberalismo “el programa neoliberal extrae su fuerza social de la fuerza político-económica de  aquellos individuos cuyos intereses representa […] También están los altos funcionarios del sector financiero, empeñados en una política que conduce a su propia tumba, pero, a diferencia de los cuadros empresariales, ellos no corren ningún riesgo de tener que pagar eventualmente las consecuencias” tal cual lo podemos observar en nuestro país a través de gobernantes y representantes ideológicos.

Así, la política del país es unilateral; aquellos en las cúpulas del poder son los únicos que saben lo que acontece y dada esa postura, ejercen acciones y reformas sobre el pueblo o mejor dicho contra el pueblo sin que a éste le interese enterarse.

 

Utopía neoliberal

Si viviéramos en un estado natural, donde ni las empresas ni los escalafones económicos tuvieran peso alguno sobre nuestra concepción del mundo y de las personas, probablemente tendríamos que valernos del instinto para la sobrevivencia, por lo que, es casi seguro que las preocupaciones diarias girarían en torno a las necesidades del presente, es decir a lo inmediato, como la alimentación y el ahorro de energía.

Según la teoría de la evolución darwiniana, el humano tiende a competir por su supervivencia, por lo cual desarrolla una serie de procesos tanto físicos como psíquicos para superar a otras especies; esto lo convierte en el dominante y por ende en intelectual.

Sin embargo, en el mundo moderno, el sentido de competitividad se direcciona a aspectos que no tienen nada que ver con el presente inmediato o la necesidad específica natural de los hombres; sino que, por el contrario, es un estado de constante artificialidad, donde el poder adquisitivo impera por encima del bienestar personal.

Se trata de lo que Bordieu llama “utopía neoliberal”, es decir, un lugar inexistente donde se promete un estado idílico y que sin embargo, conlleva la pérdida de humanidad en sus efectos colaterales que se pueden resumir en la falta de unión entre masas, la inseguridad social y la violencia económica.

 

Efecto retrógrado

En La Miseria del mundo, Bourdieu reunió testimonios tanto de hombres como de mujeres, no solo en sectores marginales, que tenían profundas dificultades sociales en sus vidas en Francia, a principios de los 90 causadas en su mayoría por sus exhaustivos trabajos. Estos testimonios fueron recabados por una encuesta dirigida por el mismo autor así como por un equipo de más de quince sociólogos prestigiosos, entre los que destacan Parick Chamapgne y Loïc D. Wacquant. La investigación abarcó tres años en los que además de entrevistas, se hicieron análisis teóricos y metodológicos.

A través de este estudio es posible entender la miseria de una familia de inmigrantes argelinos así como a los vecinos de una comuna operaria en los suburbios de París, una maestra de literatura, una mujer policía, un magistrado, un obrero comunista, entre muchos otros a quienes, en otras palabras, se les preguntó si tuvieran la oportunidad de vivir holgadamente sin tener que trabajar ¿a qué dedicarían su tiempo o su dinero? Tristemente la enorme mayoría respondía con actividades o productos que se relacionan directamente con el trabajo que realizan o en el que quieren ejercer, lo que demostró cuán profundo es el efecto del sistema, ya que no se concibe la vida sin él.

En la década de los 90, el libro de Bordieu causó polémica por criticar la idea de que en el neoliberalismo el que no es triunfador, no lo es porque no quiere. Según los resultados de la investigación el neoliberalismo permea incluso en la idea de triunfo de las personas, al grado de dañar severamente su modus vivendus no sólo en Francia sino en todo el mundo.

Esto, entre otras muchas cosas, explica a grandes rasgos que la indiferencia de la sociedad mexicana no es debida a que la gente sea ignorante o apática per se, sino que se deriva del proceso neoliberalista en el que se encuentra, implementado y llevado a la práctica por los dirigentes políticos.

El comportamiento de nosotros como personas, no se debe a un sistema darwiniano, porque no estamos evolucionando, por el contrario, vamos encaminados a gran velocidad a un estado obsoleto en el que el presente es tan vacuo como el utópico futuro. Nuestro presente no nos pertenece, ni el futuro; sólo el pasado, de ahí que seamos retrógradas.

Si no escuchamos a nuestro presidente constitucional y peor aún, si no somos tomados en cuenta en decisiones nacionales se debe en gran parte a que así está diseñado nuestro tiempo; no existimos, somos figuras ominosas que creen tener voluntad, pero hasta eso es una ficción que nos hemos encargado de mantener. ■

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