Cuando una corporación autónoma está en problemas de conducción, con una crisis institucional que le impide caminar y gestionar su propio futuro, debe ir a la fuente misma de su pacto institucional: al tejido mismo de los miembros de la Universidad. Además, ante la actitud de un Estado que continúa asignando 0.4 por ciento de su equivalente al PIB a ciencia y tecnología (mientras Corea destina 3.2 por ciento), revelando con ello el poco interés que tiene en la educación superior y sus preciados frutos: la formación de capital humano, la investigación que soluciona problemas y la extensión que vincula la educación con la sociedad.
Es urgente hacer entender al gobierno que impulsar la educación superior, articulada con las áreas del impulso agropecuario, industrial, y al cultivo de las artes, es el camino del desarrollo humano. La Unesco declara que un país con menos de 50 por ciento de cobertura en educación superior no tiene posibilidades de competir en el mundo globalizado. Y México está en 27 por ciento. Esto es, como la Universidad Autónoma de Zacatecas ha sufrido permanentemente el desinterés del Estado en apoyarla, requiere tener consistencia interna para enfrentar con éxito el actual trance financiero. Además, las élites políticas y universitarias se aproximan con las ambiciones de usar la institución para sus fines ignorando los intereses genuinos de la institución.
Por todo ello, distintas voces impulsan un Congreso Universitario: para solucionar la crisis de conducción institucional, para enfrentar con unidad la resistencia del Estado a cumplir con su obligación, y para evitar que sus élites hagan de la crisis botín político. La medicina es la participación organizada e ilustrada. Un congreso obliga a transparentar la vida financiera de la Universidad, exige abrir el debate y ventilar las propuestas que afectarán a todos, y permite interrogarse con autenticidad los aspectos esenciales de su vida para reconstruir su pacto institucional: ¿qué modelo educativo: continúan las áreas o se opta por otra opción?, ¿qué nueva oferta educativa?, ¿qué modelo administrativo?, ¿cuál va a ser su relación con la sociedad y cuál su compromiso con el desarrollo territorial del estado de Zacatecas?, ¿qué modelo tabular para gestionar la equidad en la masa docente?, ¿cuál será la participación de los estudiantes en la conducción universitaria?, y finalmente: ¿cuál será la propuesta integral de los universitarios a las autoridades federales? Esta propuesta, ¿la elaborará en conjunto con la sociedad organizada de Zacatecas y la defenderán juntos?, ¿cómo la sociedad podrá participar en el Congreso de su Universidad? La respuesta de todas estas preguntas fundantes, debe discutirse y decidirse por toda la comunidad de profesores y estudiantes en su conjunto.
Existe la petición de que el Consejo Universitario sea el que convoque a la realización del Congreso, ¿y el Spauaz no convocará? ¿No es acaso el sindicato el sujeto colectivo más importante en la institución? Es deseable que el sindicato se una a la convocatoria y asegure desde la propia organización del Congreso que los intereses de sus agremiados no sean afectados, sino por el contrario, sean altamente potenciados. La propuesta del Congreso ya recorre los pasillos universitarios y es impulsada por grupos, colectivos y personalidades. La actual modorra de la administración está por cambiar: con el Foro Macondo inició ya el diálogo organizado, y deberá llegar al anunciado Congreso.
