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miércoles, 24 abril, 2024
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Clausuran el Mumci; “cuestiones económicas privadas”, la razón, señala Labastida Gómez

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Por: ALMA RÍOS •

■ Ambiguas, políticas públicas para el sostenimiento de los museos en el país, afirma

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■ Mantener los espacios actualizados, uno de los retos, dice la presidenta de la Ammccyt

El pasado mes de marzo de 2014 el Museo Modelo de Ciencias e Industria (Mumci) ubicado en Toluca, Estado de México, fue cerrado sin que la Asociación Mexicana de Museos y Centros de Ciencia y Tecnología (Ammccyt) pudiera hacer algo para evitarlo.

Apenas inaugurado el 30 de junio de 2009 por Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, quienes entonces fungían como presidente de la República y gobernador de aquella entidad, respectivamente, el caso del Mumci expone el problema de la ambigüedad con que el Estado mexicano orienta sus políticas públicas al respecto.

El cierre, expuso la presidenta de la Ammccyt, Isabel Labastida Gómez de la Torre, en su visita a Zacatecas con motivo de la celebración del congreso nacional de este organismo la semana anterior en instalaciones del Consejo Zacatecano de Ciencia Tecnología e Innovación (Cozcyt), se debió a “cuestiones económicas privadas”.

El Mumci, explicó, estaba patrocinado “por una empresa cervecera que se vendió a una trasnacional y ésta decidió no invertir en eso. Lamentamos mucho ese cierre, deseamos que el Estado de México logre encontrar otras formas de llevar divulgación de ciencias a sus habitantes”.

En el país el marco jurídico no obliga al Estado al sostenimiento o creación de museos de ciencia y tecnología, comentó, y las políticas públicas al respecto, devienen en desigualdades y diferenciaciones que ponen en dificultades a aquellos que no tienen detrás a patronatos fuertes o no consiguen mediante la gestión los recursos necesarios para mantenerse a la vanguardia, elemento indispensable para lograr el objetivo de divulgar la ciencia e incidir en la orientación vocacional que hacia ella tengan los niños y jóvenes de México.

En el escenario planteado por el retraimiento del Estado y la participación de la iniciativa privada en aspectos estratégicos para el país como la educación, en este caso la no formal en la que se involucran los museos y centros de ciencias, dijo “se han generado políticas públicas muy ambiguas, entonces puede participar el gobierno o no puede participar, puede estar de acuerdo o no, te puede ayudar o no”.

Labastida Gómez de la Torre sumó a la problemática, la escasez de visitas de los escolares a estos espacios que también tiene origen en omisiones de la política gubernamental.  “¿De qué sirve que tengamos unos museos maravillosos si no los visitan los niños? Yo no sé a quién se le ocurrió en la Secretaria de Educación Pública prohibir que los niños salgan de las escuelas”.

Sobre el tema, dijo, ya se tiene una propuesta de un punto de acuerdo enviada a la Cámara de Diputados en la que se solicita se mandate el que los niños salgan por lo menos una vez al año a visitar los museos de ciencias. “Ésa es nuestra petición, ni siquiera estamos pidiendo dinero, necesitamos que realmente haya una vinculación más estrecha con la SEP”.

Como datos que ofrecen una visión del estado de cosas respecto a los museos y centros de ciencias y tecnología del país, comentó, su gran reto es mantenerse actualizados, cosa que tiene que ver con el acceso a recursos y la creación de cuerpos académicos.

“Las políticas públicas en países desarrollados son invertir mucho más en el talento y construcción de los escenarios de la divulgación de la ciencias (para la generación) de vocaciones científicas”.

Aunque el presupuesto destinado a ello ha aumentado en este sexenio la cifra que se destina al impulso de ciencia y tecnología en el país apenas llega a 1.5 por ciento del PIB, dijo, mientras que en los países desarrollados oscila entre 5 y 10 por ciento.

Las desigualdades también se expresan regionalmente pues agregó, hay estados que no invierten siquiera 0.5 por ciento, en ello “es muy desigual. Las políticas públicas no han tenido parámetros certeros”. En su opinión ya sería muy bueno el que lograra alcanzarse para México la inversión de 2 por ciento del PIB para este propósito.

Respecto a Estados Unidos por ejemplo, los museos y centros de ciencias mexicanos son aún muy jóvenes. Mientras allá los primeros tienen antigüedades de entre 80 a 100 años, citó respectivamente, el caso del Museo de Ciencias e Industria de Chicago y el Smithsonian, los nacionales, Centro de Ciencias de Sinaloa y Universum, apenas tienen 22 años.

“En el concierto internacional nosotros estamos en pañales. Podemos sentirnos orgullosos de nuestros museos como el Universum y el Tezozomoc que están impulsados por instituciones educativas como la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional (IPN)”. Pero dijo, es un gran reto mantenerse actualizados, uno que “tiene mucho que ver con el tema del recurso económico”.

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